Cuando la arquitectura se viste de cobre

Cuando a un arquitecto se le pide un diseño singular, el siguiente paso es encontrar el modo de llevarlo a la práctica y eso no siempre es fácil, sobre todo cuando lo imaginado en el estudio escapa a los trabajos que las constructoras están habituadas a realizar. Coronar un edificio de viviendas con una cúpula recubierta de cobre es uno de esas soluciones que, por inusuales, no resultan fáciles de ejecutar. Su construcción tiene tanto de artesanal que se cuentan con los dedos de una mano las empresas españolas con los recursos y el conocimiento para hacerlo.
Una de esas empresas, Cubycan, se creó en Reinosa hace tres años y su último trabajo ha consistido en la construcción en sus instalaciones de las dos cúpulas que van a coronar un inmueble de viviendas de lujo que se levanta en las proximidades del Guggenheim, y que está llamado a convertirse en uno de los edificios más notables de Bilbao.
Una intuición convertida en empresa

El origen de Cubycan se encuentra la iniciativa de un joven de 23 años que ayudaba a su padre en la instalación de fontanería de las piscinas climatizadas de Potes. En aquel complejo intuyó las posibilidades que encerraba la colocación de las cubiertas de zinc y Sergio Fernández comenzó a plantearse la posibilidad de crear una empresa especializada en ese tipo de techados.
Siete años le llevó dar forma a esa idea, incluyendo un estudio de viabilidad en el que colaboró Sodercan. El resultado final sobrepasó con creces el proyecto y lo que iba a ser una pequeña nave ubicada en el mismo recinto que ocupa la firma de fontanería familiar de Matamorosa –Instalaciones Fernández–, se convirtió en una empresa autónoma, con una nave de 1.500 metros cuadrados y otros 350 para administración y oficina técnica, situada en el polígono reinosano de La Vega.
El esfuerzo financiero que ha exigido la creación de esta nueva empresa, más de dos millones de euros, ha sido posible gracias a la solidez de la firma de fontanería creada por su padre hace cuatro décadas, pero en los tres años transcurridos desde su fundación, Cubycan ha demostrado ser capaz de generar el volumen de trabajo suficiente para justificar ese esfuerzo. Y es que, a pesar de que, como tantas empresas de la construcción, se ha visto afectada por la caída y la morosidad de la promoción privada, la firma reinosana ha encontrado en la obra pública un sólido asidero para capear la crisis.

Obras singulares

La especialización en cubiertas de cobre y zinc, un nicho de mercado en el que existe poca oferta, le ha permitido a Cubycan extender su campo de acción a una comunidad tan competitiva y difícil de penetrar para empresas foráneas como la vasca. Allí tiene ya adjudicadas obras en la Estación del AVE de San Sebastián y ha realizado los trabajos de rehabilitación de varios templetes de música en Bilbao y Bermeo, donde ha utilizado una teja rectangular de cobre que el propio Sergio Fernández ha diseñado. También ha logrado la adjudicación de las cubiertas para la ampliación del Hospital General de Pamplona y la de un centro de salud en Valladolid que se construirá el año próximo.
En Cantabria, los trabajos más recientes de Cubycan se pueden apreciar en las cubiertas piramidales de zinc que coronan dos edificios levantados en la calle Menéndez Pelayo, de Santander, y en Suances. También ha intervenido en la espectacular obra llevada a cabo en la rehabilitación del Seminario Mayor de Comillas para adecuarlo a su nueva función como Centro de Enseñanza Superior del Español, y actualmente trabaja en la restauración de la Lonja de San Vicente de la Barquera. Para ella ha ideado un sistema de cables de acero inoxidable que, adecuadamente colocados, impiden que se posen las gaviotas y ensucien la techumbre.

Fabricar y montar

El trabajo más complejo de los que ha realizado Cubycan hasta ahora es, sin duda, la cúpula recubierta de bronce que ha construido para el edificio bilbaíno, bautizado como Artklass por la fusión de arte y clasicismo del diseño realizado por el arquitecto luxemburgués Robert Krier. Uno de los elementos visuales más potentes de ese edificio es precisamente la cúpula fabricada en Reinosa, a la que seguirá otra de menor tamaño. Su función será la de servir de espectacular remate de una de las 190 viviendas de lujo que albergará el inmueble y cuyos precios alcanzan el millón y medio de euros.
Dar a cada una de las placas de cobre que recubren la cúpula la curvatura adecuada y sujetarlas entre sí sin soldaduras ni atornillamientos requiere una gran pericia técnica. Como también se precisa para la fabricación artesanal de los moldes de las once ventanas que lleva este elemento arquitectónico que tendrá algo más de cinco metros de altura y una superficie de 85 metros cuadrados.
La cúpula necesita unas 2.000 horas de trabajo y gracias a que se construye en el taller y luego será trasladada en piezas, no provocará retrasos en la finalización del inmueble.
Cubycan se encargará también del transporte hasta el lugar en que va a ser colocada y de su instalación, una tarea que tampoco resulta fácil. Este servicio completo es uno de los rasgos que singularizan la oferta de la firma reinosana, aunque la competencia que existe en este campo es escasa, ya que ni atrae a las grandes empresas, por el elevado componente artesanal, ni está al alcance de un autónomo, por los recursos que precisa. Tampoco los gabinetes de arquitectura están muy familiarizados con el uso de estos elementos ornamentales, lo que ha animado al empresario reinosano a tratar de organizar una jornada técnica en los Colegios de Arquitectos y de Aparejadores de Cantabria.
Sólo unos pocos arquitectos se atreven a romper las líneas rectas que han definido las construcciones recientes, pero eso singulariza sus proyectos y cuanto más compleja sea la geometría de las cubiertas que diseñen, más asegurado estará el futuro de una empresa como Cubycan, que se ha especializado en obras poco convencionales.

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