Enric Quintero, CEO de Datarmony, avisa sobre el próximo reto de la IA: "Hay que reeducarse para usar internet"

La IA generativa ha abierto el dilema de la comunicación entre personas y máquinas: «somos nosotros quiénes controlamos a la IA cuando le damos indicaciones», señala Quintero. El uso de peticiones, conocidas como «prompts», son el motor de comunicación con los algoritmos. Multinacionales del sector, como Google, publican informes de manera periódica para optimizar los resultados cuando se interactúa con IA

Uno de los grandes retos de la inteligencia artificial generativa es la comunicación entre ser humano y máquina. Ante el creciente auge de las peticiones, también conocidas como ‘prompts’, Enric Quintero, CEO de Datarmony ha explicado que «se trata de una nueva era en la que hay que controlar aquello que le decimos a los algoritmos y reeducarnos en la manera con la que usamos internet».

«La inteligencia artificial generativa toma decisiones diferentes en función de la indicación que se le proporciona. Depende de cómo se le dé el ‘prompt’, el resultado puede cambiar de forma drástica. Por ello, tienen que ser los humanos quiénes controlan el discurso para dirigir a los algoritmos, y que no sean ellos quiénes dirigen», señala Quintero.

La nueva forma de interpretar a la IA
Grandes multinacionales del sector tecnológico, entre ellas el propio Google, publican de forma periódica informes en los que dan a conocer instrucciones para comunicarse correctamente con la inteligencia artificial generativa.

Al ser la IA una tecnología transversal que impacta en sectores muy diversos, el gigante tecnológico, en su informe «Conceptos básicos para la escritura de peticiones«, aboga por saber «escribir peticiones eficaces y directas», para que cualquier persona que forme parte de una organización o institución tenga el mejor resultado posible.

Más allá de las propias indicaciones de las grandes corporaciones, Quintero señala que «ya no basta el saber hablar con las máquinas, sino que hay que convertirse en los nuevos intérpretes del lenguaje que se va a usar para que estas herramientas lo entiendan«.

En esa línea, también ha abogado por tener consciencia en el nuevo escenario que se abre ante esta tecnología: «Hay que volver a aprender cómo se dicen las cosas. Dado que esta tecnología evoluciona tan rápidamente, no hay suficiente margen para actuar. Por este motivo, hay que controlar el lenguaje hacia las máquinas, ya que, de este modo, seremos quiénes las dirijamos, en vez de ellas«.

¿Se despeja la incógnita de lo que hay detrás del algoritmo?
Cada inteligencia artificial existente en el mercado tiene sus propias formas de operar. Sin embargo, todas cuentan con un elemento común: la «Black Box«, o también conocido como el hecho de «no saber qué ocurre detrás de la pantalla cuando la IA procesa un resultado que se le indica con lenguaje natural», tal y como define Quintero.

Aunque esta barrera de conocimiento sea uno de los grandes retos de estas tecnologías, Quintero apuesta por «saber usar bien las herramientas a través de un lenguaje que las personas dominen. El informe de Google «Conceptos básicos para la escritura de peticiones», beneficia a los usuarios para que sepan cómo cambiar el enfoque a la hora de interactuar con algoritmos para que den un resultado que controlemos».

Source: Comunicae

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