PANORAMA INTERNACIONAL

Bomba demográfica en
Oriente Medio
Las bombas y algaradas en Oriente Medio son aburridamente familiares pero no lo es tanto el problema estratégico más acuciante al que se enfrenta la zona, el aumento de la juventud. Más de dos tercios de los árabes tienen menos de 25 años y más de una cuarta parte está en paro (…)
Los gobiernos árabes necesitan invertir más en infraestructuras y poner en marcha un marco financiero moderno, como el de algunas ciudades-estado del Golfo (…)
Tienen tres grandes problemas: un sistema educativo que da pena, autocracia política y ausencia de ley. Y una reforma económica sin un cambio político no conduce a nada. Los militares y los servicios secretos acabarían destruyendo la innovación y el espíritu empresarial de la misma forma que su sistema educativo inhibe el pensamiento crítico y la iniciativa.
Podrían importar tecnología pero necesitan del rigor educativo que ésta requiere. Además, en los estados predatorios la inversión se retrae, sobre todo, en la industria manufacturera. En definitiva, el nivel de avance que necesita la región no es posible mientras haya despotismo.
Financial Times

Por fin, un avance en la Sanidad
A nadie le gusta que le hagan esperar y mucho menos cuando lo que busca es que le salven la vida. Acortar las listas en la sanidad fue, por esa razón, una reivindicación central del Nuevo Laborismo británico en 1997 (…)
Las estadísticas oficiales demuestran que este objetivo se está consiguiendo, pues en los últimos tres años la espera para una operación se ha reducido de más de nueve semanas a cuatro. Pero las estadísticas no reflejan todos los aspectos. Uno de los más criticables es que el Nuevo Laborismo ha metido demasiado dinero en un servicio sin reformar y mal adaptado de cara al objetivo de conseguir más productividad y mejores resultados sanitarios.
No obstante, el Gobierno está contento porque existe alguna prueba, no concluyente pero sí estimulante, de que alguno de los miles de millones de libras invertidos en la sanidad en la última década ha servido, por fin, para algo.
The Observer
El Medio Ambiente, siempre presente
Las leyes de la naturaleza, a diferencia de la suerte de los gobiernos, no resultan afectadas por los reveses económicos. Los altos precios y restricciones en los ingresos presionan a Gordon Brown para cambiar de dirección la política económica pero, una vez emitido a la atmósfera, el CO2 calienta el planeta, haya o no haya inflación (…)
El coste de vérselas con desastres naturales, migraciones masivas, hambrunas o inundaciones supera con mucho el de cambiar un modelo económico hacia otro más sostenible. Y en tal transición, algunos sectores muy contaminantes van a soportar una carga mayor que otros. Además, un gobierno que anda mal en las encuestas no está en condiciones de mandar mensajes iluminados al electorado (…)
El descontento popular tiene motivos en el terreno de los impuestos, ya que se penaliza fiscalmente a los que han comprado coches ineficientes antes de que estuvieran plenamente disponibles los menos contaminantes. Algo contraproducente hasta para los más entusiastas de las ecotasas.
No obstante, los que protestan por los impuestos sobre el carburante están totalmente confundidos porque la manera más barata de viajar en el Reino Unido sigue siendo por carretera, ya que su coste en términos reales ha caído un 10% entre 1976 y 2005, mientras que el transporte público ha subido un 50%.
Cualquier gobierno que quiera ser creíble debe decir cosas impopulares cuando tienen la virtud de ser verdad. Y es cierto que, a pesar de David Cameron y de Gordon Brown, se está produciendo un cambio climático sin consultar las encuestas de opinión.
The Observer

Los riesgos de Rusia
Los problemas a los que ha tenido que enfrentarse BP con sus socios oligarcas rusos y con las autoridades de aquel país en la joint venture TNK-BP demuestran los grandes riesgos de hacer negocios en Rusia. El asunto no es como el asalto del Kremlim a la petrolera Yukos, proyección viva del poder estatal, pero a los ejecutivos de esta compañía les han sometido a una verdadera campaña de intimidación (…)
Cuando las instituciones estatales son capaces de actuar así con las compañías extranjeras, los gobiernos no pueden desentenderse de ello como si fuera un mero asunto de los accionistas y los inversores harían bien en no asumir que los rusos apliquen la ley de manera desequilibrada. El presidente Medvedev ha sido el primero en admitirlo al calificar a Rusia como “un país con nihilismo legal” y ha dicho que la tarea de construir las instituciones rusas será monumental.
Financial Times

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