Las tabernas ahora tienen apellido

Una de los últimos locales que se ha apuntado a esta moda temática es la taberna ‘El Sitio’, situada en el local en donde anteriormente estaba la cafetería Vargas 47. Al frente de la misma está Fernando Cucurull, quien participa también en otro tipo de negocios familiares: “El negocio de la cafetería estaba caducado; pensamos en nuevas alternativas y nos dimos cuenta de que podíamos aprovechar el fenómeno de este tipo de locales”, explica el empresario santoñés.
Cucurull reconoce que estas tabernas responden a un patrón muy estandarizado pero sostiene que pueden personalizarse: “Nosotros apostamos por darle un estilo propio, diferente y que, por supuesto, no aburra a la clientela”.
Para conseguirlo, se ayuda con cinco grandes pantallas de televisión que dan prioridad a los espectáculos deportivos y especialmente a los partidos del Racing, Real Madrid y Barcelona. Todo ello aderezado con una música ambiente que, como en la mayoría de los locales, sube algún decibelio, aunque no muchos, en el horario nocturno, que también se diferencia por un cambio de luces.
La taberna abre desde las ocho de la mañana y ese amplio horario le permite tener una clientela muy heterogénea, desde ejecutivos a viajantes, estudiantes, grupos de amigos, matrimonios que van a desayunar o personas que acuden a comer un menú del día.
Cucurull buscó para su taberna un nombre que pudiese quedarse fácilmente en la memoria y un lema latino que indica que la fortuna es para los osados, un homenaje al espíritu arriesgado de los empresarios por parte de quien ostenta la secretaría general de la patronal Coercan.
El local también hace un guiño a los internautas, que pueden ir con su ordenador y conectarse gratuitamente a una red wi-fi e, incluso, enchufarlo, porque bajo cada mesa se esconde una conexión eléctrica para quien quiera utilizarla.
Muchas de las nuevas tabernas irlandesas son producto de un pacto entre el empresario y la compañía suministradora de cerveza. En el caso de ‘El Sitio’, con Heineken. Las cerveceras no dudan en financiar la transformación del local a cambio de la exclusividad en el suministro. Eso hace que los formatos sean muy parecidos y que estén ya muy estudiados.

Los orígenes

Pero no siempre fue así. Para explicar con toda su amplitud el fenómeno de las tabernas irlandesas en Cantabria es imprescindible retrotraerse a los orígenes. Y en los comienzos sobresale con luz propia ‘The Celtics Tavern’ que, después de ‘La Herradura’, fue la segunda de estas características en Santander. La Celtics abrió en la calle Gándara el 30 de diciembre de 1997, de la mano de Joaquín Martínez y del manager José Ramón García. Ambos sostienen que este formato no es, en realidad, irlandés, sino que tiene un origen celta más genérico. Una cultura que, en su opinión, también es común a la Cornisa Cantábrica, además de ciertas zonas de Francia y, por supuesto, está representada por Gran Bretaña (Inglaterra, Gales, Escocia, Irlanda del Norte) e Irlanda. Sus dueños son unos enamorados de la cultura anglosajona y eso les animó a fundar el negocio. Y se lo han tomado tan en serio, que en Irlanda les han regalado una pequeña porción de terreno.
Toda la cerveza que se consume en el bar es de importación: inglesas, irlandesas o las rubias alemanas, además de la sidra inglesa, tan tradicional como la asturiana. “Hasta que se obligó a la pasteurización, cada localidad británica tenía su propia cerveza”, explican. “Hoy en día, la que consumen los irlandeses es totalmente diferente a la de los ingleses, pero en eso no solo influyen los gustos, sino también los motivos políticos y religiosos”, indica Martínez.
El dueño del local recuerda que el motivo de que la cerveza fuera tan popular en esos países se debió a las decisiones adoptadas en la época de la reina Victoria. Y es que, a mediados del siglo XIX, para combatir el alcoholismo que se extendía entre la población británica, se favoreció el consumo de cerveza, que tiene una menor graduación que otras bebidas alcohólicas. Asimismo, se empezó a servir comida para aguantar mejor el trago, tradición que mantiene ‘The Celtics Tavern’. Sandwiches, tostadas o patatas asadas están a disposición del cliente, cocinados al más puro estilo británico. Las cervezas más demandadas son Paulaner y Guinness.
Como es lógico, muchos de los asiduos son estudiantes extranjeros, sobre todo anglosajones, y la taberna no ha dudado en sumarse a las fiestas representativas de estas naciones: San Patricio (Día de Irlanda); Halloween y la October Fest (fiesta alemana de la cerveza). El negocio tiene un horario continuado que va desde las siete de la tarde hasta las dos de la madrugada, salvo que se celebre un espectáculo deportivo especial: Cómo no, un partido de la Premier inglesa o el Torneo de Rugby de las Seis Naciones. Y, por supuesto, la música es totalmente anglosajona: U2, Bruce Springteen y otros, endulzan los oídos de los clientes mientras toman unas pintas o medias pintas.

Fidelidad

Como las tabernas autóctonas de toda la vida, las temáticas consiguen fidelizar a su clientela, especialmente a la británica e irlandesa. Y es que los sajones son muy convencionales y no entienden pasar la noche de bar en bar, sino que son fieles a su pubhouse. Para ellos, lo primero es el trabajo; lo segundo, la taberna y, por último, la casa. Eso sí, muy disciplinados en el horario, en sus países acuden a partir de las cinco de la tarde y a las once en punto salen de vuelta a sus domicilios. Otra cosa es a qué hora vuelven en España.
Frente a la decoración relativamente estandarizada de otras tabernas, en las paredes de la Celtics cuelgan banderas de todo el entorno celta: Irlanda, Norte de Inglaterra, Escocia, Gales, Cantabria, Asturias y Galicia. Además, muchos clientes dejan regalos de despedida, desde gorras de policías escoceses hasta flautas irlandesas, cuyo conocimiento es exigido a los escolares. Tampoco faltan jarras de metal personalizadas para que sus dueños echen unos buenos tragos.
Los empresarios de The Celtics Tavern coinciden en que la masificación de tabernas no es positiva: “Yo no montaría más”, señala Martínez. Respecto al futuro, se marcan una única meta: continuar como hasta ahora “porque sólo estando enamorado de este mundo puedes tener longevidad”.
Aplicando la filosofía de estos dos jóvenes empresarios de origen campurriano, será mejor dejar sólo a los chinos que copien las ideas.

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