EL PARQUE TECNOLOGICO ATRAE MÁS EMPRESAS.

El Gobierno, por el momento, ha decidido ser muy cauto y no echar las campanas al vuelo pero hay una inequívoca satisfacción y la sensación de que, sólo con que cuajen algunas de las propuestas, la región va a vivir una época de implantaciones industriales inédita, más esperanzadora aún en mitad de una gran crisis económica.
La palanca del Plan Eólico de Cantabria no solo va a mover el PCTCan, sino también algunas otras zonas de la región tan necesitadas como Valdeolea, donde están previstos varios proyectos vinculados a las energías renovables.
También hay cierta confianza en el potencial de los otros dos motores del Parque, el Instituto de Hidráulica, con su Gran Tanque de Ingeniería Marítima, al que tendrán que acudir empresas e ingenieros de España y del extranjero para probar prototipos y teorías relacionados con la materia, y el Instituto de Biomedicina, un centro promovido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Cantabria. Entre ambos reunirá una plantilla de 350 investigadores, algo muy difícil de ver en una región pequeña.

Don centros singulares de investigación

Las instalaciones del Instituto de Hidráulica ya se han adjudicado a una UTE formada por Acciona y Copsesa y van a costar 16,1 millones de euros, a los que habrá que añadir cinco más para su equipamiento. Deberá estar finalizado para el 2011 y para entonces, Cantabria se habrá convertido en una región puntera en la investigación sobre el comportamiento del mar y sus profundidades.
Los dos institutos van a tratar de unir la ciencia pura con la transferencia de tecnología a la empresa privada, por lo que, además de crear un clima de investigación, se espera que generen un movimiento económico muy relevante a su alrededor.

Cinco sedes más a la espera de licencia

En cuanto a lo materializado hasta ahora, son dos edificios, los de la ingeniería Apia XXI y la empresa de telecomunicaciones TTI Norte; está punto de concluirse el de Acorde, también dedicada a la investigación en radiofrecuencias, y hay otros siete en construcción: los de Semicrol, CIC y Quiter –las tres de software– Soningeo (ingeniería), la sede del Centro Tecnológico de Componentes, de Sodercan y del propio Parque, que estará concluida en junio, y el poco convencional inmueble que va a levantar la empresa de redes Ambar.
A la espera de la licencia del Ayuntamiento de Santander se encuentra un edificio de oficinas cuya construcción acaba de ser adjudicada a SIEC, los dos institutos de investigación y las sedes de Setelsa (sistemas integrados de seguridad) y Cesoin (software).
Con estos proyectos se completa la zona Este del Parque y buena parte de la Oeste, donde también está prácticamente construido el aparcamiento subterráneo de 950 plazas, que ahora tiene el aspecto de una enorme plaza encajada en el terreno y del que solo queda por hacer la cubierta, que deberá ser concluida por quien vaya a ser su concesionario.
En otro exceso de previsión, está acabado desde hace año y medio el llamativo puente atirantado que cruza la Autovía Bezana–El Sardinero a la altura del Parque y queda en el aire, por el momento, la zona de servicios complementarios y la construcción del hotel previsto para dar servicio al movimiento de personas que va a tener el PCTCan cuando estén funcionando todas las empresas, cuyos concesionarios (la constructora Ascan y la cadena Silken) han renunciado a levantarlo y explotarlo.

Petición de ampliación

El Parque tiene ya cubierto el 60% del suelo y comprometido casi otro 20% más, con el centro de investigación de Vestas y las peticiones de empresas de menor tamaño, pero los responsables del Parque quieren disponer de una reserva de suelo más amplia, algo que resulta estratégico para no perder un gran proyecto cuando aparece, y han pedido al Ayuntamiento de Santander que califique como industriales otros 100.000 metros cuadrados que se encuentran entre el límite Oeste del recinto y la Ronda Sur de la Bahía, a lo que la Corporación ha accedido en la última versión del futuro Plan General de Ordenación Urbana, aunque con menos edificabilidad de la solicitada.
La versión anterior del PGOU no cubría las expectativas del Parque, al establecer la superficie de ampliación a ambos lados de la Ronda de la Bahía, lo que encarecía sustancialmente el coste de urbanización y provocaba, en la práctica, dos espacios industriales distintos. Eso se evita en la última versión del Plan, pero el Ayuntamiento no ha accedido, en cambio, a que este suelo puede gestionarse a través de expropiaciones, el método más rápido para el desarrollo de los terrenos.

Edificios bioclimáticos

El Parque Científico y Tecnológico es el proyecto más importante de los impulsados por el Gobierno regional hasta la fecha, si se tiene en cuenta que, entre inversión pública y privada va a mover 150 millones de euros. Una vez levantados los edificios, en ese espacio trabajarán 3.000 personas, que van a encontrar un entorno mucho más amicable que el de cualquier otro espacio industrial, tanto por la ordenación y los equipamientos tecnológicos como por la calidad de vida o la circunstancia de que la mayoría de las empresas van a operar en el campo de las nuevas tecnologías. También por el hecho de que casi todas han decidido hacer edificio singulares y, en muchos casos, respetuosos con el medio ambiente. En concreto, la sede del PCTCan ha sido diseñado por el estudio Sobrellano Arquitectos para que demande la menor energía posible y, además de cumplir la nueva normativa que exige el disponer de paneles solares para calentar el agua sanitaria, va a conseguir su climatización a través del calor obtenido de la tierra (geotermia).
Veinte conductos perforados a 125 metros de profundidad llevarán hasta el edificio el calor del interior de la tierra a esta profundidad, que es de 17 grados en cualquier época del año. El agua, después de descender por los tubos, subirá hasta las bombas de calor encargadas de climatizar el edificio. En verano las refrigerará y en invierno el agua templada de la tierra se convertirá en elemento calefactor. Cuando se desee una climatización más cálida, el aporte extra se realizará con energía convencional.
El edificio de la empresa Soningeo también va a utilizar la energía geotérmica. Además, esta empresa tiene intención de climatizar las distintas estancias con el calor que es necesario extraer de la sala de servidores para que funcionen correctamente.
El Parque ocupa 237.000 metros cuadrados, de los cuales la superficie edificable es de 112.500, repartida en dos zonas, que serán tres en el futuro, cuando se apruebe el Plan General y la sociedad pública promotora pueda hacerse con los terrenos adyacentes.
Las obras de urbanización de las dos fases originales han costado 40 millones de euros y están realizadas al 95%. Está concluido también el vial sur de conexión a la N-611 a la altura de Campogiro, con lo que el Parque tendrá un acceso a su inicio y otro a su final. Aún tendrá un tercero –a través del puente sobre la S-20– en el momento en que se urbanice la amplia zona rústica situada al otro lado de la Autovía, que cambiará de calificación con el nuevo Plan General de Ordenación Urbana.
Todo el conjunto se gestionará desde el edificio sede, un enorme inmueble doble de 3.000 metros cuadrados donde Sodercan agrupará a todas sus empresas –incluida la encargada del PCTCan– y sus 150 trabajadores.
El circuito cerrado de televisión y el control de accesos ha sido instalado por Ambar Security y se trata de un sistema dotado de arquitectura distribuida IP, escalable en cuanto a prestaciones y expandible en cuanto al número de usuarios, software y hardware. Cubrirá las necesidades de seguridad permitiendo la entrada a los más de 300 trabajadores y visitantes previstos diariamente, a la vez que registra las imágenes del Parque para evitar el paso de vehículos y personas a recintos de especial interés dentro de la sede del PCTCan.
Un patio inglés que se encuentra en uno de sus laterales está llamado a convertirse en el bullicioso corazón del Parque, dado que a su alrededor se instalará el área de restauración, pensada para que los trabajadores puedan comer a un precio muy moderado sin tener que desplazarse de la zona. Será en ese recinto y no en el interior de los edificios donde se sustancie el auténtico espíritu de este Silicon Valley santanderino, si es que llega a tenerlo.

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