Una legislatura perdida en la promoción del comercio exterior
Durante los años más duros para la economía española, de los que apenas empezamos a emerger, la internacionalización ha sido la solución de urgencia para muchas empresas que buscan mercados en el exterior que compensasen la ausencia de demanda interna, y algunas lo han conseguido con notable éxito. Pero la exportación no debe ser solo un recurso ante una situación de crisis sino una opción estratégica, ante la evidencia de que en una economía globalizada el futuro de muchas empresas, y el de toda la región, pasa por su capacidad de competir internacionalmente.
A este cambio de paradigma quiere contribuir Sodercan que, tras una etapa lastrada por los recortes presupuestarios, se dispone a recuperar el protagonismo que le corresponde en la promoción de las empresas que quieren salir al exterior.
No deja de ser paradójico que, en el epicentro de la crisis y cuando más necesarias eran las ayudas para que las empresas pudiesen salir al exterior, Sodercan dejase de contar con los recursos que precisaba para poder jugar ese papel. Ni en en 2012 ni en 2013 hubo convocatoria de ayudas a empresas para la promoción del comercio exterior. Solo en 2014 –en muy pequeña cuantía– y en 2015, con algo más de decisión, la empresa pública recibió recursos para poner en marcha un programa de ayudas que se denominó Cantabria Global, y del que apenas ha quedado memoria de lo que supuso para las empresas.
Puede que las estrecheces presupuestarias, que han afectado a tantos departamentos de la Administración cántabra, expliquen esos recortes, pero lo cierto es que el impulso a la exportación no se encontraba entre las prioridades del Gobierno anterior, al menos en su primera etapa.
El resultado fue la pérdida de visibilidad de Sodercan, que dejó de contar para las empresas como herramienta de promoción para sus acciones en el exterior. Una etapa que los nuevos gestores de la empresa pública se aprestan a dejar atrás, retomando un hilo que se cortó en los últimos años, como explica el director de Internacionalización de Sodercan, Victor Gijón: “Somos continuistas respecto a 2011, y no porque se haya cambiado de política entre 2011 y 2015 sino porque entre esos años Sodercan estaba desaparecida, no se sacaban ayudas ni se hacía ninguna actividad. Realmente, no hemos cambiado grandes cosas –señala Gijón– aunque sí matices, y hemos dado mayor participación a las empresas en la toma de decisiones en aquello que les afecta”.
Una estrategia consensuada
El Plan de acción diseñado por Sodercan trata de conjugar las necesidades expresadas por las empresas con el papel que deben desempeñar los diferentes organismos implicados en la promoción del comercio exterior, tales como la Cámara de comercio o el ICEX, con el objeto de evitar que se solapen las actuaciones. En esta tarea de coordinación, también CEOE-CEPYME quiere jugar un papel activo, sirviendo de puente entre Sodercan y las empresas que quieren exportar. “Vamos a salir a buscar a las empresas –subraya el presidente de la patronal cántabra Lorenzo Vidal de la Peña–, y después se las pasaremos a Sodercan. La idea es que la Comisión de Internacionalización que tiene CEOE sea una comisión activa”.
El punto de partida de Sodercan, y la gran novedad frente al modo como se venía operando en épocas pasadas, es que se va a pedir a las empresas que presenten un plan anual con todas las acciones que van a desarrollar durante ese periodo. A partir de esa propuesta financiará las actuaciones que considere subvencionables. Las líneas de ayudas previstas cubren prácticamente todos los aspectos que una empresa puede necesitar a la hora de vender en el exterior. La más común es la asistencia a ferias internacionales, bien con un stand propio o como simple visitante para contactar con clientes o distribuidores. También serán subvencionables los viajes de prospección de mercados en otros países, así como los estudios realizados por consultoras para analizar la capacidad de una determinada empresa para vender fuera. Desde Sodercan se van a apoyar, además, los procesos de registro y homologación que debe afrontar una empresa cuando tiene que adaptar su producto a otros mercados, y que supone unos costes importantes.
Para abrirse paso en el exterior también juega un importante papel el marketing, y la empresa pública va a subvencionar la adaptación de todo el material promocional (catálogos, envases…) de una empresa a la lengua del país de destino.
Doblar la ayuda
El límite de las ayudas por empresa todavía no se ha concretado pero la intención de Sodercan es duplicar la cuantía máxima que se les daba en 2015 y que estaba fijada en 15.000 euros. Antes deberán superar sus criterios de evaluación para subvencionar los proyectos que se le presenten en “concurrencia competitiva”, teniendo en cuenta que los recursos son limitados. La asignación del departamento de Internacionalización para este año es de 1,4 millones de euros, pero esto no debería de ser un obstáculo para buscar los recursos que se precisen, según Víctor Gijón: “La voluntad del Gobierno regional es la de que nadie se quede sin la ayuda que necesite y se buscarán las fórmulas de financiación necesarias para cubrir esos aspectos, no solo en Internacional, sino en todos los campos en los que trabaja Sodercan”.
A la hora de asignar recursos a la exportación, el perfil de la empresa también cuenta, porque la experiencia demuestra que el retorno de las ayudas públicas en las que ya están en fase de exportación es mayor que en aquellas que comienzan el proceso. Para estas últimas, el apoyo se centra más en asesoramiento, análisis de capacidades y definición de estrategias.
Misiones a mercados complicados
La organización de misiones comerciales es otra de las tareas que incumben a Sodercan y le sirven de referencia los objetivos para la exportación española que fija anualmente el ICEX. Pero la elección final de esos mercados se establece de manera consensuada con las empresas cántabras, teniendo en cuenta las características de nuestro tejido industrial. El pasado mes de diciembre se acordó con las familiares de tamaño medio –las que generalmente buscan el apoyo de Sodercan– las misiones comerciales que se van a desarrollar a lo largo de 2016. Entre los mercados elegidos se encuentra Irán, un país en proceso de apertura y que ofrece oportunidades en el sector nuclear y de mantenimiento industrial. No es un mercado desconocido para algunas empresas cántabras que ya llevan tiempo exportando a Irán motores de ascensores y valvulería.
Otro destino será Marruecos, un mercado recurrente para Cantabria, donde hace tiempo que hay empresas cántabras no solo exportando sino fabricando (textil, suministro industrial, auxiliares de la construcción…). Tanto este país como Argelia –en la que también se piensa para una misión comercial– son la puerta de Africa y zonas muy interesantes para la venta de bienes de equipo y para la realización de obras de construcción e ingeniería.
Además de los países emergentes, con escenarios complicados que precisan de una mediación institucional, Sodercan no olvida aquellos otros los que los exportadores cántabros tienen más presencia, como la Unión Europea, el destino del 90% de lo que vendemos al exterior. Por este motivo, el programa de misiones comerciales también contempla una visita a Alemania, en concreto a una importante feria sobre energías renovables que se celebrará a final de año.
Sudamérica es otro de los destinos evidentes para las empresas cántabras, hasta el punto de que la única oficina de Sodercan en el exterior se encuentra en México. El pasado año ya se realizaron misiones comerciales a Perú, Colombia y al propio México, y para este ejercicio el objetivo es ir a Cuba, un mercado natural para las empresas españolas y en el que Cantabria ya cuenta con una presencia importante, la del Instituto de Hidráulica que está trabajando en un gran proyecto con la Universidad de la Habana. “En Cantabria tenemos algunos activos muy importantes a nivel internacional” –señala Gijón– “y uno de ellos es el IH que nos puede abrir la puerta de muchos mercados donde lo institucional es muy importante”.
Son precisamente los institutos de investigación de la comunidad autónoma (el ya citado de Hidráulica, el de Biomedicina y el de Física) donde se situan algunas de las fortalezas de nuestra economía y donde más competitivos somos. “Nos falta dar un pequeño paso” –apunta el director de internacionalización de Sodercan– “y es conseguir que la penetración de esos Institutos en mercados exteriores no tenga solo el componente de estudio sino que sirva también como un elemento tractor de empresas que ejecuten los proyectos”.
Una red insuficiente
Para realizar los análisis de mercado y apoyar a las empresas en sus acciones en el exterior, Sodercan cuenta con unos medios muy modestos, en comparación con los de los de otras autonomías. La comunidad vasca, por ejemplo, tiene 77 becarios en el exterior, y la valenciana supera los cien y un presupuestos que multiplica por siete el que dedica Cantabria a promocionar la exportación. Pero no es solo que nos superen comunidades con un PIB sensiblemente mayor que el nuestro, es que también lo hacen en este campo autonomías uniprovinciales como La Rioja. Aun así, se ha hecho un esfuerzo aumentando en un 50% los becarios, lo que ha supuesto pasar de dos a cuatro, integrados en las oficinas del ICEX en Colombia, Marruecos, Estados Unidos (Chicago), y en Alemania (Berlín). En el resto de los países se recurre a consultoras externas para hacer la prospección de sus mercados.
A esta insuficiencia de recursos propios en el exterior, se unen los recortes de plantilla sufridos por Sodercan en la pasada legislatura. Una situación que ha obligado a un esfuerzo añadido, ya que los expedientes de ayudas que se van a tramitar en el departamento de Internacionalización de Sodercan a lo largo de este año, van a superar el millar, los mismos que en 2011 con la mitad la plantilla que tenía entonces.
Una de las novedades en las que trabaja la empresa pública es en la creación, junto con la Cámara de Comercio, de una bolsa de técnicos en comercio exterior. El objetivo es que las empresas que no cuentan con un departamento exportador propio puedan encontrar ahí técnicos especializados. Serán profesionales con experiencia previa en comercio exterior y que realizarán un curso de 60 horas en la Cámara de Comercio para homogeneizar conocimientos. La contratación de esos técnicos por las empresas vendrá acompañada de una línea de ayudas que pondrá en marcha Sodercan.
Es una iniciativa más de la empresa pública para tratar de relanzar la actividad exportadora de las empresas cántabras, como la de impulsar la formación de consorcios o agrupaciones de empresas para aprovechar sinergias dentro de un mismo sector, y acceder a contratos que, por su envergadura, no están al alcance de una sola. Ejemplos recientes como el de Santander Fine Food, en el ámbito alimentario, o el de Santander Global Metal, en el industrial, marcan el camino a seguir para que las empresas cántabras se defiendan mejor en un mundo cada vez más globalizado.