La participación de Caja Cantabria en Liberbank sube 17 millones

Ni Menéndez acudió al debut en Bolsa de Liberbank ni nadie de la entidad hizo sonar la campana, quizá para no rememorar la salida de Bankia, pero lo cierto es que, en todo lo demás, la entrada de Liberbank en el mercado ha sido una operación de libro. Y no era fácil en un terreno cuajado de minas, por la crisis, los preferentistas descontentos y algunas animadversiones políticas hacia los directivos de Cajastur. Gracias a una colocación previa cuidadosa, a una valoración de las acciones baja y a un plan para evitar la desbandada de los 25.000 particulares e instituciones atrapados en preferentes y subordinadas, la acción ha subido considerablemente y Caja Cantabria ha hecho un buen negocio.
La Caja cántabra posee un 10% de Liberbank tras la colocación en Bolsa de un 29% del Banco, procedente de un canje de preferentes y deuda subordinada por acciones. Y en la Bolsa ha tenido las primeras satisfacciones después de un año convulso y en una semana de locura para empleados y clientes, como consecuencia del cambio del sistema informático, para integrarse en la plataforma del grupo Liberbank. Su diluida participación en el Banco se ha revalorizado más de un 25% y cotiza en torno a los 73 millones de euros.

Un plan para evitar la tormenta perfecta

Liberbank se había valorado en 565 millones de euros para su salida a Bolsa, apenas un 36% de los 1.287 millones que calculó el FROB (1,11 euros por acción). Una decisión conservadora o prudente, porque un fracaso de la colocación hubiese creado una situación difícil de remontar. El Banco Popular y el Sabadell, los que cotizan más barato del sector financiero español lo hacen a 0,5 veces su valor en libros y en el resto de la banca el valor de mercado tampoco llega a emparejarse con lo que la contabilidad dice que valen.
El baile inicial de acciones ya colocó a Liberbank en ese ratio habitual de la banca (0,5) y un valor de 734 millones de euros, lo que ha dado un poco de tranquilidad a los preferentistas, aunque aún ven lejos la posibilidad de rescatar el 100% de la inversión.
Liberbank preparó una estrategia minuciosa para evitar la tormenta perfecta que podía avecinarse, con la huida masiva de los propietarios de preferentes, que recibieron 13 millones de acciones como canje por el 20% (en algunos casos el 30%) de sus derechos. Sólo podían desprenderse de la mitad en el proceso previo de colocación, y al precio de salida a Bolsa, pero quedaba la incógnita del resto. El banco que preside Manuel Menéndez trabajó para que 23 inversores institucionales (sobre todo fondos y gestores de patrimonios familiares) absorbiesen esta demanda potencial y lo consiguió con holgura, porque las órdenes de compra superaron en diez veces a las de venta y a los dos minutos de salir a bolsa el valor subía un 57,5%, un calentón que los colocadores tuvieron que aplicarse en moderar, para evitar la imagen negativa que hubiesen deparado unos descensos fuertes en las sesiones siguientes, cuando muchos inversores optasen por recoger beneficios.
El bajo precio fijado para las acciones (un 63,3% inferior a su valor teórico) era atractivo para el comprador y disuasorio para el vendedor, lo que también contribuyó a que los preferentistas prefiriesen conservarlas. La entidad se ha comprometido a compensarles si el valor cotiza dentro de dos años entre 0,5 y 1,1 euros. Si está por debajo de 0,5 la pérdida adicional deberá asumirla el afectado. Si el valor supera los 1,1 euros, el particular entrará en beneficios y no necesitará esta compensación. Pase lo que pase, en este periodo cobrarán un cupón garantizado del 6% anual.
En todo caso, los titulares de preferentes y subordinadas tendrán que esperar para recuperar todo su dinero, ya que el resto de la inversión (el 80%) lo han recibido en forma de CoCos (convertibles contingentes), que no se transformarán en acciones hasta 2018 y lo harán a 1,1 euros. A pesar de estas complejidades, Liberbank es la única entidad rescatada en la que los titulares de preferentes tienen la posibilidad (no la certeza) de recuperar toda su inversión inicial.
El Banco ha salvado con nota el escollo de su salida a Bolsa, pero tampoco lo tendrá fácil a partir de ahora. El hecho de que el capital en circulación (free float) provenga de un canje de híbridos y la baja liquidez del valor no juega en su favor. Por el momento, el inversor institucional, que compró en la colocación, tiene la posibilidad de deshacer sus posiciones y es el pequeño inversor preferentista el que dará continuidad. Otro problema añadido es que no se cobrarán dividendos hasta 2015, uno de los compromisos que se vio obligado a asumir Liberbank ante la Comisión Europea, que lo impide hasta que los 124 millones en CoCos suscritos por el FROB no hayan sido recomprados en su totalidad.
Frente a estos puntos débiles, a los que habría que sumar la escasa diversificación geográfica de su negocio, Liberbank tiene otros puntos fuertes evidentes: es el banco con la cartera crediticia de menos riesgo entre los cotizados, por su perfil claramente minorista, y en su cartera de valores hay 7.500 millones de euros, de los que un 82% son renta fija, principalmente deuda española. En renta variable tiene 1.400 millones, un 55% en valores cotizados, entre los cuales destacan sendas participaciones del 6% en EdP y en ENCE y otra del 3% en HC.

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