Baterías vs PPAs; El giro estratégico del sector energético en 2025

El sector energético global está experimentando una transformación sin precedentes en 2025, marcada por un cambio radical en las preferencias de inversión: mientras los contratos de compra de energía (PPAs) fotovoltaicos pierden atractivo, el almacenamiento en baterías emerge como la tecnología estrella del momento.

El declive de los PPAs tradicionales

Los datos más recientes revelan una tendencia preocupante para el modelo tradicional de PPAs fotovoltaicos. Según análisis financieros internacionales, las principales instituciones de inversión han rebajado la calificación de las acciones de energía solar residencial, anticipando un cambio estructural hacia modelos de propiedad de terceros (TPO).

Los expertos de Magnus Commodities, consultora especializada en energía y descarbonización, explican que «los analistas del sector esperan que más del 90% las instalaciones en 2026 provengan de modelos TPO, en comparación con aproximadamente el 50% actual». Este cambio está siendo impulsado por la próxima expiración de créditos fiscales para compras en efectivo y préstamos a finales de 2025, lo que reducirá significativamente ese segmento en 2026.

El impacto se refleja directamente en las valoraciones del mercado. Las empresas especializadas en equipos para instalaciones tradicionales enfrentan presión sobre sus márgenes, mientras que aquellas enfocadas en modelos de servicios energéticos mantienen perspectivas más favorables.

La explosión del almacenamiento en baterías

Mientras los PPAs tradicionales enfrentan vientos en contra, el almacenamiento en baterías vive su momento dorado. Fuentes del sector confirman esta tendencia con un crecimiento del 30% en la venta de baterías respecto a 2024, impulsado por el auge del autoconsumo residencial, la demanda de sistemas híbridos y la necesidad de estabilidad en la red eléctrica.

Las cifras son contundentes: las baterías ya representan el 30% volumen de ventas respecto a los módulos fotovoltaicos, una proporción impensable hace apenas dos años. Este crecimiento se complementa con un aumento del 15% en puntos de recarga y un 20% en marquesinas solares, configurando un ecosistema energético más diversificado.

Magnus Commodities destaca que «la convergencia entre almacenamiento, autoconsumo y electromovilidad está creando sinergias que multiplican el valor de cada tecnología, generando un efecto de red que acelera la adopción masiva de estas soluciones».

El caso alemán: cuando la demanda supera la capacidad

La situación en Alemania ilustra perfectamente la magnitud del boom del almacenamiento. Los operadores de red alemanes recibieron 530 solicitudes de conexión para sistemas de almacenamiento con una capacidad total de 204 gigavatios en los primeros cuatro meses de 2025. Esta cifra supera con creces la capacidad de almacenamiento prevista por el país para 2045, que es de 50 GW.

Fuentes oficiales del sector eléctrico alemán advierten que «el número de solicitudes de conexión para el almacenamiento de baterías a gran escala supera con creces la demanda realista y la capacidad de red disponible». El fenómeno ha llevado a los operadores a pedir intervención legislativa para frenar lo que denominan una «avalancha» de solicitudes.

El potencial económico en España

España no se queda atrás en esta revolución del almacenamiento. El reciente estudio EBAFLEX, elaborado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) junto con instituciones académicas especializadas, revela cifras impactantes sobre el potencial económico del almacenamiento distribuido.

Según el informe oficial, un despliegue de 6,4 GW de almacenamiento en baterías (5 GW centralizadas y 1,4 GW distribuidas), junto con una respuesta de la demanda del 20%, permitiría ahorrar 1.447 millones de euros al año al sistema eléctrico nacional. Adicionalmente, se generarían ahorros de 375 millones de euros anuales en la red de distribución.

Los expertos del IDAE contextualizan estos números señalando que «hace seis años, cuando se abrió el nuevo marco normativo en autoconsumo, nadie hubiese pensado que en 2025 tendríamos más de 8 GW instalados en autoconsumo. Ahora toca abrir un nuevo escenario que permita una amplia penetración del almacenamiento distribuido».

Factores regulatorios y tecnológicos

El cambio de paradigma no es solo económico, sino también regulatorio. El Real Decreto-Ley 7/2025, pendiente de convalidación, ha supuesto importantes avances para el almacenamiento tanto standalone como híbrido. Paralelamente, la Directiva (UE) 2024/1711 reconoce explícitamente el almacenamiento como fuente válida de energía para el «consumo de energía compartida».

Magnus Commodities analiza que «el marco regulatorio europeo está evolucionando para reconocer el almacenamiento no solo como un complemento a la generación renovable, sino como un activo independiente que aporta servicios esenciales al sistema eléctrico».

Desde el punto de vista tecnológico, la rápida caída de costes de las baterías está acelerando su adopción. Los sistemas de almacenamiento proporcionan flexibilidad, estabilidad de la red y la capacidad de superar períodos de baja generación renovable, convirtiéndose en una pieza clave para la transición energética.

Perspectivas de mercado

Las proyecciones globales confirman esta tendencia alcista. Según estudios de mercado especializados, el sector de baterías de almacenamiento de energía solar crecerá de 6.39 mil millones de dólares en 2025 a 19.10 mil millones para 2032, exhibiendo una tasa de crecimiento anual compuesta del 16.9%.

Este crecimiento contrasta con las dificultades que enfrentan los modelos tradicionales de PPAs, especialmente en mercados maduros donde los incentivos fiscales están siendo retirados gradualmente.

Los analistas de Magnus Commodities proyectan que «el almacenamiento se convertirá en el nuevo oro del sector energético, con múltiples flujos de ingresos que incluyen arbitraje energético, servicios auxiliares, respaldo de emergencia y optimización de autoconsumo».

Conclusión

El año 2025 marca un punto de inflexión en el sector energético. Mientras los PPAs fotovoltaicos tradicionales pierden protagonismo debido a cambios regulatorios y de mercado, el almacenamiento en baterías se consolida como la tecnología del futuro. Esta transición no solo refleja una evolución tecnológica, sino un cambio fundamental en cómo concebimos y gestionamos la energía en un mundo cada vez más electrificado y descentralizado.

La confluencia de factores regulatorios favorables, costes tecnológicos decrecientes y necesidades crecientes de flexibilidad del sistema eléctrico posiciona al almacenamiento como el catalizador de la próxima fase de la transición energética global.

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