Cómo aplicar correctamente los fertilizantes para maximizar su eficacia

El fertilizante adecuado puede marcar la diferencia entre una cosecha mediocre y una producción saludable y rentable. Pero incluso el mejor fertilizante pierde efectividad si no se aplica bien. Por eso, más importante que qué fertilizante usas, es cómo lo aplicas.

A continuación, se explican los pasos clave que cualquier agricultor profesional debería seguir para garantizar que los nutrientes lleguen a la planta en el momento justo, en la dosis correcta y sin desperdiciar recursos.

Analiza el suelo antes de fertilizar

Aplicar sin saber qué necesita el suelo es como medicarse sin diagnóstico. Un análisis de suelo te indicará:

El pH (ácido o alcalino).

Los niveles de nitrógeno, fósforo y potasio (NPK).

Otras carencias o excesos (micronutrientes, materia orgánica…).

Se puede usar un kit portátil de análisis de suelo como este de Amazon:

Kit de análisis de suelo profesional con NPK y pH

Mantén los fertilizantes en condiciones óptimas

Los fertilizantes orgánicos y microbianos, como los formulados a base de bacterias y hongos beneficiosos, requieren cuidados especiales:

Evita la exposición a la luz directa y al calor excesivo.

No los mezcles con productos químicos incompatibles.

Respeta la fecha de caducidad: los microorganismos tienen vida útil.

Un armario de almacenamiento ventilado es ideal para conservar fertilizantes microbianos:

Controla la humedad del suelo

Un suelo seco no permitirá que el fertilizante se disuelva ni que las raíces absorban nutrientes. Por eso:

Riega ligeramente antes de aplicar si el terreno está seco.

Evita aplicar si va a llover con intensidad, para no perder nutrientes por lixiviación.

Un sensor de humedad como este te puede ahorrar muchos errores:

Medidor digital de humedad, temperatura y luz

Aplica en el momento adecuado del ciclo del cultivo

Cada etapa del cultivo requiere nutrientes diferentes:

Inicio de cultivo: nitrógeno para estimular el crecimiento.

Floración: fósforo para potenciar raíces y flores.

Engorde: potasio para dar cuerpo al fruto.

Aquí es donde los fertilizantes microbianos especializados, como los que incluyen bacterias solubilizadoras o fijadoras de nitrógeno, marcan la diferencia. Empresas como Nostoc Biotech han desarrollado soluciones basadas en microorganismos que se activan precisamente en los momentos clave del desarrollo del cultivo, adaptándose a las condiciones del suelo.

Usa herramientas de aplicación precisas

Evita aplicar «a ojo». Hoy existen herramientas que permiten:

Medir la dosis exacta por litro de agua.

Distribuir uniformemente en el riego.

Aplicar por vía foliar o radicular según convenga.

Algunas opciones interesantes:

Pulverizador de presión previa con boquilla ajustable

Dosificador para fertilizantes líquidos con escala precisa

Registra, mide, corrige

Una buena fertilización no termina cuando se aplica. Hay que:

Observar el comportamiento de la planta.

Ver si hay signos de carencias o excesos.

Medir el rendimiento y ajustar el plan para futuras campañas.

El seguimiento es clave para saber si lo que aplicamos está funcionando o no.

Conclusión

La fertilización es ciencia, no suerte. Cada paso, desde el almacenamiento del producto hasta el control post-aplicación, afecta directamente al rendimiento del cultivo. Empresas del sector como Nostoc Biotech apuestan por una fertilización inteligente, basada en el conocimiento del suelo y en el uso de tecnologías naturales como los microorganismos, que actúan justo donde la planta los necesita.

El agricultor que domina la técnica, domina el resultado.

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