iMobility se hace con los derechos para diseñar y fabricar los móviles del Madrid y el Barcelona

Aunque sea una gran desconocida en su región de origen, donde nació como Red Enlaza, iMobility lleva años diseñando teléfonos móviles, tanto el software como las carcasas, y ensamblándolos en China, Singapur, Brasil, Malasia y México. Pero en un mercado dominado por sólo tres o cuatro fabricantes mundiales, las posibilidades de abrir una brecha significativa son muy pequeñas para quien se dedica a los diseños personalizados (ODM, como se conocen estos fabricantes en el argot internacional). Al menos, hasta ahora.
Con los derechos en la mano para negociar con una compañía de telefonía móvil la imagen de los grandes equipos de fútbol españoles, iMobility aspira a hacerse ese hueco en Europa y a vender más de un millón de teléfonos por ejercicio. Para ello ha comenzado la construcción de una planta de montaje de móviles en Ceuta, con 6.700 m2 de naves y 522 empleos, que cuando esté a pleno rendimiento, será la factoría más importante de la ciudad.
En la planta, donde casi el 90% de los trabajadores serán mujeres, se realizarán las carcasas y los últimos procesos de ensamblaje de los componentes. De esta forma, la producción estará dentro del perímetro de la UE y los teléfonos se podrán producir bajo demanda, ya que llegarán al operador en unos pocos días, frente al mes largo que tardan los montados en China, que han de ser transportados forzosamente por vía marítima, al estar vedada la aérea para los aparatos con baterías.
Tanto el diseño como la ingeniería electrónica se seguirán haciendo en los centros de trabajo que la empresa va a conservar en Santander y en el Parque Empresarial La Moraleja, de Madrid. La planta de Ceuta tendrá una capacidad máxima de montaje de unas 50.000 unidades al día.

Personalización

iMobility sabe que su nicho de mercado no está en las grandes series universales, que dominan marcas como Nokia o Samsung, sino en los teléfonos personalizados, tanto en el diseño como en las funciones. Eso le ha llevado a buscar alianzas con marcas de gran tirón popular pero ajenas al mundo de la telefonía hasta ahora, cuando descubren, con su propuesta, que puede ser una fuente complementaria de ingresos.
Pocas marcas hay más notorias a nivel popular que las de los clubes de fútbol. iMobility ha conseguido convencer a los más importantes del país para que le presten su imagen con la intención de rentabilizarla conjuntamente en el mundo de la telefonía móvil.
Cada uno de los equipos de fútbol con los que ha llegado a acuerdos dará lugar a un móvil de diseño singular y cuya operatividad también será consensuada con el club. Por lo general, contarán con una pantalla multimedia en la que socios y aficionados podrán visualizar los goles de la última jornada, recibir tonos, juegos, noticias y horarios de los partidos o reservar entradas.
iMobility cree que el factor emocional que se asocia al fútbol puede llevar en volandas su producto. Con el móvil de su equipo en el bolsillo, el aficionado se sentirá parte del club con el que simpatiza, un sentimiento reforzado por el hecho de que el aparato será sustancialmente distinto a cualquier otro móvil del mercado. Además, existirá la posibilidad de personalizarlos aún más, grabando el número de socio en la carcasa, y que el terminal sirva como identificador para el acceso al estadio.
La empresa cántabra no tiene la necesidad de los grandes fabricantes de amortizar una generación de componentes antes de pasar a la siguiente, de forma que puede incorporar a los teléfonos cualquiera de las novedades tecnológicas del mercado en un plazo muy breve y, sin embargo, producir los terminales a bajo coste. Así, tendrá los primeros que incorporen el Bluetooth 3.0, mientras que los demás fabricantes siguen implantando la versión 2.1.

Negociaciones contra reloj

iMobility tenía que preservar su idea y se ha apresurado a negociar con todos los clubes importantes de forma casi simultánea, temerosa de que algún gran fabricante de móviles se le anticipase, dado que es un terreno donde se auguran series relativamente grandes. Una vez conseguidas las licencias de los cuatro equipos más poderosos de la Liga española, va a seguir ofreciendo sus móviles personalizados a todos los demás integrantes de la Primera División, siempre que las producciones estimadas sean suficientes para rentabilizar el diseño y fabricación de un modelo específico.
La empresa cántabra no renuncia a conseguir licencias en otros países y, de hecho, ya tiene las de una docena de equipos de la primera división marroquí, está negociando con el Manchester y ha mantenido contactos con varios equipos franceses.

Complementos de moda y banca electrónica

Su idea de teléfonos personalizados traspasa el ámbito deportivo para entrar también en el de las empresas. Al menos dos bancos españoles están interesados en disponer de móviles de diseño propio que entregarían a clientes de banca electrónica y accionistas para que puedan consultar sus operaciones o por el interés de tenerles permanentemente informados sobre propuestas comerciales.
Otra línea de diseño de iMobility va dirigida a convertir el móvil en un complemento de moda, para incluirlo en las colecciones de importantes cadenas textiles. Esta extensión del concepto moda a la tecnología conlleva que el aspecto exterior de los teléfonos diseñados con este fin por la empresa cántabra pueda ser customizados en función de la prenda con la que van a juego.
Cada una de estas licencias no sólo requiere la fabricación del móvil sino también una red telefónica para que los aparatos puedan ser usados e iMobility está negociando con las compañías de telefonía un contrato para la comercialización de cada licencia en exclusividad. En el caso de los equipos con más gancho, como el Madrid o el Barcelona, es posible que recurra a subastar los derechos de explotación, entregándolos a la compañía que más aparatos se comprometa a adquirirle.

Más teléfonos que habitantes

En Europa se venden al año más de dos teléfonos móviles por habitante, aunque el 95% de ellos se canalizan a través de los operadores de telefonía, que los utilizan para vincular a sus clientes o para conseguir a otros nuevos. En el continente existen 170 operadores con red propia y 254 virtuales (con red ajena), que dejan un mercado muy reducido para la venta de terminales libres.
iMobility pretende aprovechar esta circunstancia, ya que su cliente no es el usuario final, sino la operadora telefónica con la que alcance el acuerdo y será ésta (inevitablemente, una multinacional poderosa) la que se ocupe de rentabilizar cada una de las licencias extendiendo el producto tanto como pueda. La empresa cántabra obtendrá su rendimiento por la fabricación de los teléfonos, la compañía telefónica por el margen con que cargue los aparatos o a través de las llamadas y el club de fútbol mediante un canon muy jugoso que cobrará por cada teléfono vendido.

Accionariado popular

iMobility ha crecido gracias a un accionariado muy diversificado, del que forman parte alrededor de cuarenta personas, la mayoría de ellas de la región, y que sigue abierto. Nacida en los años 90 en Astillero como Red Enlaza, pasó por diversos avatares que obligaron a su refundación, pero la tecnología y la experiencia acumuladas en este tiempo han servido como soporte de las varias vías de negocio que está desarrollando, todas ellas vinculadas con la telefonía móvil. Por el momento, la que mayor recorrido comercial puede tener es la explotación de las licencias de los equipos de fútbol y el diseño y fabricación de móviles personalizados para bancos y empresas, con series que en algunos casos sobrepasarán los cien mil aparatos.
En un mundo donde las tecnologías se estandarizan y cada teléfono ofrece las mismas o parecidas prestaciones que los demás de su gama, el diseño personalizado y la vinculación emocional del aparato con el cliente van a conseguir el protagonismo y la empresa cántabra está dispuesta a llegar con su idea tan lejos –dentro y fuera de España– como pueda.