La hostelería llega al polígono de Tanos

La cafetería Adal es la primera empresa de restauración del polígono

El polígono de Tanos-Viérnoles ha completado los servicios que presta a las empresas asentadas en él con una cafetería-restaurante. Situada en la parte frontal de la nave que ocupa Exclusivas Adal, una empresa de compraventa y alquiler de maquinaria industrial, la nueva instalación hostelera tendrá en su entorno más cercano a cerca de 900 potenciales clientes cuando se complete el polígono.


Quizá la señal definitiva de que un polígono está plenamente consolidado sea el que alguien tome la iniciativa de construir en él un negocio de restauración. Y, en la vertiginosa evolución del polígono de Tanos-Viérnoles, que en solo cuatro años ha pasado de contar con la solitaria presencia de cinco empresas pioneras a ocupar casi todo su suelo, ese momento ha llegado con la apertura de la Cafetería y Restaurante Adal, que se ha convertido en el lugar de referencia para tomar un café; un pincho de media mañana; o comer el menú, a unos económicos 10 euros, y a la carta.

Para Bilcan, la empresa promotora del establecimiento, contar con una clientela potencial de cerca de 600 personas que trabajan en las empresas ya instaladas en Tanos era un argumento lo bastante atractivo como para animarse a poner en marcha la cafetería-restaurante. Un número de trabajadores que llegará a los 900 cuando se asienten las empresas que han comprado suelo pero todavía no lo han hecho.

Comedor de la planta baja de Adal en el polígono de Tanos-Viérnoles.

El negocio es, además, el modo de aprovechar mejor la nave que la propia Bilcan ha levantado en la parcela de 2.000 metros cuadrados que había adquirido en el polígono. La mitad de esa superficie ha sido destinada a campa para la empresa de maquinaria industrial Exclusivas Adal. En la otra mitad se ha construido el edificio que alberga la cafetería y, en parte de la segunda planta, las oficinas de la firma de maquinaria. Al tratarse de dos actividades distintas, las normas urbanísticas han obligado a que esa diferencia se visualice en el propio diseño del edificio, y un panel azul sobre la fachada acristalada indica la separación entre ambas zonas.

La promotora, Bilcan, está formada por dos empresas asociadas, Bilcraber, propietaria de Adal, y Muga Interior, perteneciente a Excavaciones Gaby.

El negocio de restauración lo explota la misma compañía que ha construido la nave, Bilcan, a la que Adal también paga un alquiler por el uso de las instalaciones de compraventa y alquiler de maquinaria.

Para las dos empresas asociadas, esta es su primera experiencia en el campo de la restauración. Algo que no les ha arredrado a la hora de decidirse a llevar directamente la gestión del negocio, aunque su intención inicial era la de alquilarlo. Pero el deseo de controlarlo de cerca para asegurarse del éxito del proyecto les animó a convertirse también en hosteleros. “Cuando fuimos a hacer la nave ya teníamos claro que queríamos montar la cafetería –señala Alfredo Pozueta, uno de los socios de Bilcan–, porque no había nada en el polígono y sabíamos que si esto funciona puede ayudar a pagar la inversión que se ha hecho aquí”. Una inversión que ronda los 800.000 euros entre la compra de suelo y la construcción de la nave, de los que 200.000 se han destinado a la instalación y equipamiento de la cafetería.

Dos comedores y 120 plazas

DAVID S. BUSTAMANTE 29/06/2018 TANOS/ CANTABRIA Restaurante Cafetería Adal en el Polígono Industrial de Tanos

La superficie dedicada a hostelería ocupa 270 metros cuadrados repartidos en dos plantas. En la primera se sitúa la cafetería y un luminoso comedor con capacidad para 40 comensales. Ambas zonas están separadas por paneles móviles que permiten ampliar los espacios en caso de necesidad, ya que el dedicado a cafetería dispone también de varias mesas más.

Esta zona de restauración de la planta baja está pensada para las comida más habituales, centrada en el menú de la casa, el motor del negocio en una zona industrial. Y aunque la hostelería no haya sido hasta ahora su actividad, los promotores del nuevo restaurante han querido que respondiese a su propia experiencia como clientes habituales: “Nosotros comemos fuera de casa todos los días por nuestro trabajo –subraya Pozueta–, y sabemos lo que nos gusta y lo que no. La vajilla no tiene porque ser corriente por tratarse de un menú, y tampoco nos gusta que haya demasiados platos; aquí se cocinan todos los días tres primeros y tres segundos y la comida está recién hecha”. Con esa oferta ya atraen diariamente a cerca de medio centenar de comensales.

Para los clientes que van a comer a la carta se ha dispuesto en la planta superior un comedor algo más pequeño, en el que caben 26 personas.

La cafetería dispone de una terraza, en parte ajardinada, con capacidad para otras 40 plazas, lo que eleva a 120 el número de potenciales comensales del establecimiento.

Asentamiento de Bodegotrans

El negocio de restauración de Adal puede que no sea el único que se levante en el polígono si Bodegotrans, la empresa de trasporte que ha anunciado su intención de trasladarse al recinto, construye la gasolinera y cafetería-restaurante que tiene prevista, con los que se completarían las instalaciones que proyecta en Tanos.   

En la parte posterior de la nave se ha asentado el parque de maquinaria de Exclusivas Adal, de los mismos socios de la cafetería.

La empresa de transporte sería una de las últimas en instalarse en un polígono que ha agotado ya prácticamente su suelo. De los 317.721 metros cuadrados que se pusieron en venta, tan solo quedan por adjudicar una parcela de 6.382 m2 y las ocho de dos mil metros cuadrados en que se dividió el suelo que se reservaba para la construcción de naves nido. Ante la evidencia de que el pequeño formato es el que más interés despierta entre los empresarios (hay una docena de interesados), se ha optado por su reparcelación.

Cuando la ocupación del polígono de Tanos-Viérnoles concluya, serán más de treinta las empresas instaladas, con cerca de 900 trabajadores (solo Bodegotrans aportará cien empleos directos). Un colectivo de potenciales clientes a los que la existencia de una cafetería-restaurante les añade un servicio que ya es habitual en todos los polígonos y, en este caso, con una cuidada imagen que puede convertirlo en una atractiva opción entre los establecimientos hosteleros de la zona.

Jesús Polvorinos

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