Volver a empezar
La familia Taylor y la familia Nippo pretender llegar a ser muy conocidas entre los consumidores españoles. Mochilas, carteras y gorras de estos simpáticos animalitos convivirán en un mismo espacio con las ya tradicionales gominolas, caramelos y frutos secos, propios de las Tiendas K. Eso sí, este nuevo negocio será gestionado por sus hijas, ya que Santiago Revuelta está afectado por una enfermedad que le impide ver correctamente.
El empresario ha creado un cortometraje en el que los protagonistas son estas mascotas y piensa que se puede hacer una película al más puro estilo Walt Disney. La iniciativa ha calado hondo y en la feria de Nuremberg unos cuantos empresarios le pidieron permiso para explotar su idea.
En 1989 Santiago Revuelta fundó Tiendas K, unos pequeños y vistosos negocios de golosinas que nacieron como establecimientos propios pero que estaban destinados a expandirse en régimen de franquicia. Era el fruto del amor por sus hijos: “Tenía una hija en Estados Unidos y quería que volviera a casa. Como sabía que la gustaban los dulces, se me ocurrió fundar la empresa adecuada para que me ayudara a gestionarla y atraerla de nuevo al hogar”, explica el empresario.
El nombre elegido en un principio era Tiendas Koala “pero como ya estaba registrado, lo abrevié», recuerda.
Expansión
El negocio se expandió rápidamente por toda España, apoyado en el original diseño de las tiendas y en una especialización en gominolas, frutos secos y chocolates que rápidamente calaron en el consumidor. La combinación de los colores corporativos –naranja, amarillo, azul y rojo–, como el marrón de su interior y la fachada blanca le dieron a los locales un aspecto luminoso y resplandeciente, que reforzaba la vistosidad de las propias golosinas.
Tiendas K se caracterizó por su exclusividad en el producto y por su equipo humano. Con esa base y la experiencia que fue acumulando llegó a convertirse en líder de su sector, con tiendas repartidas por todo el país. Para la captación de franquiciados, también resultaron fundamentales los bajos precios a los que podía distribuirles la mercancía. El volumen de compra que concentraba Revuelta le permitía conseguir de sus proveedores una rebaja media de un veinte por ciento en los artículos: “En la franquicia hemos funcionado como una comunidad de vecinos y esto fue muy positivo para todos”, rememora.
Calidad
Santiago Revuelta siempre estuvo muy preocupado por la calidad y por ello visitó personalmente los mercados ingleses, irlandeses, incluso iraníes de donde trae los mejores regalices gominales y pistachos, con los que surte sus propias tiendas y las de sus franquiciados: “Repartía a la mayoría de las franquicias, pero si ellas conseguían un menor precio, les daba libertad para comprar a otros proveedores”, dice.
Todo funcionó hasta que los avatares y los problemas de salud del fundador provocaron que la enseña empezara a perder tiendas. En los últimos tiempos se han cerrado 16, con lo que sólo conserva siete.
Polifacético
Santiago Revuelta siempre ha sido una persona polifacética e imaginativa. Fruto de su inquietud deportiva fue la fundación de la Escuela de Ciclismo del Teka y la creación de la sección de balonmano de esta empresa. Con ambas llegó al deporte profesional de primer nivel, donde tuvo éxitos nacionales e internacionales muy notorios.
Premiado en numerosas ocasiones por su apoyo al ciclismo, su trayectoria profesional también dio lugar a las cafeterías Lugano y aún hoy sigue dándole vueltas a la cabeza para poner en marcha nuevas iniciativas empresariales. En esta ocasión se le ha encendido la bombilla para crear una franquicia de muñecos australianos ¿Cuál será su próxima idea?