RANKING 2007 EL ULTIMO AÑO GLORIOSO

Todo lo bueno se acaba, aunque en ocasiones se viva con la sensación de que va a durar toda la vida. 2006 fue un año espectacular para la industria cántabra, dado que el índice de producción aumentó nada menos que un 13,5% a precios de mercado, frente a la media nacional del 5,6%. Los datos estadísticos todavía no permiten sacar conclusiones definitivas de 2007, pero, empresa a empresa, se puede considerar otro gran año, el último de una serie tan larga que parecía indefinida hasta que en 2008 se ha cortado bruscamente.
La facturación de las empresas cántabras mejoró sustancialmente, sobre todo en el caso de las vinculadas al sector de la construcción, al transporte y al sector metalúrgico, aunque las compañías de automoción empezaron a notar síntomas claros de enfriamiento, que ahora son ya de congelación.
En un año en que el Producto Interior Bruto creció un 3,9%, como fue 2007, es difícil que algo pudiese marchar mal en la economía, pero hay cosas que no fueron bien. Por ejemplo, el sector primario, donde a pesar del fuerte incremento temporal del precio pagado por la leche al ganadero, la producción del sector cayó un 0,18%, según los datos de la Contabilidad Regional del ICANE.
El peso del sector primario ha pasado a ser tan pequeño que esa circunstancia no influyó excesivamente en el cómputo general, donde son hegemónicos los servicios, la industria y la construcción. Curiosamente, los tres tuvieron evoluciones parejas en 2007. La construcción empezó a moderar su crecimiento, con un aumento del 3,8%, que probablemente sea al último que va a conocer en esta década. Por su parte, los servicios avanzaron un 3,95% y, lo que resulta más llamativo, la industria alcanzó un sobresaliente 4,42%. Es decir, que por primera vez en mucho tiempo, asistíamos a un crecimiento muy equilibrado (si se exceptúa la ganadería) y muy rápido, aunque desafortunadamente esa foto fija de 2007 ha durado muy poco. De lo contrario, algún teórico de la economía hubiese podido asegurar que habíamos encontrado el patrón ideal para el desarrollo de la comunidad autónoma.
Las tasas de desempleo históricamente bajas y el hecho de que el número de ocupados se situase por encima de los 220.000 trabajadores, cuando hace algunos años no llegaban a 160.000, habían creado un espectacular efecto riqueza, con un volumen muy alto de consumo que acabó por reflejarse las cuentas de todas las empresas. Para la mayoría fue un año magnífico, como lo reflejan el incremento de la recaudación del IVA y, sobre todo, el espectacular aumento del Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios.

Todo bien, salvo la ganadería

En tales circunstancias, es difícil señalar un sector económico al que le fuese mucho mejor que al resto, porque la mayoría tuvieron crecimientos notables, incluso algunos tan quejosos como el transporte. La única excepción fue la del sector agrario, que hace mucho que dejó de tener años buenos, a la vista que el índice de actividad es el 87,13% del que tenía en el 2000.
Esa bonanza casi general sirvió para asentar a las empresas tecnológicas, hasta ahora muy endebles, y que por fin comienzan a encontrar un hueco entre las grandes compañías. La proveedora de Internet Mundivía tiene ya 363 trabajadores; Acorde Technologies, 60; TTI Norte, ha pasado de 72 a 97 el año pasado; la instaladora de redes Ambar ha llegado a los 121; CIC Consulting, a 116; y Quiter ha alcanzado la barrera de los 200 gracias al éxito de sus programas para concesionarios de coches. Si bien al ser intensivas en trabajo, por cualificado que sea, difícilmente aparecerán en lo alto de la tabla de facturaciones, son empresas que han adquirido una dimensión comparable a las industrias convencionales de tamaño medio.
Algo parecido ocurre con algunas ingenierías, como Apia XXI, que empiezan a equilibrar una balanza tradicionalmente muy desfavorable para Cantabria, una región donde se generan muchos menos proyectos de lo que correspondería a su capacidad productiva.

Diversidad

Más de un centenar de empresas o grupos cántabros supera ya los 30 millones de euros de facturación, un umbral que hace una década estaba reservado a una treintena de privilegiados y entre ellas hay una diversidad muy grande de actividades y sectores, lo que debiera ser una garantía ante el debilitamiento de cualquiera de ellos, aunque la caída brusca del sector de la construcción dejará muchos huecos en el ranking de 2008, sobre todo los de las de empresas promotoras, que pueden ajustar su actividad a los ciclos del mercado y han comenzado una retirada estratégica a la espera de tiempos mejores.
Las que seguirán contra viento y marea son las grandes fábricas, que tuvieron sustanciales aumentos de la producción en 2007, un indicio muy esperanzador cuando se trata de sectores tan maduros como aquellos en los que se desenvuelven las factorías de la región.
La fábrica de Ferroatlántica en Boo de Guarnizo aumentó la facturación nada menos que un 43% y Astander ha revivido sus mejores momentos, con un espectacular salto de más de 70 puestos en el ranking, al duplicar sus ventas, gracias a la fuerte demanda internacional de transformaciones de barcos convencionales para adaptarlos a la prospecciones petrolíferas.
Las industrias alimentarias siguen avanzando deprisa, aunque un poco menos rápido, con Queserías Lafuente como mascarón de proa. La empresa de Heras alcanzado ya una facturación de 73,6 millones de euros, un 16,5% más que el año anterior.
Para los vendedores de coches 2007 también fue un buen año y los fabricantes de componentes tampoco se pudieron quejar, aunque empezaron a sentir los primeros síntomas de tibieza en la demanda.

Las constructoras, a toda máquina

Las constructoras trabajaron a marchas forzadas, con algunos avances sorprendentes, como el de Copsesa, la empresa propiedad del alcalde de Ramales, que se ha hecho fuerte en Santander capital, y que aumentó su facturación en un 73%, o Vice, que creció un 72%.
Siec se ha convertido en el segundo grupo regional del sector constructor, sólo por detrás de Ascán-Sadisa, y ha continuado una diversificación que le permite estar también en el sector turístico y hostelero, el cuidado el cuerpo, los aparcamientos subterráneos e, incluso, la jardinería.
En la distribución alimentaria, el año no fue bueno para las grandes cadenas nacionales, pero sí para los grupos locales de supermercados, lo que puede indicar un cambio de tendencia. Quizá anuncie que la huida de los consumidores hacia el extrarradio de los últimos años no es un fenómeno irreversible y que empieza a dar muestras de cierto agotamiento.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Escucha ahora   

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, considere ayudarnos desactivando su bloqueador de anuncios