Se estabiliza el riesgo de impago en las empresas de Cantabria

No ha avanzado en el último año pero se disuelven más empresas de las que se crean

El tejido productivo de Cantabria ha logrado estabilizar el deterioro de su riesgo de crédito en el último año. Aunque el 18% de las empresas de la región presenta un riesgo elevado de impago, cuatro puntos más que antes de la pandemia, ese porcentaje apenas se ha modificado desde comienzos de 2021. Ese es uno de los datos más relevantes que ofrece la radiografía del tejido productivo cántabro elaborada con la solución de analítica avanzada Insight View. No obstante, en el primer semestre de 2022, Cantabria registra un incremento del 24% en la declaración de procesos concursales, por encima de la media, y la creación de nuevas empresas cae un 7%, mientras que la disolución crece al 9%, lo que revela una destrucción de tejido productivo.

El 19% de las empresas cántabras se dedican al comercio, ya sea minorista o mayorista, y aportan el 25% de la actividad económica, es decir, que su peso está algo por encima de la media. El sector industrial, en cambio, solo supone el 8% de las empresas, pero genera el 35% de toda la cifra de negocio de la comunidad autónoma.

Esa desproporción solo puede entenderse por el enorme peso que tienen las grandes fábricas metalúrgicas, químicas y alimentarias.

Los sectores vinculados a la construcción e inmobiliario son muy relevantes en número de empresas (suponen el 28% del censo total), pero su incidencia es sensiblemente más reducida de lo que representa ese porcentaje, ya que solo aportan el 6% de la facturación global. Algo parecido a lo que ocurre con los servicios a empresas (12% en número pero solo el 3% de la facturación) y la hostelería (el 12% de las empresas y el 1% de las ventas globales). El sector primario prácticamente se ha quedado sin representatividad, ya que únicamente supone el 2% de las empresas y el 1% de la facturación.

Empresas maduras

Es obvio que con tanta diferencia entre el número de empresas y su peso en la economía, la distribución por tamaño ha de mostrar una fuerte dispersión. El 74% del tejido económico cántabro está compuesto por microempresas que apenas generan el 7% de la facturación total.

El comercio mayorista y minorista, a pesar de su pérdida de peso, supone el 25% de las ventas agregadas de la región.

En el otro extremo está la gran empresa, que solo representa el 1% del total pero produce el 55% de las ventas de un tejido productivo que muestra una enorme madurez. El 16% de las empresas tiene más de 25 años, y concentra el 48% de la facturación.

El 42% de las compañías existentes ha sido creado en la última década, pero el crecimiento es lento. Por el momento, solo representan el 12% de las ventas totales de la región, lo cual quiere decir que crecer y consolidarse requiere mucho tiempo en España y en esta comunidad autónoma, en particular.

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