Confidencial

TRENES PRIVADOS PARA LA CANTERA DE SOLVAY

La apertura de la cantera de Solvay en el monte Tejas-Dobra se producirá en la próxima primavera y coincidirá con el cierre definitivo de las casi centenarias extracciones de Cuchía (Miengo). Ese cambio en los aprovisionamientos de piedra implica una enorme logística, a pesar de que sólo son unos pocos los kilómetros que separan la nueva explotación de Viérnoles de la fábrica de Barreda. Solvay ha previsto que sea un tren el que transporte los 1,6 millones de toneladas de caliza que necesita al año desde el nuevo yacimiento a la factoría –el papel que antes hacía su funicular hasta Cuchía– pero no encuentra un gestor para estos tráficos. La oferta de Renfe no parece demasiado interesante y la liberalización del transporte por ferrocarril todavía es más teórica que real, dado que en la práctica aún no hay operadores ferroviarios privados que presten servicio. No obstante, sobre la mesa de la compañía se empiezan a acumular las ofertas de los candidatos a entrar en el negocio del ferrocarril.

PROBLEMAS PARA LOS NUEVOS PROPIETARIOS DEL RACING

Nadie piensa que comprar el Racing pueda ser un buen negocio, pero las cosas pueden complicarse mucho más de lo que ya anunciábamos en el número anterior. La sociedad adjudicataria, Duunviro, se constituyó formalmente después de que el Consejo de Gobierno le adjudicase el equipo. Pero lo que resulta más sorprendente es que a finales de enero aún no estaba inscrita en el Registro Mercantil y, por tanto, seguía sin tener personalidad jurídica, una situación que impedía que los consejeros tuviesen poderes reales y que, por ejemplo, puedan formalizar operaciones de endeudamiento. Por otra parte, el aval del Gobierno no va a ser tan fácil de convertir en dinero como se pensaba. Hasta el momento, varias entidades financieras lo han rechazado, porque nadie garantiza que el club no pueda desaparecer en el largo plazo que abarca la subvención y, en ese caso, los años que restasen de subvención pública hasta completar los once previstos nunca llegarían a desembolsarse. Sin un contraaval parece que convertir el acuerdo del Gobierno en euros no será sencillo. Por si fuera poco, Caja Cantabria tiene previsto ejecutar este mes de febrero a los avalistas de uno de los créditos que concedió al Racing y cuyo pago el club lleva retrasando desde abril del año pasado, entre ellos Santiago Díaz y Dimitri Piterman (ver información de página 16). Aunque esto no afecte directamente al club, sino a los avalistas, no cabe duda de que contribuirá a crear un ambiente enrarecido.
Tampoco la entrevista con el alcalde de Santander fue demasiado fructífera. Los nuevos propietarios del equipo manifestaron su interés en recuperar el proyecto del centro de ocio y Gonzalo Piñeiro volvió a mostrar su oposición tajante a esta iniciativa.
El resultado de todo ello es que el único dinero que entrará por el momento es el que depare la ampliación de capital, apenas dos millones de euros y que, al contrario de la precedente, no se va a realizar con prima, por lo que apenas servirá para recapitalizar el club, como tampoco va a servir para ampliar la base social, dado que toda la estrategia parece dirigida a que pase lo más desapercibida posible.

AYUDAS CON RETRASO

Las pymes cántabras que lograron hace ya más de dos años una subvención de la Consejería de Industria para la inversión en bienes de equipo, deberán continuar armándose de paciencia. Después de habérseles urgido desde Industria en los últimos días de diciembre para que presentasen de nuevo los certificados que avalaban el derecho a recibir las ayudas, la nueva interventora de la Consejería de Hacienda ha echado atrás los expedientes por defectos en su tramitación, sin que el escaso margen que quedaba hasta el cierre del ejercicio, haya permitido rectificarlos. La consecuencia es que Industria aún no ha pagado 200 millones de las antiguas pesetas a pequeños empresarios –a los que se había prometido hasta el 30% de su inversión– que se enfrentan de nuevo a la incertidumbre de cuándo podrán cobrar estas ayudas.

LA PLANTA DE BIODIESEL DE SIMSA, PARA EL VERANO

Dos años después de anunciado el proyecto para construir una planta de fabricación de biodiésel en las instalaciones de Simsa, la sociedad promotora, Gebiosa, comienza a dar pasos firmes hacia su realización. Tras cerrar un acuerdo de financiación con el Banco Sabadell y Caja Cantabria y lograr las ayudas prometidas, la fábrica de biodiésel empezará a construirse el próximo verano. Simsa, el principal accionista de Gebiosa, ha iniciado ya el derribo de varias naves viejas en sus instalaciones de Pontejos para hacer sitio a la nueva planta, que será una de las mayores de Europa, con una capacidad de producción de 150.000 toneladas de combustible al año.
En el capital de Gebiosa participan también la firma alemana AT Agrar Technik, como socio tecnológico, la cerealera francesa Sesostris, que aportará parte de la materia prima del combustible ecológico, y Sodercan. La empresa catalana Dolaba, especializada en la recogida y reciclado de aceites usados que, en principio, iba a suscribir el 25% de las acciones, será sustituida dentro del capital por el Banco Sabadell.
Además de revitalizar la decaída actividad de Simsa, que ha reducido su plantilla a sólo 20 trabajadores, la planta de biodiésel –en la que se invertirán cerca de 20 millones de euros– permitirá la creación de otros 25 puestos de trabajo directos.
Simsa ha estado trabajando en el último año casi exclusivamente para Sesostris, para la que ha molturado 12.000 toneladas de habas de soja.

ARMANDO ALVAREZ QUIERE IR AL POLÍGONO DE REOCÍN

Armando Alvarez hace tiempo que busca terrenos próximos a Torrelavega para futuras ampliaciones de su factoría, que está comprimida entre la ciudad y el Río Besaya. Pero son muchos los metros que necesita y en la zona no hay suelo industrial suficiente para sus necesidades. Al menos, no los había hasta ahora. El empresario negocia la posibilidad de quedarse con gran parte del polígono industrial que el Gobierno están construyendo en los antiguos terrenos de AZSA en Reocín, un polígono que se inició en la época de Martínez Sieso y cuya ejecución ha estado paralizada durante años hasta comprobar la estabilidad del suelo, sobre la que se planteaban algunas dudas.
Armando Alvarez demanda unos 120.000 metros cuadrados, dimensiones propias de una gran fábrica, en los que no se descarta el traslado de algunas líneas de producción que ahora están en Torrelavega.

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