La Villarcayesa cumple 25 años

Los responsables de La Villarcayesa descienden de la saga fundada por Cristóbal Uriarte cuando en 1845 se desplazó al valle de Valdivielso para la construcción del puente de piedra de Valdenoceda, sobre el río Ebro. Desde entonces, la familia, aunque oriunda de Vizcaya, se convirtió en una de las más conocidas de la localidad burgalesa de Villarcayo y durante más de un siglo ha tenido intereses en los sectores ganadero, inmobiliario, del transporte y, especialmente, en negocios derivados de la carne. El grupo empresarial familiar llegó a emplear a más de 200 personas en los años 70 del pasado siglo, lo que da idea de su relevancia en una localidad que en esa época no llegaba a los 4.000 habitantes.
Tras la crisis económica de los años 70, que afectó a la empresa, como a todo tipo de industrias, Ricardo y Fausto reanudaron la actividad en Cantabria, una región que conocían bien.

Sabor a pueblo de Cantabria

El proceso de fabricación de La Villarcayesa en la fábrica santanderina sigue empleando métodos tradicionales, siendo especialmente reconocido el adobo de sus productos cárnicos, entre los que destacan el lomo, el chorizo, la panceta o la costilla.
La empresa mueve unas 300 toneladas de materia prima al año entre sus dos marcas, ‘La Villarcayesa’ (fundada hace cien años por José Uriarte, bisabuelo de Ricardo y Fausto) y ‘El Pueblo de Picos’. Esta última representa la apuesta más decidida para implantarse en el complicado mercado regional, dominado por las grandes empresas. El aumento de las ventas, a ritmos del 20% anual le auguran una creciente penetración en los hogares de Cantabria, que saben diferenciar los productos de calidad de los fabricados para el gran consumo. Su promoción define perfectamente la esencia de su concepción: “Sabor a pueblo de Cantabria”. La distribución la realiza Somagar, una de las comercializadoras de alimentación con más implantación en la geografía regional.
Los hermanos Uriarte presentaron en el año 2000 un proyecto que enseguida obtuvo el beneplácito de la Consejería de Ganadería para levantar un complejo industrial compuesto por varias naves en el Polígono de Cros (Camargo), dotándolo de unas instalaciones específicamente preparadas en las que destacan varios secaderos de última generación, el corazón de esta empresa cárnica.

Fidelizar la clientela

Aún en épocas de bonana económica, La Villarcayesa siempre ha mantenido una dimensión empresarial muy controlada, además de una gestión profesional que le permite afrontar sin temor el futuro, incluso con una fuerte crisis, que está afectando a la carne como a casi todos los sectores económicos del país. Para ello cuenta con una agresiva política comercial basada en un trato personal muy directo con todos sus clientes, lo que genera un alto grado de confianza y repercute, a su vez, en la obtención de importantes cotas de fidelización, algo primordial en la compleja relación cliente-empresa.
Su ámbito comercial se extiende por toda Cantabria, además del País Vasco y algunas provincias de Castilla y León. En la actualidad, sus propietarios están analizando la posibilidad de incorporar una nueva línea de productos que complemente los ya existentes y que tan buenos resultados les ha proporcionado a lo largo de estos veinticinco años.

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