Solares y Torrelavega quedarán unidas por autovía en 2010

La Autovía del Cantábrico nunca se llegó a concluir en Cantabria, pero eso ha pasado desapercibido para buena parte de la población. Restan los 28 kilómetros entre Solares y Torrelavega y ya están adjudicados, pero ha sido preciso esperar más de una década para ver iniciados los trabajos que concluirán en la primavera de 2010. El hecho de que la mitad de ese tráfico se haya canalizado a través de la autovía Santander-Torrelavega, con un notable desvío, ha hecho menos notoria su necesidad, pero, una vez en uso, este tramo de la carretera verá duplicado el tráfico que ahora soporta la nacional Santander-Madrid. Como consecuencia, la Autovía Santander-Torrelavega quedará liberada de buena parte del que ahora tiene, especialmente, del tráfico pesado. Precisamente en la congestión que soporta esta autovía, por la que transitan ya entre setenta y cien mil vehículos diarios, cifraba el popular Alvarez Cascos, en su etapa de ministro de Fomento, el atractivo que debía tener para las constructoras explotar una autopista de peaje entre Zurita y Parbayón. Claro que para lograr este prometedor tramo, la empresa concesionaria debería correr también con los costes de construcción de la Ronda de la Bahía y la propuesta despertó mucho menos entusiasmo del que suponía el ministro. Tan poco que pocos días antes de las elecciones que propiciaron un cambio de Gobierno, en marzo de 2004, el Consejo de Ministros se veía obligado a declarar desierto el concurso. No se presentó ningún licitador, a pesar de que Fomento para esas fechas, y a la vista de la fría respuesta de las constructoras, ya se había declarado dispuesto a aportar hasta el 40% del coste de construcción de la autopista de peaje.
De aquella frustrada iniciativa no quedó más que el notable retraso que arrastra la construcción del tramo que ahora se ejecuta. Ni siquiera se pudo aprovechar el proyecto, ya que se ha vuelto al trazado inicialmente previsto, durante el último Gobierno de Felipe González, que ya tenía aprobada en 1993 la declaración de impacto ambiental.

Dos subtramos

Aunque son dos los subtramos en que se ha dividido la obra (Solares-La Encina y La Encina-Torrelavega), los trabajos se han iniciado prácticamente al tiempo. También se asemejan las longitudes, con algo más de 13 kms en el trazado que parte de Solares y 14,5 en el que, desde La Encina, concluye en Torrelavega.
Las diferentes dificultades técnicas que ofrece cada tramo explica que la finalización prevista para ambas obras esté separada por unos seis meses. Así, mientras que Solares-La Encina entrará en servicio en diciembre de 2009, el resto del trazado no lo hará hasta mayo de 2010.
La culminación de la Autovía del Cantábrico va a suponer un notable alivio para el saturado tráfico del área metropolitana de Santander, que se ve obligada a soportar el paso de aquellos vehículos que van camino de otras zonas de la región o con destino a otras comunidades de la Cornisa Cantábrica. Según cálculos de la Demarcación de Carreteras del Estado, el ahorro de tiempo para los vehículos en la ruta Bilbao-Oviedo o viceversa, que ya no se verán obligados a llegar hasta la Bahía de Santander, se estima en unos doce minutos.
La construcción de este tramo también va a dar satisfacción a los ayuntamientos pasiegos, que lucharon por no quedar descolgados de las vías rápidas de comunicación, oponiéndose a la pretensión del PP de llevar la autovía por la vertiente norte de Peñacabarga. Además de una mejor ordenación del territorio, el nuevo trazado va a contribuir también a la seguridad vial de esos municipios, al eliminar las travesías de la N-634 a su paso por Pámanes, La Helguera, Penagos o Pomaluengo.
El tramo entre Solares-La Encina contará con tres enlaces (Solares, San Vitores y Sarón), mientras que el que culmina en Torrelavega dispondrá de cuatro (Zurita, Vargas, Castañeda y La Penilla). En ambos tramos se construirán hasta ocho viaductos ya que deberán salvar en distintos puntos los ríos Pámanes, Pisueña y Pas, así como el arroyo Suscuaja. La más llamativa de estas estructuras es la que se levantará sobre el humedal de la Llama (Penagos), un viaducto de un kilómetro de longitud que reducirá la afección medioambiental de la autovía sobre este paraje, aunque eso no ha evitado las protestas de una coordinadora de afectados. Los trabajos de preparación han seguido su curso y las empresas encargadas de la ejecución de los dos tramos (FCC y Acciona-SEOP) han ocupado ya la práctica totalidad del terreno afectado por las obras.
Aunque en algunos puntos, como entre los enlaces de Solares y de Sobremazas, va a poder aprovecharse el trazado ya existente, la necesidad de recurrir a numerosos puentes y viaductos explica que el coste total de la obra ascienda a 163 millones de euros. Una inversión que correrá a cargo de los presupuestos del Estado y que convertirá a Cantabria en la única comunidad autónoma del norte de España con una red viaria completa de alta velocidad en la que los usuarios no tienen que pagar ningún peaje.

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