No más ruido en el bolsillo

¿Se imagina pagar el pan sin tener que rebuscar en el monedero y los bolsillos los céntimos necesarios para poder dar lo justo y no acumular más monedas? ¿Y no estar pendiente de guardar cambio para el parking o monedas para la OLA? Esto será posible en un futuro no muy lejano gracias a la tecnología PayPass, un nuevo sistema que va a revolucionar los hábitos de pago de millones de personas, ya que, según aseguran los expertos, es más práctico, más seguro, más rápido e incluso más barato que el efectivo, tanto para los consumidores como para los comerciantes.
Esto se hace realidad gracias a la primera tarjeta con tecnología de pago sin contacto desarrollada por MasterCard y Euro 6000. Bajo el nombre de PayPass está concebida para las compras rápidas y de pequeño importe, aquellas en las que las tarjetas de crédito apenas se emplean. El sistema permite realizar pagos sin tener que desprenderse de ella, con lo que la operativa es instantánea y segura.
La tarjeta consta de un chip y una antena que transmite la información por radiofrecuencia a un lector. Con eso basta para que la cuantía de la compra quede abonada. Basta con que el cliente coloque la tarjeta a menos de siete centímetros del terminal de pago, que transmite de manera segura los datos de la transacción vía inalámbrica. El sistema de MasterCard integra en un único dispositivo todas las opciones de pago posibles hasta el momento: la banda magnética, el chip y la radiofrecuencia, de modo que el usuario puede elegir la forma de pago que le resulte más cómoda en cada momento.
La tarjeta ha sido desarrollada por los departamentos tecnológicos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros y Euro 6000, en colaboración con los fabricantes Ingenico y Gemplus, y está emitida por la propia CECA. Con la adaptación adecuada, en breve podrán ponerla en servicio el resto de cajas adheridas al Sistema Euro 6000, entre las que se encuentra Caja Cantabria. Aunque en un principio mantendrá el formato tradicional, las cajas de la red Euro 6000 dispondrán de nuevo diseño en forma de llavero. El precio por tener una PayPass dependerá de las entidades, pero será similar al que se cobra por la emisión y mantenimiento anual de las tarjetas tradicionales.

Dinero en movimiento

La meta de las entidades financieras es poner el dinero a disposición de sus clientes fácilmente y a cualquier hora. Esto no sólo aporta un mejor servicio, sino que también genera negocio, porque el dinero se mueve más. Además, resulta más rentable y fácil de administrar que las chequeras y permite reducir los costos operativos de los bancos, dado que el cliente no acude personalmente a sus instalaciones.
El dinero digital es accesible en muchos formatos. A pesar de que los pagos vía Internet, móvil o software cada vez están más extendidos, las tarjetas de crédito siguen liderando este tipo de pagos sin efectivo. Dentro de ellas existen formatos “de contacto”, donde quien paga debe tener contacto físico con el cobrador, como en el caso de las tarjetas de crédito y débito, que deben pasarse por un lector de la banda magnética, o las tarjetas con chips inteligentes, que también deben introducirse en un lector para extraer la información del pago y reescribir el nuevo saldo. En el otro formato, “sin contacto”, se encuentran las tarjetas con etiquetas RFID de identificación por radiofrecuencia, que sólo necesitan ser acercadas al lector para efectuar el pago.
Las empresas de tarjetas de crédito están en plena competencia para ver quién toma la delantera. Sin embargo, estos esfuerzos individuales pueden resultar perjudiciales, ya que cada cual apuesta por su propio formato, lo que trae consigo una división del mercado. MasterCard ha sido la primera compañía en desarrollar el protocolo de comunicación para tarjetas de pago sin contacto y la tecnología PayPass ha sido registrada adelantándose al resto de sistemas de pago internacionales, pero las otras entidades no están paradas y Visa tiene en pruebas la Contactless y American Express la Express Pay.
MasterCard cuenta en la actualidad con más de once millones de tarjetas y otros artículos PayPass en todo el mundo, que son aceptados en cerca de 36.000 comercios de trece países. Ahora aterriza en España, donde ya se ha realizado la prueba piloto.
En Cantabria, este sistema tiene su antecesor en la tarjeta monedero de Caja Cantabria. Una tarjeta de prepago con la que la entidad, en un principio, pretendía que los clientes pudieran aunar todos los pequeños gastos, pero que, finalmente, se limita a ofrecer el servicio de bonobus para los Transportes Urbanos de Santander. Su principal ventaja, aparte de beneficiar al usuario con un descuento de casi el 50% en el precio de los billetes, y coste cero en los trasbordos realizados en menos de 45 minutos, es la posibilidad de recargarla en la red de cajeros automáticos y en las expendedurías adheridas.

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