El momento crítico de los autónomos

Siempre se conserva algo del niño que uno fue. Por eso, es fácil dejarse obnubilar por las burbujas, como un remedo de las pompas de jabón que la mirada infantil seguía, convencida de que volarían por siempre. Y, como esas pompas, las burbujas económicas con las que nos engañamos, o nos engañan, según quien sople, también revientan. La burbuja inmobiliaria ya lo ha hecho. ¿Cuánto falta para que lo haga la de los trabajadores autónomos dependientes económicamente, (TRADE), aquellos que obtienen más del 75% de los ingresos de un mismo cliente?
No parece que falte mucho. En agosto, según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), los autónomos dados de alta en el Régimen Especial disminuían en 18.000 efectivos. Aún así, la variación interanual con respecto al mismo mes del año 2007 presenta una evolución positiva del 0,25% (excluido el sistema especial agrario), frente a una reducción del 1,7% en el Régimen General. Los autónomos dependientes, que en muchas ocasiones son falsos autónomos, parecen soportar mejor, por ahora, la crisis pero puede ser por poco tiempo, dado que buena parte de ellos se concentran en la construcción –donde no se inician nuevas promociones inmobiliarias–, en los servicios y en el transporte.
El sector de la construcción –explica Damián García Carmona, secretario general de la Federación de Construcción, Madera y Afines de Comisiones Obreras– es el que más tarda en apearse de una crisis y también el que más tarda en subirse a la bonanza. En su opinión, cabe esperar mayores bajas a medida que se vayan terminando las obras en curso. Puede corroborarlo el hecho de que durante los primeros meses de 2008, el censo de trabajadores autónomos en Cantabria, que progresaba con enorme rapidez, se ha estancado. Según los datos de junio, en la región hay 46.410 trabajadores en este régimen, de los que 8.168 pertenecen a la construcción.
Ana Cabrero, presidenta de la Asociación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) en Cantabria, indica que las bajas también afectan al sector del transporte, muy ligado a la construcción, donde se concentra otra bolsa significativa de falsos autónomos.
Cabrero cree que el gráfico del descenso tendrá forma de ‘ele’ con una caída brusca inicial y una estabilidad en el punto mínimo que se puede prolongar mucho tiempo. “Los pronósticos –dice–, a medida que pasa el tiempo, son cada vez más negros”.
Rafael Pini Sereno, presidente de la Unión de Trabajadores Autónomos de Cantabria (UTAC) recuerda que la crisis de la construcción no solo afecta a trabajadores sin cualificar sino que arrastra, también, a profesionales relacionados con ella, como ingenieros y aparejadores.

El ‘olvido’ de la pensión

El frenazo económico encontró a la mayoría sin el cinturón puesto y, además, hará patentes las debilidades del Estatuto de Trabajadores Autónomos. No todos los trabajadores son conscientes de que perciben dos sueldos: uno, inmediato; el otro, a futuro, en forma de pensión y las pensiones son un punto débil entre los autónomos, que no siempre las tienen en cuenta. La solución, simple, a primera vista, es cotizar por los máximos, pero la mayoría no puede, sobre todo en época de crisis y, como la ley les permite distintos niveles de cotización, suelen acogerse a las más bajas. Ana Cabrero cree que deberían hacer un esfuerzo durante los años buenos para mejorar la pensión futura “aunque depende mucho de la situación personal cuánto puedan aumentar su cotización”. Reconoce que ahí radica el mayor problema para los TRADE.
La pensión media de los autónomos es un 30,2% inferior a la media de todos los regímenes y en Cantabria la diferencia es bastante mayor, un 36,0%.
Pini reconoce que la Ley del Estatuto del Trabajador Autónomo es una ley de mínimos, “pero es nuestra ley. Claro que tenemos muchas propuestas para mejorarla, pero trabajemos primero en desarrollar lo conseguido, que no es poco, y ya iremos mejorando”.
Tal vez el punto más débil sea el del desempleo, que aún está pendiente de legislar. Aunque aún no hay una fecha segura –se habla de 2009– no se sabe a ciencia cierta qué incluirá. García Carmona, de CC OO, es optimista al respecto al sostener que “los grandes cambios legislativos se suelen hacer en los momentos de crisis”.
Si se mantiene en los términos previstos, el trabajador autónomo podrá cobrar el desempleo cuando se den determinadas circunstancias, entre ellas que antes de iniciar su actividad como autónomo tuviera derecho a disfrutar del desempleo y que lleve menos de 24 meses haciendo un trabajo por cuenta propia.
Más allá de lo que la crisis aflore, existían ya posturas muy diferenciadas frente a lo que se interpreta como un cambio de fondo en la política laboral. La Federación de Construcción de CC OO dice que “esta nueva regulación de los autónomos es lo más parecido a encumbrar la relación laboral de quienes desarrollan su actividad bajo los parámetros típicos del trabajo por cuenta ajena. (…) La realidad es que el falso autónomo se encuentra en una relación absoluta de subordinación técnica, organizativa y económica respecto de la empresa que le contrata. Su única autonomía viene motivada por sus obligaciones fiscales y de Seguridad Social”.
Las publicidades que tienen como objetivo a estos trabajadores buscan seducirlos con esa ilusión de no depender más que de sí mismos, cuando la realidad es que muchos tienen una autonomía tan limitada como un asalariado. Tampoco pueden presumir de trabajar menos por no tener, supuestamente, jefes. Según una encuesta elaborada por la Agencia de Trabajadores Autónomos, su jornada laboral semanal es siete horas más larga, como promedio y esa diferencia se produce prácticamente en todos los sectores.

Empresarios sin trabajadores

La Organización de Profesionales Autónomos (OPA) opinó en su momento que el reconocimiento que de la figura de los autónomos dependientes “va en detrimento del mercado laboral”, ya que la situación de estos trabajadores “no se asemeja en ningún caso a las características propias que definen a los empresarios autónomos”. Hay que tener en cuenta que el 51,3% de los autónomos no tienen asalariados a su cargo y un 28% sólo tienen uno o dos empleados.
García Carmona lo dice en un lenguaje llano y directo: “La figura del autónomo sirve para descargar a las empresas de mano de obra directa, reduciendo su estructura y los costes e intentar eludir responsabilidades en materias de siniestralidad, fiscales y de Seguridad Social”.
En cambio, Pini asegura que quien piense en la figura del TRADE para abaratar costes se está confundiendo: “El autónomo trabaja por objetivos y, cuanto más trabaja, más gana, y la empresa también. Además, con la posibilidad que nos ofrece el Estatuto con los registros de los contratos y los acuerdos de interés profesional, es beneficioso para ambas partes. Quien no cumpla con lo establecido en el contrato y en los acuerdos de interés profesional tendrá que rendir cuentas”, se explaya.
Aquí está el verdadero nudo gordiano del problema: el conflicto de intereses entre el asalariado y el autónomo (especialmente el TRADE) que, según García Carmona, “surge cuando la empresa comienza a contratar autónomos en detrimento de los asalariados”. Esto afectaría de forma catastrófica a los sindicatos, al mermar el número de potenciales afiliados y poner en peligro su peso a la hora de negociar frente al Gobierno y a la patronal.
En este sentido, en el congreso de la Federación de Construcción de CC OO se lamentó que “en momentos de recesión la figura del trabajador autónomo prolifera exponencialmente como consecuencia de las exigencias de las empresas para desprenderse de trabajadores de plantilla, ofertándoles condiciones excepcionales para que puedan mantener sus ingresos bajo su nueva condición de ‘autónomos’”.
El panorama no es halagüeño. Las pompas explotan, y ya no basta con seguir soplando: el jabón se acabó. Pero, a diferencia de los niños, estas pompas llevan algo más que agua y jabón. Llevan sueños, salarios y vidas de las de verdad.