Un consorcio para exportar los productos gourmet

El Santander Fine Food agrupa a diez empresas agroalimentarias de Cantabria

Los productos gourmet de Cantabria han encontrado un canal por el que abrirse paso en el mercado exterior. Santander Fine Food, un consorcio creado hace dos años para la exportación, se ha convertido en el departamento de comercio exterior de muchas de las pymes que lo integran. El consorcio no solo promociona los productos sino que también los vende y distribuye.


La industria agroalimentaria es uno de lo sectores más pujantes de Cantabria, hasta el punto de que supone ya el 20% del PIB regional. Una gran calidad en la materia prima y la evolución de las propias empresas transformadoras hacia productos más cuidados ha permitido que muchas de estas iniciativas empresariales se hagan un hueco en el mercado local y nacional. Pero se trata de empresas de pequeño o mediano tamaño, sin recursos para explorar mercados más alejados en los que podrían hacer valer su calidad.
No es extraño pues que Sodercan se fijase en este sector para intentar agruparlo en un consorcio de exportación. Después de muchos contactos con un gran número de empresas, finalmente fueron siete las que en julio de 2015 dieron el paso para constituir el Santander Fine Food, que es la marca comercial de un consorcio creado expresamente para la promoción y venta de los productos alimentarios cántabros en el exterior.
Para rentabilizar el esfuerzo, se focalizó en el canal gourmet, con productos de gama alta que aportan una calidad diferenciada, única manera de abrirse paso en el competitivo mundo de la distribución alimentaria o de la restauración.

El escaparate de las ferias

El primer paso fue dotarse de las herramientas de marketing necesarias (elaboración de catálogos y página web) para darse a conocer, y llevar a cabo unos estudios de mercado para valorar los países más accesibles para los productos elaborados en Cantabria, por razones gastronómicas y logísticas, porque uno de los problemas que plantea la venta de productos tan diversos es que su diferente caducidad y la necesidad de algunos de ellos de ser distribuidos en frío limita el alcance de las acciones comerciales.
La primera elección recayó en países como Gran Bretaña, Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, Italia y Portugal. Y la puerta para llegar a ellos fueron las ferias agroalimentarias que se celebran en esos países, aunque su puesta de largo tuvo lugar en la Feria Alimentaria de Barcelona.
Santander Fine Food ha participado ya en grandes eventos internacionales celebrados en Londres y París, y este año estará presente en la Feria Anuga, que se celebra en Colonia. Esas acciones se han complementado con viajes de prospección comercial a mercados concretos y acciones a través del canal Horeca, de hostelería, con una respuesta muy positiva. El resultado de todo ello empieza ya a concretarse en ventas, no solo en Europa, sino también en mercados tan alejados como Japón, Méjico, Colombia y Estados Unidos.

La diferencia con otros consorcios

Agrupaciones de productores agroalimentarios como la creada en Cantabria existen en otras comunidades autónomas, pero mientras esos otros consorcios suelen limitarse a la fase de promoción comercial y luego son las propias empresas las que llevan a cabo las ventas, Santander Fine Food también realiza esta tarea. «Lo peculiar de nuestro consorcio”, explica su gerente, Concha Blanco, “es que nosotros facturamos y eso tiene ventajas tanto para los asociados como para los clientes. Los asociados tienen muchas más posibilidades de acceder a mercados exteriores, con un coste muy económico haciendo acciones conjuntas. Los clientes saben que con un único pedido pueden tener un surtido amplísimo, y nosotros nos ocupamos de todo el tema de facturación y de logística”. Blanco concluye que todos estos factores hacen que el consorcio sirva para “simplificar mucho el proceso».
Santander Fine Food se ha convertido así en el departamento de exportación de la mayoría de las empresas que están asociadas, que de esta forma evitan dedicar recursos a esa tarea. Las pocas que ya tenían canales de venta propios en el exterior los siguen manteniendo, pero complementados ahora con las posibilidades que les abre el consorcio.

Productos que no compitan entre sí

A los siete socios que inicialmente formaban el consorcio se unieron el pasado año tres más, Destilería Siderit, Café Dromedario y Horno San José, lo que ha servido para ampliar el catálogo de productos diferenciados que ofrece. Precisamente es esa condición, la de tratarse de productos diferentes, lo que limita el acceso a nuevos asociados. Algunas empresas no han podido unirse por este motivo, y otras esperan el visto bueno de los asociados, que quieren que el consorcio sea una herramienta manejable y efectiva, sin duplicidades de ofertas y sin un número de miembros tan excesivo que le reste agilidad en su tarea comercial.
Aún cabe otro manera de crecer, aunque es un proyecto que requeriría de un presupuesto mayor del que maneja el consorcio (unos cien mil euros al año). Se trata de crear una franquicia para la apertura de tiendas especializadas en los productos de alimentación cántabros de Santander Fine Food, en diversas capitales. Una idea sobre la que el consorcio está trabajando.

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