Los ayuntamientos sostienen el empleo en las zonas rurales

Los ayuntamientos tienen un conocimiento muy directo de la situación laboral de sus vecinos pero la mayoría no tienen recursos propios para mejorarla. Gracias a las ayudas para la contratación temporal de parados que reciben desde el Gobierno regional, muchos de ellos, sobre todo los de pequeño tamaño, se han convertido en la principal fuente de empleo. Con los 31 millones de euros que recibieron en 2019 dieron trabajo a 3.000 parados y entre este año y el próximo, les llegarán otros 52 millones con el mismo objetivo. Varios de ellos, además, habilitaron líneas de ayuda a las empresas locales para afrontar la crisis derivada de la pandemia.

Los ayuntamientos se han convertido en los principales empleadores de muchos municipios cántabros. Las subvenciones facilitadas por el Servicio Cántabro de Empleo (EMCAN) a través del programa de Corporaciones Locales están permitiendo que muchos desempleados –algunos de ellos de larga duración– puedan reincorporarse al mercado laboral, una oportunidad que de otra manera no llegaría o tardaría en hacerlo. Gracias a estas contrataciones, los ayuntamientos disponen de trabajadores para realizar obras municipales, labores de limpieza y otras actuaciones de interés.

Las ayudas para el empleo llegan a todos los ayuntamientos pero adquieren mayor importancia en zonas rurales con escaso tejido empresarial e industrial en las que el fenómeno del despoblamiento es difícil de revertir, municipios en los que las empresas con las plantillas más extensas suelen ser residencias geriátricas, si tienen la suerte de contar con alguna de ellas.

Entre este año y el próximo, el Gobierno cántabro va a destinar a los consistorios 52 millones de euros para la contratación de personal laboral que darán trabajo a personas con problemas para encontrar empleo. La mitad de esta partida irá dirigida a desempleados en general y la otra, a los de larga duración, que de esta forma tienen una probabilidad algo más alta que el resto de resultar beneficiados, ya que este colectivo no supone, ni de lejos, el 50% del censo de parados.

A esta cantidad, hay que añadirle otros cinco millones de euros, con los que las corporaciones locales podrán contratar a unos dos centenares de jóvenes menores de 30 años durante doce meses.

Los 31 millones de euros que repartió el Ejecutivo regional en la convocatoria aprobada en 2019 sirvieron para contratar a 3.000 parados por periodos de entre tres y seis meses, una cifra que no podría alcanzarse sin programas de este tipo.

Escuelas Taller

Los jóvenes con baja cualificación y con escasas posibilidades de acceder al mercado laboral se acogen cada año a proyectos para mejorar su empleabilidad, impulsados desde la Consejería de Empleo y en colaboración con los ayuntamientos.

En 2020, se pusieron en marcha 23 escuelas taller, 23 casas de oficios y 19 talleres de empleo, donde personas con menos de 30 años realizaron labores auxiliares en viveros, mantenimiento de jardines, tratamientos silvícolas, repoblaciones forestales, confección de páginas web, reparación de mobiliario urbano y carpintería.

Gracias a estos programas mejoran sus competencias laborales, pero no son los únicos beneficiados. Las tareas que realizan durante su proceso de aprendizaje ayudan a modernizar, en muchos casos, las dotaciones de los propios ayuntamientos.

Por ejemplo, los alumnos de escuelas taller de Astillero modificaron la instalación eléctrica del espacio expositivo Real Astillero de Guarnizo y el salón de plenos del Ayuntamiento e instalaron equipos de eficiencia energética. Otros, en Santander, trabajaron con personas dependientes en domicilios tutelados por el servicio de atención domiciliaria municipal.

Desde el inicio de la legislatura, el Ayuntamiento de Santander ha impulsado tres escuelas en las que ha invertido 1,24 millones de euros y cuatro talleres de empleo, de los se han beneficiado 180 personas. “Hemos incrementado el presupuesto de empleo casi un 35% desde 2019”, señalan desde el Consistorio.

La apuesta del Ayuntamiento por la formación para el empleo se ha visto reflejada en los numerosos talleres y cursos que se llevan a cabo. Santander ha lanzado el Programa de Formación (120 usuarios), el de FP Básica (un centenar de usuarios) y cinco lanzaderas de empleo, con 149 talleres. Tampoco se ha olvidado de fomentar el emprendimiento, organizando cuatro ediciones del programa Coworking, en las que han participado 60 personas con nuevas iniciativas emprendedoras.

Ayudas a empresas

Las empresas también han recibido el respaldo de sus ayuntamientos. Como consecuencia de la crisis sanitaria, el de Santander lanzó un plan de choque con ayudas económicas directas y en los dos últimos años ha otorgado 2.600 ayudas de este tipo a emprendedores y autónomos por importe de 4,3 millones de euros para impulsar la transformación e innovación digital, adaptación a la situación de emergencia sanitaria, para la industria creativa cultural y para el lanzamiento de nuevos proyectos empresariales y el mantenimiento de la actividad.

El Gobierno regional destinará 52 millones para que los ayuntamientos contraten personal

También dedicó 5,7 millones de euros para impulsar el consumo, con el Bono Santander Emerge y otros 2,5 millones para el Bono Santander Emerge 10+. El comercio, la hostelería y el turismo recibieron un paquete de bonos que supuso una inyección de 3,7 millones de euros y les generó una facturación de más de siete millones.

En total, Santander ha destinado 14,2 millones de euros a ayudas de este tipo, de las que se han beneficiado más de 3.000 empresarios y autónomos de los más diversos sectores, como los propietarios de las peluquerías, agencias de viajes y guías turísticas, “que han sido los grandes olvidados de las ayudas del Gobierno. Nosotros nos hemos encargado de dar ayudas directas y fáciles de solicitar”, sostienen desde el Ayuntamiento.