Hacienda multiplica por diez los expedientes de delito fiscal en Cantabria

El fraude fiscal descubierto en Cantabria el pasado año casi se triplicó con relación a 1998, si bien una parte significativa corresponde a la incautación de un gran alijo de cocaína (7.620 kilos) a bordo del buque Taamshare , cuyos resultados fiscales (el equivalente al valor de la droga) han sido compartidos con Asturias. En todas las áreas tributarias mejoró la recaudación incluso en la inspección de Hacienda, que en los dos últimos años ha tenido serios problemas internos como consecuencia del malestar del cuerpo de subinspectores.
Los rendimientos fiscales de Cantabria han aumentado más por la vía extraordinaria (represión del fraude) que por la ordinaria. Tanto que el afloramiento fiscal supuso el pasado año casi 19.000 millones de pesetas, frente a los 7.100 del año anterior. Un incremento insólito que podía llevar a pensar en una actitud del contribuyente cada vez menos ajustada a la legalidad. Sin embargo, Hacienda asegura lo contrario. Ha mejorado el cumplimiento, se declara más, pero al mismo tiempo, se ha incrementado la persecución del fraude, aunque quizá lo primero sea consecuencia de lo segundo.

Un aviso eficaz

Lo cierto es que la campaña de renta de este año comienza con la publicación de los datos de represión del fraude, una especie de aviso a navegantes que, a buen seguro, los contribuyentes no echarán en saco roto. Baste como ejemplo que mientras en 1998 Hacienda envió a los tribunales cántabros expedientes de delito fiscal por importe de 370 millones, el año pasado sumaron nada menos que 4.820 millones de pesetas. Estos expedientes, en los que se afloran deudas fiscales superiores a los quince millones de pesetas, (las que tienen tipificación de delito) corresponden a actuaciones de inspección y de aduanas.
La represión del fraude dio unos resultados más que saneados en el área de Aduanas e Impuestos Especiales (alcohol, tabaco y combustibles) donde se pasó de los 240 millones del año anterior a 4.900, con un incremento del 2.000%. En la inspección tributaria, menos susceptible de altibajos, los resultados crecieron un 22% hasta sumar la deuda descubierta 5.667 millones de pesetas y en el área de Gestión los resultados fueron de 2.638 millones de pesetas (un 18% más).
El incremento en la recaudación a través de la lucha contra el fraude ha sido general en todo el país, aunque no haya alcanzado las cotas de Cantabria. Quizá por este motivo se haya producido un súbito incremento en las cifras de recaudación general. Los españoles dejamos el pasado año en manos de la Agencia Tributaria 15,84 billones de pesetas, un 9% más que en el ejercicio anterior. Si se tiene en cuenta que el incremento del PIB se situó en torno al 3,5%, la presión fiscal no sólo no se reduce sino que se ha incrementado sustancialmente.
Hacienda lo achaca en parte a las mayores facilidades que presta a los contribuyentes para el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, pero la comodidad no parece que por sí misma incentive el espíritu de responsabilidad fiscal en el contribuyente. Es cierto que han aumentado espectacularmente las declaraciones realizadas con la ayuda de programas informáticos, que en cinco años han pasado del 20% al 90%, y que en el último año ya se entregaron 5.500 por Internet pero eso no ha significado un incremento sensible en el número de declarantes. Ni siquiera lo consigue el hecho de que las devoluciones se hayan hecho en 36 días de media frente a los 63 días de 1998.

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