Un andamio para liberar las aceras

Mejorar la estética de nuestras ciudades con la limpieza de fachadas o la rehabilitación de edificios es un objetivo loable pero impone a los transeúntes un molesto peaje. Pensados más por su funcionalidad que para no estorbar el paso, los andamios se han convertido en un obstáculo insidioso para el libre tránsito por las aceras. El problema se acrecienta en las obras de larga duración y en aceras estrechas. Para evitarlo, una firma cántabra ha buscado la forma de conciliar la seguridad que exige un andamiaje con la comodidad de los peatones.
Ideado por José Antonio Durán, un ingeniero industrial madrileño sensibilizado con el problema por su experiencia en una empresa propia de rehabilitación de fachadas, el sistema permite reducir notablemente el número de pilares que sustentan la base del andamio y prescindir de las barras y riostras que los unen entre sí y que son los que más obstáculos suelen suponer en la libre circulación por las aceras.
La solución que lo hace posible es un sencillo mecano formado por piezas de acero de diferente longitud, troqueladas cada 20 centímetros, que pueden ser empleadas indistintamente como traviesas, vigas o pilares, y que forman la base sobre la cual se levantarán después los andamios tubulares tradicionales.
Escaparates diáfanos

Además de reducir el número de piezas, el sistema patentado con el nombre de ‘Garza’ permite ampliar los vanos entre pilares a la medida de los escaparates. De esta forma se eliminan los obstáculos visuales que plantean los andamios a los locales comerciales. Si el sistema habitual apenas ofrece un espacio máximo entre pilares de tres metros, la base de andamio de Garza facilita anchuras de más de seis con una sola hilera de pilares. La misma flexibilidad la ofrece en vertical, y puede llegar a situar la base de andamio a nueve metros de altura aunque, en este caso, las cargas que podrá soportar serán lógicamente menores.
“Lo que hemos hecho –explica gráficamente el director comercial de Garza, José Azanza– ha sido ‘subir el suelo’ a una primera planta, para despejar la acera y que la gente pueda pasar sin ningún problema”.
Otra de las ventajas del nuevo sistema es la de situar la caseta de obra en una plataforma elevada sobre la base del andamio, para eliminar así otro de los elementos que obstaculizan la vía pública. Esta solución aporta, al mismo tiempo, más comodidad a los trabajadores.
Antes de proceder al montaje es imprescindible conocer las cargas que debe soportar el andamio y, para facilitarlo, la empresa pone a disposición de los clientes un programa para su cálculo, que facilita un rápido diseño de la base de andamio necesaria para cada obra, con las diversas posibilidades de ensamblado de piezas que permite su sistema.

Convencer a los instaladores

Aunque las ventajas que se derivan de esta idea son evidentes, la introducción del nuevo sistema no tiene un camino fácil. Los instaladores de andamios muestran cierta resistencia a modificar sus hábitos de montaje, y sólo se plantearán la inversión en este nuevo equipamiento si existe una demanda por parte de sus clientes –las comunidades de vecinos– o una disposición municipal que exija minimizar los obstáculos que plantea la instalación de andamios en la vía pública.
Los dos socios encargados de la comercialización de Garza –José Azanza y Javier Ausín–, han comenzado ya una labor de difusión, tanto entre profesionales de la construcción y técnicos municipales, como entre los colectivos más directamente afectados por las molestias que se derivan de los andamios. Colegios de aparejadores, asociaciones de comerciantes y organizaciones de discapacitados son interlocutores especialmente sensibles a las ventajas que ofrece este sistema, y su capacidad de presión sobre los ayuntamientos puede jugar un papel importante para la aplicación de esta nueva base de andamio.
Sin que aún se haya convertido en una exigencia social, la idea de Garza comienza a abrirse paso entre los propios instaladores. Una firma está utilizando este sistema en un inmueble santanderino en rehabilitación situado en Jesús de Monasterio. Una experiencia piloto que puede servir de referencia para futuras obras.
Otra de las ciudades donde se ha experimentado este nuevo sistema de andamio es Pamplona, a la que pronto seguirán Madrid y Burgos.
La fabricación de los elementos que componen la base de andamio se realiza en una fábrica navarra de Aceralia, pero el propósito de Garza es centralizar en Cantabria los trabajos de acabado de las piezas y su almacenamiento para su posterior distribución y venta.

Proyecto de Emprecan

La sociedad Garza Andamios fue creada en septiembre del pasado año y es un proyecto auspiciado por Emprecan (Emprendedores de Cantabria). Este programa, gestionado por Sodercan y desarrollado en varios ayuntamientos de la región, no sólo facilita subvenciones para la puesta en marcha de nuevas ideas, sino que también ofrece asesoramiento para asegurar la viabilidad técnica y económica de los proyectos. Para sus primeros pasos, los creadores de Garza se han valido de la infraestructura del Vivero de Empresas de Santa Cruz de Bezana, en el que se asientan actualmente ocho empresas.

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