El foro verde

“Enséñame tu presupuesto y me estarás mostrando toda tu política”. Es algo que se puede aplicar a una empresa, a una institución y, de manera aún mucho más evidente, a una Administración pública. Y también es la economía la que está en la base de las políticas ambientales. Así quedó claramente recogido cuando se acuñó el concepto de desarrollo sostenible en 1987.
Ya nos hemos pronunciado en muchas ocasiones de manera clara e indubitada en favor del desarrollo sostenible. Siempre hemos entendido que no es sólo una propuesta económica o social, sino una nueva forma de entender la vida, casi una nueva filosofía que, con sus paradigmas y sus razonamientos, nos ofrece respuestas a ciertas preguntas. Pero eso sí, filosofía y no religión, paradigmas y no dogmas, modelos y no verdades reveladas.
Hace mucho que nos instalamos en el relativismo, como para que ahora venga alguien y nos reconvierta al absolutismo maximalista de lo “políticamente correcto”. Y por eso, porque es la economía, recordamos sucintamente que los tres pilares que conforman este desarrollo sostenible son:
– Ambiental. Preservación de recursos naturales garantizando su futuro.
– Social. Garantizar sistemas de protección social, igualdad, educación, etc.
– Económica. Generar riqueza material.
Los pilares del trinomio (no Trinidad) son interdependientes. Sin embargo, como la economía iba bien y en cambio se estaba deteriorando muy gravemente el medio, los esfuerzos se han centrado en el aspecto ambiental del desarrollo sostenible y no en los otros.
Desgraciadamente, la favorable evolución socioeconómica se ha frenado, e incluso ha entrado en regresión, y es una evidencia que en España y en Cantabria el pilar ahora más amenazado es el económico, y tras él, inmediatamente, el social.
Esta circunstancia exige una impostergable e inexcusable defensa a ultranza del sector productivo, de nuestras fábricas, empresas e infraestructuras. Y cada uno, desde la responsabilidad política, profesional o empresarial que le corresponda, ha de aportar su esfuerzo inequívoco en esa dirección. La única que también nos permitirá garantizar un alto grado de desarrollo social.
Es necesario apoyar al sector productivo y hacerlo. igualmente, desde la perspectiva ambiental, marcando objetivos de calidad ambiciosos pero realistas y coherentes con la capacidad económica y técnica de las empresas, agilizando las tramitaciones administrativas, generando seguridad jurídica y eliminando incertidumbres; incrementando y apoyando las iniciativas públicas o privadas que ayuden a las empresas a mejorar su comportamiento ambiental, creando más y mejores incentivos fiscales y financieros para la inversión ambiental, descargando a las empresas de tasas injustas, obligaciones redundantes y controles innecesarios.
Y es que el medio ambiente se apoya, impulsa y mejora desde todos los ámbitos, pero sobre todo, desde el económico.

Martín J. Silván
Director de Industria, Innovación y Medio Ambiente de la Cámara de Comercio de Cantabria

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