Confidencial

LOS RUBIRALTA MIRAN HACIA LOS CORRALES

Tras cuarenta años de aventura empresarial en común, los hermanos Rubiralta, dueños a partes iguales del grupo siderúrgico Celsa y de la multinacional de instrumental quirúrgico Werfen, han decidido caminar por separado y la clave para que ese divorcio sea algo menos traumático puede estar en Cantabria. Los Rubiralta han llegado por fin a un acuerdo, después de provocar varios aplazamientos en las juntas de ambas empresas, y mientras que Francisco se queda con Celsa, José María tendrá el 100% de Werfen. Pero la diferencia de tamaño entre ambas obliga a una fuerte compensación de Francisco, que en parte podría salir de la venta de los terrenos que las empresas del Grupo Celsa –Trefilerías Quijano, Nueva Montaña Quijano y Global Steel Wire– poseen en Los Corrales de Buelna. Se trata de 400.000 metros cuadrados de suelo ocupado por antiguas instalaciones fabriles, sobre el que los Rubiralta han llegado a un principio de acuerdo con el Ayuntamiento corraliego para su desarrollo urbanístico. Según el borrador del convenio, en esa enorme superficie se levantaría una nueva zona residencial con 900 viviendas y un área industrial de 180.000 metros cuadrados. El Ayuntamiento de Los Corrales ha ligado la ejecución de ese convenio al visto bueno de la plantilla de Trefilerías Quijano, la única empresa en activo del Grupo Celsa en el valle de Buelna. Los 72 trabajadores que la integran, tras la drástica regulación de empleo de hace dos años, rehúsan dar su apoyo a esa iniciativa en tanto no se les presente un proyecto industrial que asegure el futuro de la factoría. La urgencia de los Rubiralta por resolver su situación familiar podría ahora reactivar el proyecto para liquidar un patrimonio inmobiliario que puede depararles sustanciosos beneficios.

ALVAREZ SE ADJUDICA LOS ASTILLEROS DE SESTAO

El ex director general de IZAR y ex presidente de Sidenor, José Luis Alvarez, ha vuelto al sector naval al frente de una nueva empresa, la compañía Construcciones Navales del Norte, que se ha adjudicado el astillero de Sestao, uno de los cuatro que ha privatizado el grupo IZAR. Alvarez, residente en Cantabria, va a especializar el astillero en la construcción de dragas, gaseros y rompehielos.

Verano caliente en la CEOE cántabra a consecuencia de las elecciones

Las elecciones a la CEOE-CEPYME de Cantabria que se celebrarán el 4 de septiembre llevan camino de convertirse en el rosario de la aurora, como consecuencia de las tensiones que está originando la formación de candidaturas. Se equivocó Lope Carral si pensó que lo dejaba todo atado y bien atado cuando poco antes de agotar su mandato dimitió como presidente después de consensuar una candidatura con Fidel González Cuevas (presidente de los constructores y promotores) como sucesor y Miguel Mirones (presidente de los hosteleros) como vicepresidente ejecutivo. Todo está desatado y bien desatado.
La candidatura oficialista (un sistema de sucesión tradicional en CEOE) se deshizo pronto, cuando el presidente del Metal, José Gómez Otero ofreció a Mirones formar otra lista alternativa en la que iría de presidente. Pero también ésta, que incluía a los líderes del transporte y de Coercan se rompió, al decidir Gómez Otero componer su propia candidatura y a finales d agosto aún se especulaba con la aparición de una cuarta, escindida, también, de las anteriores.
La competencia es perfectamente democrática, pero está suponiendo un enorme desgaste en el interior de la patronal, dado que cada candidatura debe llevar el aval de doce empresas, algo relativamente fácil de conseguir, y el de doce asociaciones, lo que ya resulta más difícil, si se tiene en cuenta que la CEOE-CEPYME cántabra está compuesta por 52. Como este número apenas da para tantos candidatos, se libran auténticas batallas para conseguir el aval de cada organización sectorial.
El sucesivo fraccionamiento de las candidaturas ha añadido problemas en esta búsqueda, puesto que no está nada claro a quién respaldaban de verdad asociaciones que dieron su aval a alguna lista que luego se ha roto en dos o en tres distintas.
Tanto esta circunstancia como el uso por parte de algunos candidatos de medios de la organización ha suscitado quejas a la Comisión Electoral que va a tener mucho más trabajo de lo que pudo imaginar.
El proceso ha ido deteriorando las relaciones internas, donde ya había diferencias significativas entre Carral y el secretario general, Miguel Angel Castanedo, y contagia a asociaciones sectoriales y empresas. Las grandes compañías, que habían respaldado inicialmente la candidatura de González Cuevas e incluso habían aceptado formar parte de su Comité Ejecutivo, han optado después por quedarse en un segundo plano, a la vista de la tormenta. No obstante, se supone que están más cerca de ésta que de otras candidaturas. Por su parte, la que encabeza Mirones ha conseguido el respaldo de un puñado de asociaciones sectoriales y la de Gómez Otero parece contar con el apoyo del PP cántabro que no perdona a González Cuevas sus críticas al anterior Gobierno.
No obstante, el proceso electoral tiene dos partes muy diferenciadas. Si en la primera el terreno de juego está en los avales de las asociaciones empresariales, en la segunda habrá que conseguir votos concretos y esos están en las grandes empresas.

Dónde están los votos

De los 1.900 votos del censo electoral de CEOE, las asociaciones empresariales tienen poco más de 400 y las pymes algo más de 600. El resto están en manos de las grandes empresas, ya que se cotiza en función del tamaño y eso da lugar a un voto ponderado. 30 de ellas, las de mayor tamaño, controlan 450 votos; las 30 siguientes en tamaño, otros 200 y un tercer grupo de 30, 100 votos.
Tampoco el conseguir una mayoría de los sufragios gracias al apoyo de las grandes compañías le garantizaría la tranquilidad al futuro presidente, puesto que aunque sea él quien decida el Comité Ejecutivo, podría tener serios problemas para sacar adelante los presupuestos si la Junta Directiva le es hostil, y en ella tienen un peso decisivo las asociaciones.
Todo ello dibuja un panorama muy complicado en una patronal que durante los últimos doce años, bajo el mandato de Lope Carral había estado relativamente tranquila y había adquirido una solvencia financiera que nunca antes tuvo.

NUEVA FABRICA DE SEMICONSERVAS EN REINOSA

La aguda crisis de las costeras del bocarte y las dificultades para abastecerse de materia prima no desaniman a algunos empresarios conserveros a embarcarse en nuevas inversiones. Conservas Hoyo, una empresa familiar creada hace más de cuarenta años en Reinosa, va a levantar en el Polígono de La Vega una nueva fábrica que sustituya a las primitivas instalaciones, que se han quedado obsoletas. La nueva nave tendrá 2.300 m2 y en su construcción y equipamiento se van a invertir dos millones de euros. La fábrica estará operativa a finales de 2008.
Además de la factoría reinosana, en la que trabajan 20 personas, Conservas Hoyo cuenta con otra instalación en Laredo, dedicada a la elaboración de salazón y a almacenamiento de materia prima, que ante la ausencia de bocarte en el Cantábrico, se trae del Mediterráneo y de Argentina. En la época de buenas costeras, Hoyo llegaba a elaborar cerca de medio millón de kilos al año entre ambas fábricas, una producción que, como ha ocurrido en otras empresas del sector, se ha reducido con el bocarte de importación hasta las 350 toneladas.

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