Serviocio convierte la piscina de Cabezón en un centro deportivo

A finales de los noventa, las piscinas climatizadas se convirtieron en el indicador del grado de desarrollo de un municipio y del bienestar que era capaz de ofrecer a sus vecinos. Una década después, aquel planteamiento quedó sobrepasado por las nuevas demandas de ocio, que buscan, además, la posibilidad de practicar ejercicios para mantener la forma con disciplinas nacidas en gimnasios (cicloindoor, aerobic) o una sala fitness bien equipada.
Para adecuarse a ese cambio social, el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal sacó a concurso la remodelación de la piscina municipal; una instalación relativamente moderna, ya que fue construida en 1999, pero que no respondía a las nuevas necesidades de sus usuarios. La encargada de ejecutar la obra ha sido la empresa que venía gestionando el complejo municipal desde el año 2000, Serviocio.
La firma gallega ha invertido cerca de un millón de euros en la puesta al día, con la construcción de un gran gimnasio de 400 m2 en un edificio anexo, equipado con maquinaria de alta gama, así como dos salas de actividades para la práctica de otras especialidades gimnásticas. La remodelación se ha completado con la adecuación de los vestuarios, una piscina al aire libre destinada especialmente a los niños y una atractiva zona ajardinada, además de una pista de pádel y otra de tenis.
Este incremento de la oferta de ocio ha llevado aparejado un aumento de la plantilla que presta servicio en las instalaciones y que suma ya 20 trabajadores, entre monitores, personal de mantenimiento y administrativos. Un ejemplo de la capacidad para generar empleo de un sector, el de la gestión de instalaciones deportivas, que es uno de los menos afectados por la crisis.

Un sector con mucho futuro

La eclosión de infraestructuras deportivas municipales se desató en España tras la Olimpiada de Barcelona y propició la aparición de un nuevo tipo de empresas, no solo especializadas en la gestión de estos centros, sino que venían a ofrecer a los ayuntamientos la posibilidad de externalizar un servicio para el que no contaban con recursos humanos propios.
Una de las iniciativas pioneras en este campo fue Serviocio, fundada en La Coruña en 1993 por cuatro licenciados en Educación Física, que intuyeron las posibilidades empresariales que se abrían en el emergente sector de las instalaciones municipales públicas.
Con esa oferta de gestión desembarcaron en Cantabria hace ya trece años, primero con una simple prestación de servicios, aportando su propio personal. A medida que los ayuntamientos se dieron cuenta de las ventajas de esta fórmula, Serviocio fue pasando a la gestión integral de los seis centros que ya operan en la región: las piscinas municipales de Cabezón, Renedo, Los Corrales de Buelna, Solares, Sarón y Entrambasaguas.
El último paso en su implicación en la gestión y desarrollo de estos centros ha sido el que dado en Cabezón de la Sal, al asumir la inversión y la ejecución de las obras a cambio de un contrato de concesión por 20 años.
En las dos décadas transcurridas desde su fundación ha surgido mucha competencia, incluso de grupos constructores, que han buscado una diversificación de sus actividades, pero Serviocio es hoy una de las tres firmas nacionales con más presencia en el sector de la gestión de infraestructuras deportivas. Opera en once comunidades autónomas, en las que gestiona 31 centros deportivos, donde trabajan 800 personas, cien de ellas en Cantabria.
Su presencia es más notoria en la Cornisa Cantábrica y en la zona centro, pero prepara ya su expansión por Andalucía y Levante.
La escasez de recursos que padecen hoy las administraciones locales da aún más sentido a una especialización empresarial que nació cuando los ayuntamientos competían por dotarse de todo tipo de servicios. La externalización puede convertirse ahora en una solución para mantener y mejorar unas instalaciones deportivas que los municipios ya no pueden sostener.