Lidia Calderón: «Tenemos mucha incertidumbre porque no sabemos qué va a pasar»

La ganadera cántabra, que dirige una explotación de vacuno de carne en Pando, tiene las ventas paralizadas

Ningún sector de la economía regional ha conseguido librarse de los efectos del coronavirus. El primario, que asegura las provisiones alimentarias de supermercados y tiendas de alimentación, es uno de los muchos perjudicados. A la ganadera cántabra, Lidia Calderón, que lidera una explotación de vacuno de carne en Pando (Molledo), se le acumulan los problemas con la llegada del Covid-19.

Cada vez que nacen nuevas reses, Calderón procede a su engorde durante tres meses aproximadamente y después las vende a unos intermediarios que las ponen a disposición de cebaderos, la mayoría procedentes de Aragón. Sin embargo, la crisis sanitaria originada por la enfermedad infecciosa ha paralizado sus ventas y ha venido a complicar aún más el escenario al que ya se enfrentaba. «Hace mes y medio tuve casos de positivos de tuberculosis en la explotación y ahora no puedo vender ni vacas ni terneros, estoy inmovilizada», explica Calderón.

A pesar de ello, Lidia asegura que «no ha cambiado nada» ni en su rutina diaria ni en su metodología de trabajo. De hecho, en estos momentos en los que resulta difícil cerrar nuevas operaciones comerciales, continúa con el cebado de sus terneros y hasta la fecha no ha tenido problemas de abastecimiento de pienso ni tampoco a la hora de recibir asistencia veterinaria. La ganadera cántabra asevera que en su trabajo no tiene contacto con otras personas y que, en los casos que requiere su presencia física, siempre mantiene las distancias de seguridad. «Es algo que ya me sale de forma intuitiva», sostiene.

Para ella, en tiempos de pandemia, vivir en un entorno rural es un un privilegio. «Tengo suerte de vivir en un pueblo en el que somos alrededor de 35 personas, la gente es muy cuidadosa con las medidas de protección», comenta. Además, respirar aire fresco por las mañanas, disponer de una huerta en su domicilio en la que poder evadirse momentáneamente del confinamiento o salir al jardín también ayuda a asimilar las restricciones del estado de alarma con mayor facilidad.

Más visibilidad

Más allá del desasosiego por la situación actual,  lo que más inquieta a Calderón es el futuro del sector cuando se haya conseguido estabilizar y atenuar la crisis sanitaria. «Tenemos mucha incertidumbre porque no sabemos qué va a pasar», manifiesta.

Aún así,  Lidia Calderón también saca conclusiones positivas. Considera que la llegada del coronavirus está sirviendo para sensibilizar a la sociedad de la importancia que tiene la labor de agricultores y ganaderos en el país y reclama un mejor trato para quienes desarrollan su negocio en el campo. «Al sector primario no se le puede dejar de lado», opina.

 

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