SIEC emerge en medio de la crisis general de la construcción

Es muy difícil que en estos tiempos se encadenen las noticias positivas para cualquier empresa y menos para una constructora, pero eso le ha ocurrido a SIEC. Ha vendido una gran parcela en Medio Cudeyo a Tubacex, en la que construirá una planta de granallado de tubos; ha ganado un contencioso que mantenía con el Gobierno regional sobre la ampliación de su cantera de Vargas y, casi con seguridad, se va a quedar –junto a Ferrovial– con el contrato de Valdecilla, el mayor de la historia de Cantabria.
La crisis cogió a todas las constructoras con un apalancamiento financiero muy alto, producto de una dinámica explosiva en la que se mezclaba el dinero barato y abundante con una demanda irrefrenable de inmuebles y obras públicas. Una de las pocas excepciones fue la de SIEC, la constructora propiedad de Juan de Miguel, donde el espíritu castellano del fundador siempre ha marcado una impronta de austeridad y de escasa propensión al endeudamiento.
SIEC se había mantenido casi al margen de la promoción inmobiliaria y, por tanto, no se resintió del estallido de la burbuja. No pudo evitar, en cambio, la reducción de la cartera de obra pública, pero el problema podía resolverlo ajustando la plantilla a las nuevas necesidades. Y, gracias a ese margen de endeudamiento que conserva, se ha encontrado con una situación inesperada, la de quedarse sin rivales en el concurso para la adjudicación del histórico contrato para finalizar el Hospital Valdecilla. De los siete grupos iniciales, tres cayeron muy pronto, por la incapacidad de conseguir nuevo endeudamiento para afrontar la obra, y el resto llegaron a la conclusión de no estaban en disposición de rentabilizar el contrato.
La propia Siec ha tenido serias dudas, porque el Gobierno ha establecido un pliego de condiciones tan ajustado que la encomienda puede llegar a convertirse en un regalo envenenado.
La constructora cántabra no tendrá la voz cantante en la UTE que se presume ganadora, ya que su participación es de un 15% en la sociedad que gestionará los 44 contratos de servicios que ya venían siendo prestados por empresas externas, y de un 25% en la que se hará cargo de la obra propiamente dicha.
Esto, no obstante, le proporcionará una facturación suficiente como para garantizarse, en el peor de los casos, los 36 millones de euros del último ejercicio, aunque el mercado de la obra pública siguiese a la baja.
La compañía de Juan de Miguel hace años que ha venido diversificando su actividad para hacer frente a una evolución del sector que ya presumía negativa y en estos momentos es propietaria de dos centros deportivos (los Bodyfactory de Mataleñas y de Torrelavega), del Hotel Torresport, una parte del hotel El Tejo, en Comillas, y de la empresa turística que gestiona la Cueva del Soplao y las instalaciones anexas.

La venta a Tubacex

SIEC también es copropietaria del polígono de Marina-Medio Cudeyo, donde acaba de firmarse la venta de una gran parcela a Tubacex, que instalará una planta para dar tratamientos de alta resistencia a los tubos de acero inoxidable sin soldadura que fabrica, con la intención de hacerlos aptos para las centrales térmicas de última generación, las que se conocen como críticas o supercríticas, que trabajan con muy altas temperaturas. La empresa alavesa ya ha adquirido la maquinaria en Estados Unidos y su instalación comenzará a finales de este año, para que la actividad industrial pueda iniciarse en el segundo trimestre de 2014.
Tubacex dispondrá de una parcela de 10.000 metros cuadrados, en la que construirá una nave de 5.000, pero ha pedido 37.000 metros más como reserva de suelo, lo que parece indicar sus intenciones de ampliar a medio plazo.
Este contrato, como ya ocurriera con el del Banco Santander no solo es sustancial para los promotores del polígono, por las dimensiones de los terrenos adquiridos en ambos casos, sino también por la importancia de los adquirentes que, antes o después, atraerán a otras empresas, empezando por sus propias proveedoras.
El polígono es un PSIR que el anterior Gobierno adjudicó para su desarrollo privado y conllevaba un riesgo evidente, al comprometer una inversión de alrededor de 55 millones de euros, de los que 22 correspondían al valor del suelo. Una cuantía que no resulta fácil de amortizar en este tipo de proyectos de maduración tan lenta (las parcelas tardan años en venderse), pero mucho menos en un escenario económico tan adverso como el que se han encontrado los promotores, en el que prácticamente se han paralizado las nuevas instalaciones industriales.
No obstante, los ingresos producidos por la venta inicial de la inmensa parcela de 455.000 metros cuadrados del Santander; la de Tubacex, ahora, y de otras pedidas por empresas menores que se firmarán en breve, como la destinada a la perfumera Mayfer, han generado un flujo de caja suficiente como para que la promotora pueda afrontar las obras sin ahogos. También contribuye al éxito del futuro polígono el hecho de que otros dos socios, Hierros Tirso y Talleres Orán hayan reservado 100.000 metros cuadrados cada uno para usos propios.

El macrocontrato de Valdecilla

El contrato de Valdecilla, que suma 760 millones de euros repartidos a lo largo de veinte años, no solo va a consolidar a Siec como la segunda constructora regional, sino que le abre las puertas de un negocio de gestión sanitaria de grandes dimensiones. De los 38 millones de euros que cobrarán cada año del Gobierno las concesionarias, alrededor de 30 se corresponden con los suministros del Hospital que, a partir de ahora, quedarán centralizados en la adjudicataria y que empezarán a gestionar, previsiblemente, a partir de enero.
Para hacerse una idea de las dimensiones de los 44 contratos que asumirá en un centro de las dimensiones del Hospital Valdecilla basta apuntar que se dan al día cerca de 4.000 comidas y cenas; que dentro del Hospital hay unos 3.000 ordenadores y 1.400 impresoras o que se gastan cuatro millones de euros al año en energía.
Las empresas concurrentes han tenido acceso a toda la información sobre estos servicios y, con eso, la única licitadora ha presentado un armario entero en el que se explica su propuesta. No obstante, será ahora cuando entre más a fondo en el estudio de estos suministros en busca de mejoras, ya que ahí estará el auténtico margen de su contrato.
Una de las iniciativas que figura en la oferta de Ferrovial y SIEC es la racionalización del almacenaje en el Hospital, para que se sepa en todo momento no solo el stock real de cada producto (apósitos, medicinas, prótesis o repuestos de mobiliario) sino también todo su recorrido, con un seguimiento informático desde que entran hasta que son utilizados y por quién. Por esta vía calculan conseguir un ahorro significativo.
Otro de los capítulos donde el Hospital espera mejoras notables es el energético, con la sustitución de muchas luminarias por otras de menor consumo o la instalación de detectores de presencia para evitar gastar energía en espacios donde no hay nadie.
A cambio, los adjudicatarios asumen importantes riesgos y, especialmente, los costes financieros, de un gigantesco contrato que les obligará a andar con enormes cautelas.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora