LA MUJER QUE CREO UNA GRAN CALDERERIA

Hace doce años, Teresa Paraja constituyó en Asturias la empresa Nocaster para actividades relacionadas con la construcción e ingeniería. Hasta entonces, esta economista gijonesa se había dedicado al asesoramiento de empresas. Pero Nocaster tarde en despegar y simultaneó su condición de empresaria con la de profesora de informática, matemáticas y contabilidad en un centro de FP II y, más tarde, con su incorporación a una compañía ajena, la sociedad metalúrgica EIMA, SA, dedicada a la fabricación y montaje de equipos industriales. Con ella promovió el primer consorcio exportador asturiano en el sector metal-mecánico.
En octubre de 1996 se trasladó a Cantabria, dispuesta a impulsar su propia compañía, Nocaster. Estaba convencida de que en la región podía conseguir un importante mercado por la fuerte inversión en obra pública que se anunciaba y por el efecto que había tenido sobre muchos talleres del Norte del país la crisis de grandes empresas del sector, como Mecánica de la Peña o Babcock Wilcox. Nocaster se instaló en Bezana, donde realizó labores de ingeniería y subcontratando la fabricación hasta que en 2000 construyó una nave de 5.600 m2 en Renedo de Piélagos y empezó las tareas de fabricación y montaje, con su propio personal, en el ámbito de la calderería estructural, la calderería de presión y la mecanizada.
Las perspectivas de Teresa Paraja se cumplieron. Su empresa fue llamada para la construcción de varios puentes metálicos (entre ellos el que se encuentra a la entrada de Torrelavega por la Autovía de Santander) y al montaje de centrales térmicas, hornos, calderas, tuberías a presión, tanto para el interior del país como para el extranjero (portugal, Bahamas, Senegal, Turquía). La capacidad de cálculo e ingeniería de su empresa la ha significado como una de las de mayor valor añadido y en el 2002 ya facturó 7,5 millones de euros, con una plantilla media de 65 trabajadores.
En el presente año, la empresa ha tenido que remontar dos problemas muy graves: la inundación de los talleres el 3 de diciembre de 2002, al desbordarse el Río Pas en la zona, y la crisis de la multinacional francesa Alstom Power, cuyos impagos causaron a la empresa cántabra serios problemas de tesorería.
El prestigio acreditado por la firma creada por Teresa Paraja ha permitido superar estas circunstancias y las perspectivas para el 2004 son muy buenas, en función de la cartera de trabajo que ya tiene.

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