ADSL

José Antonio Villalba
jvillalba@eresmas.net

¿Cuántas veces nos hemos tirado de los pelos descargando un archivo de Internet? ¿Cuántas veces nos hemos horrorizado viendo la factura telefónica? La conexión telefónica normal, aún con un módem de 56 k, no es suficiente para un usuario medianamente activo. Y el cable (la solución ideal) aún no está al alcance de todos los hogares, de modo que se está recurriendo a soluciones intermedias: RDSI y ADSL. RDSI son las siglas de Red Digital de Servicios Integrados. Lleva funcionando desde hace tiempo, y la ofrecen todas las compañías de telecomunicaciones y muchos proveedores de Internet. Su gran ventaja es que aumenta el ancho de banda (el caudal de datos que se pueden transmitir al mismo tiempo, además de poder asegurar un caudal fijo), y su gran desventaja es un coste de instalación enorme que entre unas cosas y otras puede resultar por encima de las 100.000 pesetas. Eso sí, una conexión RDSI consta de dos líneas telefónicas con el mismo número, con lo que se puede estar conectado a Internet, mientras por la otra línea seguimos utilizando el teléfono. Hasta hace muy poco tiempo era la única alternativa disponible.
Las líneas ADSL son las últimas en llegar, aunque no son precisamente nuevas (llevan años funcionando en Estados Unidos), y son las grandes desconocidas del mercado de las telecomunicaciones. Casi todos las han oído mencionar, pero pocos saben en qué consisten. Y, teniendo en cuenta que son las que parecen llamadas a aguantar el tirón hasta que el cable esté bien establecido, merece la pena presentarlas.
Las conexiones ADSL se establecen sobre el cable de la línea telefónica normal, pero usando una tecnología muy distinta que aprovecha el viejo cable de cobre mucho mejor (hasta 2 MB por segundo, frente a 56 Kb del módem normal). A cambio, la señal tiene que transmitirse y recibirse mediante un aparato llamado splitter (separador)… y eso significa que tanto el cliente como la centralita telefónica tienen que estar preparados para ADSL. El splitter divide la conexión en tres: una de recepción de datos, otra de emisión de datos, y una más de voz. Las de datos están conectadas 24 horas al día entre el usuario y la centralita; se trata de un servicio permanente.
Las tres conexiones no son iguales en lo que a capacidad se refiere (la «A» de ADSL es de asimétrica) porque lógicamente interesa que haya mucho más caudal para recibir que para emitir. La conexión de voz no es permanente, y se puede usar al mismo tiempo que las otras dos. Eso significa que puedes estar conectado a Internet (y navegando) a través del módem, pagando la tarifa plana, y a la vez hacer una llamada telefónica sin interrumpir la conexión… pero eso sí, pagando por el consumo de pasos de la llamada como si fuera una línea aparte.
Un paso más allá, el splitter se conecta a la línea telefónica y a un módem ADSL. Este módem es evidentemente distinto del normal, y puede ser interno o externo. Si es interno, se aloja en una tarjeta que se instala en el ordenador. Si es externo, se conecta al ordenador mediante un cable Ethernet (el cable que se utiliza para conectar ordenadores en una red local). Todos los Macs modernos llevan estos cables, pero la mayor parte de los PCs domésticos necesitarán instalar una tarjeta con puerto Ethernet. En cualquier caso, el efecto es el mismo. Una vez conectado, Telefónica asigna una dirección IP fija (el identificador en Internet) al módem y empieza a prestar servicio. Como es lógico, el rendimiento real depende del tipo de contrato que tenga, pero además depende mucho de las circunstancias del tráfico y el lugar donde resida la página con la que se conecta. Por ejemplo, dentro de la red IP de Telefónica (España) se garantiza la velocidad máxima de su contrato. Fuera de ella, puede bajar hasta los 33 Kb por segundo… y antes de llevarse las manos a la cabeza trate de recordar la última vez que su módem funcionó al 100%.
¿Quién lo ofrece y quién lo instala?

Esta es una pregunta con trampa. Los únicos que hacen instalaciones de splitters son los técnicos de Telefónica, porque sólo Telefónica tiene centralitas y además es la dueña de las líneas por las que funciona el ADSL. Sin embargo, la mayor parte de las empresas de telecomunicación y muchos proveedores de Internet (e incluso algún instalador especializado) están haciendo de intermediarios del producto de Telefónica y asumiendo la instalación y configuración del módem. Las razones de este arreglo son políticas: por orden del Consejo de Ministros, las empresas tienen la obligación de ofrecer conexión de tarifa plana y banda ancha a un precio asequible. Y Telefónica es la única que puede darles soporte, de modo que las demás venden su producto y se quedan con parte del dinero. Ejemplo de empresas que ofrecen ADSL: Terra (Telefónica), Arrakis (British Telecom) y Eresmas (Retevisión).
¿Cuánto cuesta?

Esta es otra pregunta con trampa, y además la trampa puede ser gorda. Porque una conexión ADSL tiene cuatro tipos de coste distintos, y eso no suele quedar claro cuando te lo ofrecen. Primero, el coste de alta (se supone que financia la adaptación de las centralitas). Segundo, la instalación (ponerte el splitter y un trozo de cable). Tercero, el precio del módem y su instalación, si no lo hace uno mismo (veinte mil pesetas más o menos). El módem se vende, no se alquila, y el precio está subvencionado. Y por último la cuota mensual, que es la que suelen citar como precio del servicio, y es el coste de la tarifa plana de Internet. Hemos de tener en cuenta que todo esto no cubre el consumo telefónico en llamadas normales (ni el abono mensual que pagamos a nuestra operadora).
En estos momentos, Telefónica y sus distribuidores ofrecen tres niveles de servicio con velocidades máximas de 256 Kb, 512 Kb y 2 Mb por segundo respectivamente. Los precios varían proporcionalmente con la velocidad. Pero es importante prestar atención a las ofertas, como por ejemplo el regalo de la instalación y el alta, con lo que solamente nos cobrarían el módem (27.000 con IVA en Telefónica) y las cuotas mensuales de la tarifa plana 24 horas, de 6.500 + IVA (7.500 pesetas). Los demás proveedores pueden ofrecer precios ligeramente diferentes, pero nada como para sorprenderse.

Condiciones

No todo el mundo puede tener ADSL. Para empezar y como hemos visto, se necesita vivir en una zona en la que la centralita esté preparada. Para seguir, necesitamos un ordenador capaz de admitir un módem ADSL, es decir un Mac o un PC con conexión Ethernet o espacio para la tarjeta PCI correspondiente. Y desde luego, se necesita suerte. Porque la tecnología es tan nueva que cuando no funciona, los técnicos de atención al cliente no siempre saben porqué (bien es verdad que en otros temas puede que tampoco). Últimamente, las quejas contra el servicio nos recuerdan a los primeros días de puesta en marcha de Infovía Plus. Eso sí, según los afortunados poseedores de una conexión, cuando funciona es como si de repente más que navegar echáramos a volar por la Red.
Otra cosa que se necesita si se ha solicitado el servicio es paciencia. En las últimas fechas se están empezando a anunciar unos plazos de instalación de 50 días, y no se sabe de nadie que lo haya tenido funcionando en menos de un mes.

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