Ingeniería Emilio Casuso: ‘Vamos a un sector agroalimentario cada vez más tecnificado’

La Ingeniería Emilio Casuso está detrás de muchas de las plantas agroalimentarias que se han construido o reformado en Cantabria en los últimos 25 años, aunque sus orígenes se remontan a los años 90, cuando Emilio Casuso, un ingeniero agrícola vallisoletano que desarrollaba su actividad en Castilla y León, se trasladó a Santander para dar comienzo a una nueva andadura profesional, desarrollando proyectos de ingeniería en el ámbito agropecuario y de la alimentación.

Desde el inicio tuvo mucha participación en los proyectos de transformación, almacenamiento y comercialización de productos pequeros. Ya en 1994 proyectó la mayor fábrica de conservas de pescado de la región, con una superficie de 12.500 m2.

Desde entonces, también ha proyectado fábricas de piensos, industrias cárnicas, lácteas, de helados, panadería, bollería… Entre los proyectos más significativos concluidos a lo largo de estos años dentro de la región (también los ha hecho fuera) se encuentran la planta de helados construida por Regma en Camargo, la de barquillos de Gonzalo Ríos en Ambrosero, las fábricas de piensos de Agrocantabria en Tanos y de Ulises en Orejo o la reforma de la que tiene la Cooperativa Ruiseñada-Comillas en El Bosque.

Durante los últimos años ha proyectado, entre otras, la planta de Norcantabric para la cría y engorde de salmón atlántico en circuito cerrado, en Ramales y una línea de extrusionados–horneados y congelados (sanjacobos, flamenquines, fingers pollo, etc) en Clavo Food Factory. Actualmente trabaja en la mejora de procesos en Pescados Ibañez (Santoña) y en la planta de transformación y comercialización de pescado adquirida por Conservas del Norte . 

La sucesión al frente de la Ingeniería ya está organizada. Se hará cargo Rodrigo Casuso, un ingeniero industrial, hijo de Emilio, que lleva más de una década trabajando en los proyectos de la empresa.

Sus objetivos son mantener el nivel profesional, continuar la diversificación en la edificación industrial e incorporar nuevas tecnologías, como la metodología BIM, “que nos puedan permitir ser más eficientes y competitivos, y ofrecer un valor añadido”. 

Rodrigo ve un sector agroalimentario cada vez más tecnificado, en parte para satisfacer una demanda más compleja, con controles mucho más exhaustivos en cuanto al origen, calidad y condiciones sanitarias de los productos. Eso conlleva una digitalización de procesos que se va extendiendo también a las pymes, como lo demuestran los encargos que recibe de estas empresas.

La ingeniería prevé que, en 2030, el 80% del ordeño de las explotaciones de vacuno de leche sea robotizado, por la escasez de mano de obra cualificada para llevar a cabo el ordeño en sala, y la ventaja que ofrece el robot por su tecnología y flexibilidad en los horarios de ordeño, un factor muy importante para facilitar el relevo generacional en las explotaciones. 

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