El comercio gana la batalla de las tarjetas

La noticia es la mejor que han recibido en mucho tiempo los 9.000 propietarios de tiendas que hay en Cantabria, según la Cámara de Comercio. Miguel Ángel Cuerno, presidente de Coercan (Federación del Comercio de Cantabria), ha estado presente en todo el proceso de negociación, como representante de la Confederación Española de Comercio, y conoce a fondo la problemática que ha rodeado la consecución de un acuerdo que considera “histórico” ya que reduce significativamente las comisiones por el uso de las tarjetas de crédito y débito, diferenciando entre ambas. Así, quedarán ajustadas a los costes que realmente generaban estas transacciones a los bancos, tal como exigía la Unión Europea. Eso quizá resulte intrascendente, a primera vista, para el comprador, pero a los comerciantes españoles les supondrá el ahorro de unos 2.100 millones de euros al año.
Los medios de pago –propiedad de los bancos– han conseguido, eso sí, una prórroga para ir aplicando la reducción de manera escalonada hasta el 2008. Pero los primeros efectos ya se dejan notar: Desde el pasado 2 de diciembre, en que se produjo la firma del acuerdo, la comisión máxima que los emisores de tarjetas pueden aplicar a los comerciantes por las compras en las que el cliente utilice una tarjeta de crédito es del 1,45% y ese porcentaje se irá reduciendo hasta quedar en un máximo del 0,7% en 2008. Para las compras realizadas con tarjeta de débito se fija una tarifa máxima de 28 céntimos.

Historia de un desencuentro

El cliente cada vez usa con más naturalidad el dinero de plástico, un sistema cómodo y que a él no le cuesta nada, pero sí a los comerciantes, que han de pagar comisiones a los medios de pago –Servired, Euro 6000 y 4B–. Ese margen perdido en cada venta ha acabado por convertirse en un lastre para un sector que no pasa por sus mejores momentos. Por ese motivo, en los últimos tiempos no es extraño encontrarse en algunos comercios con la frase: “Si me lo paga en metálico le descuento la comisión que me cobra el banco”.
En 1989, cuando la Confederación de Comercio de Cataluña negoció por primera vez con Visa, consiguió que las tasas que pagaban los comerciantes barceloneses se redujeran del 6% al 4,5%. Aquel fue un primer paso para un largo camino que se ha recorrido en todo el país. El proceso a veces quedó empantanado y el comisario europeo de Competencia, Mario Monti, tuvo que desatascarlo en 2002, cuando estableció que las tasas de intercambio (las que se cobran los bancos entre sí por el uso de tarjetas que no son de su propiedad) no podría superar en 2007 en el 0,7% para las tarjetas de crédito y los 28 céntimos en las de débito, unas cantidades más ajustadas a los costes reales.
A raíz de esta decisión de Mario Monti, los comerciantes (CEC), las grandes superficies (Anged), los hoteles (Cehat), los restaurantes y bares (Fehr), las agencias de viaje (Caave) y la venta a distancia (Avad), que agrupan a un millón de empresas españolas y suponen el 30% del PIB nacional, interpusieron una denuncia contra los medios de pago ante el Servicio de Defensa de la Competencia. Tras un largo proceso, el 11 de abril de 2005 el Tribunal de Defensa de la Competencia falló a favor de los comerciantes, abriendo a los pocos días un expediente sancionador a los medios de pago, que les hizo plantearse la búsqueda de una salida negociada al conflicto.
Para facilitar el acercamiento, el ministro de Industria y Comercio, José Montilla, puso a disposición de las partes la infraestructura de su Ministerio, donde finalmente se llegó a un acuerdo el pasado 2 de diciembre.

Todos pagarán igual

Ahora, al dueño de una perfumería o de una tienda de regalos pagará, como máximo, un 1,45% del importe de la venta si el cliente lo abona con una tarjeta de crédito o 28 céntimos si lo hace con una de débito. Antes, ese mismo comerciante tenía que pagar un 4% de comisión, un pellizco que le hacía echarse a temblar cada vez que un cliente blandía una tarjeta.
Cada ramo tenía tarifas distintas, pero se estima que los establecimientos cántabros se ahorrarán no menos del 50% de las comisiones que pagaban. En el caso de la hostelería y la joyería, por ejemplo, han pasado de tener unas comisiones del 3% y 4%, respectivamente, a un 1,45%, como máximo (una de las novedades del acuerdo es que todos los comerciantes, independientemente del sector al que pertenezcan, pagarán las mismas comisiones).
Esta reducción debiera repercutir en los precios o en la competitividad de los pequeños establecimientos, que verán cómo aumentan sus márgenes de beneficio.
Miguel Ángel Cuerno, presidente de Coercan, define este acuerdo como “el triunfo de la suma de fuerzas” y se muestra seguro de que eso hará bajar los precios. Los representantes de las sociedades emisoras de tarjetas, por su parte, lo ponen en duda y sostienen que el público nunca llegará a verse beneficiado por esa reducción.
Se abre, en cualquier caso, un nuevo horizonte de relaciones entre banca y comercio, en el que los medios de pago ganarán menos por cada transacción pero, muy probablemente, gestionarán más transacciones, ya que los comerciantes estarán más interesados que antes en propiciar las ventas con tarjeta.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora