Los constructores tachan el POL de arbitrario y deficiente
Los promotores han arremetido con dureza contra el Plan de Ordenación del Litoral (POL) que califican abiertamente de ilegal, por invadir, en su opinión, competencias del Estado y de los ayuntamientos. Pero su queja más amarga se dirige contra la falta de concreción en los usos de esta franja costera de 1.260 kilómetros cuadrados que en algunas zonas tiene sólo 3,5 kilómetros de anchura, como en Alfoz de Lloredo, y en otras 19, como ocurre en la desembocadura del Asón. Un lengua estrecha, pero extraordinariamente valiosa, ya que en ella se asienta el 80% de la población de Cantabria y más del 90% de la riqueza regional.
Fidel González Cuevas, presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Cantabria es muy explícito en sus quejas: “Sobre los 80 usos que se contemplan en el POL, 62 requieren una autorización específica de la Consejería de Medio Ambiente. Y no sabemos a qué trámites están sujetos, por lo que depende del criterio subjetivo de las ventanillas de la propia Consejería y desaparece el acto reglado que debe imperar en toda norma urbanística. Esta actitud tiene solamente una justificación arbitraria”.
La ausencia de garantías sobre los usos de cada suelo va a impedir, en opinión de González Cuevas, que se puedan planificar las inversiones inmobiliarias.
Los constructores también se quejan de que un Plan que condiciona una parte tan significativa de la economía de Cantabria no se haya acompañado de un estudio sobre la compatibilización con el desarrollo económico y urbanístico, “por lo que las consecuencias pueden ser imprevisibles” .
El presidente de los promotores y constructores cree que al menos se debiera haber estimado el efecto que puede causar a medio plazo el progresivo abandono de las actividades agropecuarias y la devaluación de estos terrenos si no tienen posibilidad de encontrar usos alternativos.
“Todos defendemos el desarrollo sostenible”
González Cuevas pide a José Luis Gil que “de una vez por todas se supere la artificiosa dicotomía entre defensores y detractores del medio ambiente. Todos, absolutamente todos, debemos fomentar el desarrollo sostenido de la región”. Para reforzar sus tesis, insiste en que “nosotros también estamos a favor de que se lleve a cabo el Plan de Ordenación del Litoral. Lo que no estamos de acuerdo es con el texto del anteproyecto, que se limita a establecer una política de simple protección, sin tener en cuenta la exposición de motivos de la Ley del Suelo de Cantabria, que define la ordenación como la expresión espacial de la política social, económica y ambiental”.
Los constructores ponen como ejemplo a seguir el POL de Murcia, y descalifican el elaborado en Cantabria asegurando que “tiene una deficiente estructura técnica, no es racional ni concreto, está falto de claridad a la hora de planificar y se desconoce quién tiene la última palabra en las decisiones sobre el urbanismo en Cantabria”.
González Cuevas se añade a quienes opinan que antes que el POL debiera haberse aprobado la Ley de Ordenación del Territorio, ahora en estudio, y en último lugar la Ley del Suelo, ya en vigor: “Aquí, en Cantabria, empezamos por el final”, dice.
Un año de correcciones
Las modificaciones introducidas en el Plan a lo largo del último año han limado un poco las asperezas con algunos alcaldes del PP, que no quieren presentarse a las elecciones con una limitación severa a las expectativas de muchos propietarios de fincas, pero no ha ganado más apoyos. A las críticas de los constructores, mucho más severas de lo previsto, se han unido las descalificaciones de los ecologistas. ARCA, que también se había quejado de la discrecionalidad que tendrá Medio Ambiente para decidir los usos de cada terreno, ha optado ahora por la descalificación global, asegurando que las modificaciones introducidas han acabado con el espíritu ordenador del litoral que se apreciaba en los primeros borradores.
