La cultura de la imagen
Los tiempos obligan a establecer nuevos criterios a la hora de presentar la imagen empresarial en un mercado que evoluciona hacia la compra interactiva y en donde la relación personal va enfriándose paulatinamente. El buen paño ya no se vende en el arca. Los tiempos en que los contratos o las ventas se conseguían por afinidad personal o por la calidad intrínseca del producto han evolucionado hacia otros donde tiene un papel fundamental la imagen que trasmite tanto el objeto de la transacción como la marca.
Al empresario ya no le basta con hacer un buen producto y ofrecerlo barato. Se ve obligado a competir en un mercado en donde gana quien mejor imagen ha conseguido, algo que requiere tiempo y dinero, ya que exige cultivar en el receptor una predisposición positiva, bien porque conoce mejor la marca, bien porque el producto transmite una imagen de confianza o calidad.
La naturalidad de la composición o el trabajo artesanal quedan eclipsados por la utilidad, el precio y la imagen que ofrece el producto a los ojos del comprador en el que previamente la publicidad y el marketing han creado una cierta receptividad asociándolo con valores como el placer, la autoestima, la eficacia o la distinción.
Marcas como Coca-Cola, Danone o Lacoste están tan hondamente asentadas en la mente de los consumidores, y vinculadas con su escala personal de valoración que automatizan muchas de sus decisiones. Igual ocurre con las empresas. El Corte Inglés o Telepizza crean una imagen de calidad y el cliente no se plantea si en la tienda de la esquina puede encontrar otro producto mejor o más barato. El marketing ha marcado la elección: ante la duda, lo conocido.
Cantabria tiene imagen
La región ofrece toda la oferta que una empresa necesita para mejorar su imagen y la de sus productos, desde el estudio previo de mercado hasta el diseño de la presentación del envase.
Empresas de marketing directo y promocional, de publicidad, relaciones públicas e imagen corporativa, ofrecen sus servicios aportando las últimas tendencias y tecnologías. Impresión gráfica de alta calidad, imagen digital y presentaciones interactivas, serigrafía y rotulación sobre cualquier tipo de superficie, además de diseño corporativo, se realizan en Cantabria por empresas que en muchos casos exportan sus trabajos fuera de la región compitiendo tanto en precio como en calidad.
Adiós a los fotolitos
Las artes gráficas están pasando de ser una industria compartimentada a la integración total de procesos. La preimpresión y la impresión están evolucionando a gran velocidad y ya es difícil competir en el mercado sin contar con sistemas de impresión de cuatro colores o sin una preimpresión –filmación de fotolitos y planchas– de alta calidad.
La rapidez con que se incorporan nuevas tecnologías exige unas inversiones muy fuertes que deben ser amortizadas en poco tiempo. Estas premisas han llevado al mercado a la especialización y uno de los casos más claros es el de Fotomecánica Camus, una empresa familiar que no ha dudado en realizar fuertes inversiones con tal de ofrecer un producto de mejor calidad y que abarate los costes de impresión de sus clientes.
En el último año, Camus ha realizado una inversión de más de 100 millones de pesetas tendente a suministrar al mercado gráfico cántabro productos de fotomecánica de alta calidad y en tiempos desconocidos hasta ahora.
La adquisición de un equipo Heidelberg capaz de suministrar planchas perfectamente calibradas directamente desde el ordenador, les permite entregar al impresor, además, pruebas realizadas en formatos de 70×100 con una calidad impensable con los procedimientos convencionales, ahorrando el costo de los tradicionales fotolitos, así como los laboriosos procesos de montaje y ajuste para el tradicional grabado de planchas.
