Empresas que aplican inteligencia artificial logran ventaja competitiva, según Rocío Bonachera

En un contexto donde la eficiencia empresarial se ha convertido en un diferenciador clave, la inteligencia artificial está redefiniendo los márgenes de competitividad. Lejos de ser una promesa futura, esta tecnología se consolida como una herramienta estratégica para mejorar procesos, optimizar recursos y escalar sin necesidad de incrementar estructuras ni cargas operativas. Mientras algunas organizaciones aún debaten su implementación, otras ya obtienen beneficios tangibles en productividad, agilidad y rentabilidad.

IA al servicio del negocio, no de la complejidad

Durante años, la inteligencia artificial fue percibida como exclusiva de grandes corporaciones. Sin embargo, esta percepción está cambiando. Cada vez más pequeñas y medianas empresas están adoptando soluciones basadas en IA para automatizar tareas repetitivas, acelerar la toma de decisiones y liberar tiempo de valor en sus equipos.

La inteligencia artificial no es el futuro, es el presente de los negocios que quieren ser más eficientes sin crecer en estructura ni en costes fijos”, afirma Rocío Bonachera, consultora estratégica en marketing e inteligencia artificial con más de 15 años de experiencia. Desde su visión, el reto no está en la tecnología, sino en identificar dónde puede ofrecer un impacto directo y sostenido.

Entre los beneficios más frecuentes observados en empresas que ya han integrado herramientas de IA, destacan el ahorro de tiempo en tareas operativas, la mejora de la productividad interdepartamental y la reducción de errores humanos. Además, los sistemas de IA están permitiendo una síntesis más rápida de datos y una mejor capacidad de respuesta frente a la toma de decisiones.

Una transformación silenciosa que ya marca diferencias

Los datos respaldan esta tendencia. Según un informe de Cegid y ASSET, el 96 % de los directores financieros en España considera esencial la adopción de IA para mantener la competitividad. Por su parte, Microsoft indica que 9 de cada 10 directivos prevé incorporar agentes de IA en los próximos 12 a 18 meses.

“La diferencia no está en el presupuesto, sino en la mentalidad”, concluye Bonachera. “Las empresas que entienden esto no están esperando a que la IA lo cambie todo. Están usándola para cambiar ellas primero”.

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