FIN DE CURSO EN CEMIDE

Rufino Landaluce, fundador de Talleres Landaluce (fallecido hace dos meses) y José Luis Zárate, director de Solvay Química, recibieron un homenaje durante la tradicional cena de fin de curso de CEMIDE.
El Centro Montañés de Investigación y Desarrollo clausuró el curso con una misa en recuerdo de los compañeros fallecidos –como Emilia Serna (Hergom), Javier Fernández (Euromutua), Manuel Albo (Conservas Albo), o el propio Landaluce–, a la que siguió una cena en el Hotel Bahía, donde se hizo entrega del galardón de ‘Hombre de Empresa Ejemplar’ a los dos empresarios de Torrelavega.
El momento más emotivo de la velada fue el homenaje póstumo a Rufino Landaluce que, hace casi sesenta años, fundó junto a su hermano la empresa de calderería que lleva su apellido. Su hijo José Antonio, al recoger el premio, no pudo ocultar la emoción de la familia ante el reconocimiento a la figura de su padre.
El otro homenajeado, José Luis Zárate, recibió la distinción por una carrera profesional dedicada a Solvay. Ingeniero industrial, ingresó en la factoría de Torrelavega en 1974. Desde entonces, ha ocupado distintos cargos en varias plantas de la multinacional química y, desde hace nueve años, dirige la fábrica cántabra.
En el transcurso de la cena,el presidente regional Miguel Angel Revilla pidió un homenaje para el propio presidente y fundador de CEMIDE, Enrique Campos, a cuyo frente lleva 32 años.
Este acto de CEMIDE se ha convertido en uno de los acontecimientos empresariales más destacados del año. A él acudieron, además de reconocidos emprendedores, el presidente regional, el del Parlamento, el del Tribunal Superior de Justicia, la alcaldesa de Torrelavega y el consejero de Economía.

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