Cambiar de traje para seguir creciendo

Cuando cinco jóvenes físicos se plantearon en 1990 dedicarse profesionalmente al desarrollo de soluciones de software, el mundo empresarial prácticamente desconocía la utilidad de los ordenadores para la gestión de sus negocios. Veinte años después, aquella intuición se ha revelado correcta y al auge exponencial de la sociedad de la información le ha acompañado el crecimiento de las empresas de nuevas tecnologías que, como CIC, supieron anticipar esa explosión y acertaron con las aplicaciones necesarias.
El crecimiento ha sido tan rápido que la sede que levantaron en Maliaño hace tan solo diez años, se ha quedado pequeña para las dimensiones que ha alcanzado la empresa. El medio centenar de empleados que estrenaban aquel edificio en el año 2000, son hoy 160, fruto de la diversificación en varias áreas de negocio de la firma cántabra. Se hacía necesario buscar una nueva sede y el Parque Tecnológico ofrecía la oportunidad más evidente para una empresa de sus características.
El edificio de CIC comparte diseño y construcción con el vecino inmueble de Quiter, una expresión inusual de esas sinergias que se atribuían al PCTCan y que tantas posibilidades de colaboración abre a las empresas instaladas. Compartir el proyecto les ha permitido importantes ahorros a la hora de levantar sus respectivas sedes, aunque la calidad de los inmuebles ha exigido una inversión de seis millones de euros a cada una de las compañías. El proyecto ha deparado unos edificios estéticamente muy atractivos, luminosos y muy funcionales, con amplios espacios interiores (3.000 m2 de oficinas), y plantas modulares y diáfanas, que permiten adecuar las áreas de trabajo a las necesidades de cada momento.

Cuidado medioambiental

La eficiencia energética es uno de los aspectos que más se ha cuidado, hasta el punto de que ambos edificios ostentan la máxima clasificación para inmuebles de oficinas. Un doble fachada de cristal permite grandes economías en la climatización del edificio. Uno de los aspectos más novedosos de ambas sedes es la utilización de dos pequeños aerogeneradores para producir la energía que calienta los depósitos de agua sanitaria, una solución inédita hasta ahora en Cantabria. Los dos pequeños molinos de viento suplen a las placas solares que hubiese sido preciso instalar en aplicación del Código Técnico de Edificación, con la ventaja de que ahorran superficie en los tejados y los 1,7 Kv que produce cada aerogenerador, mejoran su rendimiento.
La experiencia de CIC en la medición de energía les ha abierto también un nuevo campo en el emergente negocio de los aerogeneradores urbanos: el de la creación de un software que permite al usuario de esta microenergía una lectura rápida y sencilla del rendimiento de estos minimolinos.

Aumentar la productividad

Este es solo un ejemplo de los muy variados campos en que se mueve CIC, aunque siempre con una idea básica, la creación de herramientas informáticas que incrementen la productividad de cualquier negocio. “En todas las empresas existen cientos de procesos que se están haciendo de forma manual y que se podrían hacer electrónicamente con un gran ahorro”, explica el director general de CIC, Fernando Martínez, uno de los cinco creadores de esta firma, que continúa estando en manos de quienes la fundaron.
El software que diseña CIC abarca campos tan diversos como la gestión de activos eléctricos, los sistemas de lecturas de contadores, la gestión de pymes, los dispositivos móviles, el desarrollo de webs o la integración de sistemas.
La especialización en herramientas de productividad le está permitiendo sortear la crisis económica con una holgura que desmiente que la paralización penalice a todos los sectores. Es precisamente el incremento de productividad lo que puede ayudar a las empresas a salir de esta difícil situación. Esto explica que CIC mantenga crecimientos anuales del orden del 20%, apoyándose en su conocimiento simultáneo del lenguaje informático y de las características de los negocios para los que diseña las aplicaciones.
Los programas que ofrece a las pequeñas y medianas empresas les permite externalizar la compleja infraestructura informática, desde los equipos para conectarse a internet a las aplicaciones para la gestión de nóminas, el teletrabajo o la conexión con brigadas que hacen trabajo de campo.
Un Centro de Procesos de Datos y un call center que da soporte global a 110 pymes repartidas por todo el territorio nacional completan sus servicios para las empresas que optan por el alojamiento de sus necesidades informáticas en servidores externos, ese concepto de ‘nube’ que avanza imparable en todos los terrenos.

Presencia internacional

Con su traslado al Parque Tecnológico, CIC ha cumplido el objetivo que se marcó cinco años atrás, cuando diseñó su primer plan estratégico. Allí se dibujaba ya un futuro que pasa por la exportación a otras comunidades de las soluciones para el sector público que ha desarrollado en Cantabria. Para ayudarse en esta labor de comercialización cuenta con una delegación en Madrid desde 2004, pero sus productos también han traspasado fronteras y, además de tener clientes propios en Gran Bretaña y Alemania, la tecnología creada por CIC se encuentra presente en más de 20 países.

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