La transformación digital llega en el peor momento para las empresas cántabras

Una de las causas que mejor explican la débil salud de la economía cántabra y su retraso frente al ritmo de recuperación de otras regiones es el retroceso de un sector clave como es el industrial. Además de los estragos que ha producido la crisis, en un reciente informe de la Fundación Alternativas y la Universidad de Cantabria sobre la situación de la economía local se apunta que los sectores industriales maduros no se ven progresivamente compensados por otros nuevos, por la caída en innovación, investigación y desarrollo.
Una de las conclusiones de éste y de otros estudios es que las empresas que tienen mayor nivel de tecnología son las que mejor han resistido la crisis, al hacerlas más competitivas y adaptables. Pero esto solo ocurre, como mucho, en el 25% de las compañías cántabras, cuando en otras regiones se da en el 40%. Y lo que es peor, esa distancia no se ha reducido en los últimos años.
Sin embargo, ya existen las herramientas para ayudar a elevar el nivel tecnológico de nuestras empresas, aunque muchos empresarios, por falta de recursos o de información, lo desconozca.
Desde Ascentic, la asociación que agrupa a la mayoría de las firmas tecnológicas de Cantabria, se han puesto en marcha varias iniciativas para llevar al tejido empresarial de la región el conocimiento de lo que las tecnologías de la información pueden hacer para modernizar su modelo de negocio. “El sector tecnológico es una cuestión transversal a todos los ámbitos de la economía” –señala el presidente de Ascentic, Jaime Gómez. “Es un sector estratégico, pero no por su aportación directa a la economía sino porque transforma a todos los demás”.
Entre las iniciativas se encuentran el proyecto para formar un clúster de empresas tecnológicas o las acciones formativas puestas en marcha en colaboración con la Cámara de Comercio para ayudar a la transformación digital de los negocios.

Un clúster tecnológico

El apoyo a la creación y fortalecimiento de clústers o agrupaciones empresariales forma parte de la estrategia europea de promoción de la competitividad de las pymes. En España se han formado ya estas agrupaciones en el País Vasco, Navarra y Aragón.
En la anterior legislatura el entonces director general de Innovación propuso a Ascentic que explorase la posibilidad de crear en Cantabria una agrupación semejante. Concluido ahora el estudio, los responsables de la Asociación lo han presentado a la Consejería de Industria, que ha acogido el proyecto con interés, hasta el punto de encargarle una hoja de ruta para ver de qué modo ese clúster podría ayudar a la transformación digital de tres sectores claves para Cantabria: el turístico, el agroalimentario, y el industrial.
“Muchas veces, el problema que tiene el empresario es que no sabe como subirse al carro de la digitalización”, subraya el consejero de Industria, Francisco Martín. “Por eso pienso que ese clúster debe ponerse al servicio de sectores que, por el pequeño tamaño de sus empresas, no iban a ser capaces de salir a buscar a su proveedor de servicios digitales”, añade.
Como ocurre en los clústers ya creados en otros sectores (automoción, nuclear), el papel del Gobierno cántabro sería el de buscar el equilibrio entre intereses empresariales que compiten en el mercado y servir de puente con los sectores que puedan reclamar sus servicios.
Industria ha pedido a los promotores una propuesta de viabilidad, indicando los recursos con los que podría financiarse para conseguir su sostenibilidad. “El objetivo es proponer soluciones que, como mínimo en el medio y largo plazo, estén económicamente soportados por las empresas a los que van destinados”, explica Jaime Gómez. Quedaría abierta, pues, la posibilidad de un apoyo económico inicial por parte de la Administración regional.
La evolución que se ha ido produciendo en las empresas de nuevas tecnologías, cada vez más especializadas en nichos concretos de mercado, ha llevado a que muchas de las que están integradas en Ascentic ya no compiten entre sí. Esto facilitará dar respuesta a prácticamente cualquier necesidad que tengan las empresas que recurran al clúster sin que se produzcan conflictos entre varios posibles candidatos.
Ascentic reúne a 28 empresas que facturan 75 millones de euros al año (el 80% del total del sector) y dan empleo a unas 1.200 personas, mil de ellas en Cantabria. Pero el sector de las nuevas tecnologías también está formado por muchísimas micropymes que no pertenecen a la asociación.
En cualquier caso, el clúster será una plataforma abierta a todas las empresas tecnológicas de la región que quieran participar. “Si sumamos todas nuestras especializaciones” –subraya Jaime Gómez– “podemos hacer algo que sirva para transformar otros sectores con las cosas que sabemos hacer”.

Hacia la transformación digital

La necesaria puesta al día tecnológica de nuestras empresas no solo tiene que ver con el reemplazo de un equipamiento obsoleto. Tan necesario o más es plantearse nuevos modelos de negocio a partir de lo que las tecnologías emergentes ofrecen. Estamos asistiendo a una nueva revolución digital, la del Big Data, el Cloud Computing y el internet de las cosas. Un mundo interconectado que abre nuevas posibilidades de negocio, desde el ámbito de la fabricación o la distribución a la relación con los clientes. Y de la capacidad para adaptarse a esta nueva realidad va a depender la propia supervivencia de la empresa.
Según un reciente estudio de Cisco, en los próximos cinco años cuatro de cada diez compañías serán desplazadas de su posición en el mercado –e incluso desaparecerán– por falta de innovación, velocidad de cambio o capacidad de reinvención para afrontar el desafío digital.
Y en un informe presentado en el último Foro de Davos se calcula que hasta 2020 desaparecerán 7,1 millones de puestos de trabajo y se crearán otros 2,1 millones nuevos en empleos que actualmente no conocemos pero que probablemente estarán relacionados con la robótica, la inteligencia artificial, la analítica de Big Data o la ciberseguridad.
Para adecuarse a estos cambios, la Unión Europea ha puesto en marcha su estrategia para la creación de Mercado Único Digital, estableciendo como prioridades la estandarización de la comunicación móvil 5G, un sistema de nube europeo, el internet de las cosas, las tecnologías de los datos y la ciberseguridad.
Por su parte, sectores tradicionales, como el de la banca o los seguros, aceleran la transición hacia un modelo online de negocio. Y surgen nuevas ideas como la reciente apertura en Suecia del primer supermercado que no necesita empleados, porque, con un smartphone, el cliente puede abrir la puerta, escanear los códigos de barras de los productos y pagar la compra. En definitiva, la digitalización permite a las empresas innovar, optimizar sus procesos y crear nuevos formatos de negocio.

‘El empresario tiene que ver el retorno económico’

De todo ello se habló en una mesa redonda sobre transformación digital organizada por Ascentic en la Cámara de Comercio de Cantabria el pasado 25 de abril. Uno de los ponentes, Miguel Angel Fernández Seco, presidente de AtosWorlGrid, tras realizar un recorrido por las sucesivas fases que han recorrido las empresas en su adaptación a las nuevas tecnologías, puso el énfasis en las personas: “Lo que debemos hacer es cambiar la cultura de los trabajadores y de las personas, para pasar de un modelo de negocio tradicional a otro moderno”, señaló.
A la necesidad de introducir cambios en la cultura empresarial, para entender mejor las posibilidades que encierran las nuevas tecnologías se refirió otro de los participantes en la mesa redonda, Luis Muñoz, director financiero de Teka Industrial. Muñoz hizo referencia a la escasez de recursos con que se encuentran muchas industrias, recuperándose todavía de la crisis, para hacer frente a los nuevos retos tecnológicos. “Nosotros tenemos pocas posibilidades de avanzar hacia la industria 4.0 [totalmente interconectada]. La situación en que nos encontramos nos obligaría a dar ese paso pero las prioridades son salir de la crisis. Además, el empresario limita mucho la inversión en nuevos sistemas porque no ve el retorno económico, algo que no es fácil de medir”, subrayó Muñoz.
En esa necesidad de que la transformación digital añada un valor tangible a las empresas insistió Marcos Fierro, director de Sistemas de XPO Logistics (la antigua Gerposa). Para Fierro, las nuevas herramientas digitales que se apliquen tienen que tener un retorno económico en forma de ahorro de costes o de procesos que aporten valor a las empresas que, en cualquier caso, deberán aplicar su propio guión en esa puesta al día.
La cuarta participante, Carmen Santa Pau, directora del Hotel Azul, puso voz a las pymes, y a su escasez de recursos para aprovechar todas las posibilidades que ofrece la transformación digital de sus negocios.

Un taller digital

Precisamente hacia esta última cuestión está enfocado el curso organizado por Ascentic y la Cámara de Comercio de Cantabria. Con el título ‘Transformación digital de nuestro negocio’, se extenderá hasta el 27 de junio en ocho sesiones impartidas por expertos como Celestino Güemes (Atos), Roberto García (Ambar), Alfonso Martín (CIC), Victoria Llamazares (Atos) y Fernando Moreno (Sayme). A lo largo de esas sesiones, que tendrán siempre un contenido eminentemente práctico, los directivos de las empresas cántabras podrán identificar y analizar las tendencias emergentes en el mundo digital, evaluar su impacto en la estrategia de su negocio e identificar nuevas oportunidades en el entorno digital. También podrán adquirir los conocimientos para promover procesos de transformación digital en sus empresas.
Como explica el coordinador del curso, Pablo de Castro, director general de KLT, para las empresas cántabras “resistir no es una opción; tenemos que cambiar las cosas y eso significa salir de nuestra zona de confort y hacer cosas diferentes, tanto desde el punto de vista interno de nuestros procesos en la empresa, como desde el externo; y no solo hablamos de informatización o robotización, estamos hablando de competir en el mercado de otra manera, con otros modelos de negocio diferentes. Tenemos que repensar nuestra manera de trabajar en todos los sectores”, resume De Castro.

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