José Antonio SOTO. PERFUMERIA JAVA:

Se le nota preocupado por la crisis económica que azota nuestro país, pero no desanimado. José Antonio Soto compró en 1985 la perfumería Java, ubicada en la calle San Francisco, y la ha convertido en una cadena con doce establecimientos y 35 empleados. Soto, que se autodefine como “un humilde mercader”, no busca complejas razones para justificar su éxito: “Sólo el esfuerzo”. Lo que es seguro es que ha sabido interpretar los cambios que se han producido en el mundo de la perfumería. Quizá el más significativo sea el hecho de que cada vez atraen a más hombres, “porque les preocupa su imagen”, constata Soto.

Pregunta: ¿Porqué una persona que no tenía experiencia en el sector, como usted, se decidió por el mundo de la perfumería?
José Antonio Soto: Cuando compré el negocio, reconozco que no tenía ningún conocimiento sobre el mundo de la perfumería, pero tuve la mejor de las maestras, Cristina González-Villegas, sobrina del anterior propietario, que todavía sigue trabajando con nosotros y espero que lo siga haciendo muchos años más.

P.- Y se decidió por Java.
R.- Sí. Era una tienda que estaba en la calle San Francisco, número 6, y que había abierto al público en 1941. Ya era perfumería cuando la adquirí en 1985. Fue mi primer negocio. Siempre me gustó esa pequeña perfumería tradicional, aunque sólo tenía treinta metros, quizá porque tenía unos empleados que ofrecían –y lo siguen haciendo– un trato exquisito a los clientes. Luego he ido abriendo tiendas en Santander y en distintos lugares de la región hasta llegar a las doce actuales. Me siento orgulloso también de la plantilla, que está compuesta por 35 personas.

P.- La vena comercial, ¿de dónde le viene?
R.- Mi padre me transmitió el entusiasmo por el comercio, ya que tuvo en Cuba varios negocios.

P.- Y el nombre de Java, que nos remite a las esencias de Extremo Oriente ¿a qué se debe?
R.- En realidad, se corresponde con las iniciales del anterior propietario, José Antonio Villegas Argüelles.

P.- En este mundo tan competitivo, donde las grandes franquicias internacionales parecen dejar muy poco espacio para el comercio tradicional, ¿cómo puede sobrevivir una cadena local?
R.- Para nosotros ha sido muy importante asociarnos a un distribuidor, ya que nos ha supuesto un importante ahorro en las compras.

P.- Usted tiene mucha costumbre en aperturas y, por tanto, a la hora de buscar locales ¿Cómo los elige?
R.- Por regla general, busco locales de aproximadamente cien metros cuadrados, con escaparates amplios para ubicar toda nuestra oferta de una manera espaciada y atractiva. Pero, lo esencial es que la zona tenga una fuerte presencia de público.
P. ¿Sus tiendas están orientadas a la mujer?
R.- En un principio, sí. Pero, cada día acuden más hombres a la perfumería, puesto que se preocupan más por su imagen.

P.- Entonces, ¿el hombre ha perdido los complejos y ya no es su mujer quien le compra los productos de tratamiento corporal?
R.- No. Ya digo que al hombre ahora también le gusta conocer las últimas tendencias del mercado.
P.- ¿Por qué las empleadas de perfumería parecen siempre tan sofisticadas?
R.- Es muy importante que las asesoras de belleza cuiden su imagen, que den una buena imagen. Y, por supuesto, deben de estar al día en todo lo relacionado con la belleza, la moda o el maquillaje.

P.- ¿Las marcas y el precio que se paga por ellas se corresponden con la calidad?
R.- Por supuesto. En nuestra empresa compramos los productos de las marcas líderes, siempre guiados por los consejos de nuestras asesoras de belleza, que, además, los prueban antes de comprarlos.

P.- ¿Cuáles son los perfumes que arrasan con todo?
R.- En señora, el más vendido es Eau de Rochas. Y, en caballero, Paco Rabanne I million.

P.- ¿Y el maquillaje más solicitado?
R.- El pasado año el primer puesto fue para Clinique. Otros años ha sido Lancôme.

P.- Da la impresión de que, con la crisis, muchas tiendas de su sector han apostado por los complementos.
R.- Nosotros llevamos trabajándolos hace más de veinte años. Lo que ocurre es que en la actual época de recesión contamos con más accesorios de moda (bolsos, bisutería, cinturones) y hemos ampliado nuestra cartera de proveedores en ferias como Milán, Madrid, Londres, París o Frankfurt.

P.- ¿Es posible distinguirse de la competencia cuando todos trabajan las mismas o parecidas marcas?
R.- Es lo que pretendemos pero, como todo está globalizado, en algunos productos la oferta cada día se parece más. De todos modos, tampoco es algo que nos preocupe demasiado.

P.- ¿Tienen previstas más aperturas?
R.- ¿Qué empresario no tiene proyectos? Pero, no a costa de todo. Abrir por abrir no tiene sentido. De momento, los proyectos que tenía en marcha están parados hasta ver por dónde sale el sol y es que son momentos para andar con mucha cautela. Nuestro único objetivo para este año es seguir como estamos, afianzándonos en el mercado y dar a nuestros clientes un buen servicio.

P.- ¿Qué añadiría a sus tiendas?
R.- Si tuviera espacio ampliaría el surtido. Una de nuestras premisas es tener un buen surtido para llegar a todos los clientes.

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