Costas reclama parte del futuro polígono de Parbayón
Las antiguas escombreras y las marismas desecadas han acabado por tener un rendimiento inimaginable para quienes en su día utilizaron esos suelos como simples depósitos de residuos industriales sin valor. En zonas que las mareas anegaban de Raos, Requejada (Polanco), Heras (Medio Cudeyo) o Morero (Astillero) se han construido fábricas y almacenes, y sobre vertederos donde antaño se depositaban escorias de fundición, se levantan hoy centros comerciales y viviendas, como ocurre en Nueva Montaña o un polígono industrial, como el creado en torno a Sidenor (Reinosa).
La mayoría de estos lugares tenían un alto valor ecológico hasta ser severamente degradados por los vertidos. Una vez desaparecido el valor original, al menos han encontrado la forma de recuperar la dignidad perdida y cargarse de valor estratégico. Son espacios grandes, bien comunicados y, por lo general de uno o de muy pocos propietarios. Es decir, las condiciones ideales para asentar un polígono industrial, con una pega importante: son suelos de mala calidad (fangos o escorias) y urbanizarlos resulta muy caro.
Quedan ya pocos espacios de este tipo por recuperar y uno de ellos está en la antigua marisma de Parbayón, donde, durante cerca de un siglo se fueron depositando los lodos procedentes del lavado del mineral de hierro extraído en Cabárceno. La vieja balsa de decantación, que pertenece a la sociedad estatal Infoinvest, forma parte de una de las áreas productivas estratégicas que reservó el Plan de Protección del Litoral y parece llegada su hora.
En esta zona se va a desarrollar, a través de la fórmula urbanística rápida del PSIR, un parque industrial de dos millones de metros cuadrados, de los que aproximadamente la mitad corresponden a Infoinvest, heredera de la desaparecida Agruminsa, una filial de Altos Hornos de Vizcaya que le suministraba el mineral.
¿Negocio o regeneración ambiental?
Para iniciar el proyecto, faltaba conocer el deslinde de Costas de lo que fue zona de dominio marítimo terrestre. Ese pronunciamiento ya se ha producido y el resultado no sólo recorta sustancialmente las expectativas de Infoinvest sobre el aprovechamiento de su suelo, sino que arroja sombras sobre la futura tramitación del polígono.
En su informe, la Demarcación de Costas limita su reclamación de dominio público a un área de unos 300.000 m2 en la cabecera de la ría de Solía, donde todavía se nota la influencia de las mareas. Se trata de los terrenos limitados por el cauce del río de la mina, hasta el puente que da acceso a los rellenos de las antiguas marismas, situados en la margen derecha. Costas renuncia, en cambio, a las marismas que han sido transformadas de forma irreversible, según su informe, al haber sido rellenadas hasta cotas muy superiores a las que alcanzan las mayores pleamares registradas en la bahía de Santander. Algo que cabía esperar, si tenemos en cuenta que el depósito continuado de lodos durante casi un siglo ha creado una balsa con más de 20 metros de espesor.
La importancia de la declaración de dominio público sobre una parte de los terrenos es decisiva para el futuro polígono, ya que el POL, al fijar los criterios para declararla área estratégica, establece que en ese lugar se localizarán los espacios libres tras realizar labores de restauración y recuperación ambiental. Para el futuro promotor del polígono, sea Sican o un operador privado, la buena noticia es que ese suelo no llevará aparejado ningún coste, salvo el necesario para las tareas de regeneración.
Aunque la reclamación de Costas afecta a cerca de un tercio de los terrenos de Infoinvest, la sociedad pública conservaría 600.000 m2 para aportar al desarrollo de ese área industrial y esa cifra le garantiza unos ingresos muy importantes. Los precios de expropiación que se están pagando en los proyectos tramitados por la vía del interés regional (PSIR), se sitúa en unos 30 euros/m2 de promedio. De acuerdo con ese criterio, el valor de ese suelo heredado por Infoinvest se podría calcular en torno a los 18 millones de euros (unos tres mil millones de pesetas).
Una incertidumbre
No obstante, Costas no se pronuncia sobre la naturaleza de la concesión, es decir, sobre los derechos de Infoinvest sobre buena parte de esos terrenos y esa indefinición puede dar al traste con el desarrollo del polígono. En la concesión que el Estado otorgó a la compañía minera se dejaba claro que las marismas cedidas debían dedicarse al lavado de mineral y que no podría emplearse en ningún uso distinto. Dado que la actividad minera de Agruminsa terminó en 1982, cabía suponer que la concesión hubiese revertido al Estado y que la antigua marisma, aunque desnaturalizada por los rellenos, hubiese recuperado su primitiva condición de dominio público.
Este argumento, que Costas no utiliza para reclamar la balsa de decantación, podría ser esgrimido en el futuro por cualquier particular u organización ecologista, poniendo en peligro buena parte del polígono a construir.
Un proyecto comercial
Lo que está en juego es algo más que el número de metros cuadrados que Infoinvest pueda aportar al polígono. La sociedad pública del antiguo INI y la Consejería de Industria manejan para ese lugar proyectos muy concretos, anejos a la futura área industrial. Aprovechando la cercanía de los terrenos de Infoinvest al enlace con la Ronda de la Bahía que se construirá en Parbayón, se ha pensado en reservar esa zona para un centro comercial, otro de ocio acuático y un hotel, que se beneficiaría de la existencia de unas aguas termales que todavía no se han explotado. La proximidad a Cabárceno y las buenas comunicaciones que tendrá el lugar, acentúan el interés turístico de ese emplazamiento.
El proyecto para esa zona concreta también tiene una vertiente industrial, ya que está prevista la edificación de naves nido, siguiendo la pauta de Morero; un polígono que también fue construido sobre una antigua balsa de decantación minera propiedad de Infoinvest y que es la imagen especular de lo que esta sociedad pública pretende hacer en Parbayón.