Convertirse en el quinto banco español le obliga a Liberbank a ceder el poder

La fusión tendrá pocas consecuencias en Cantabria

Tras meses de negociaciones, Unicaja y Liberbank han dado luz verde a la fusión de ambas entidades, que creará el quinto mayor grupo financiero del país por volumen de activos, con 108.800 millones de euros. Liberbank ha tenido que acceder a que la presidencia ejecutiva quede en manos de  Unicaja, al menos durante dos años, pero ha ganado terreno en la valoración del canje de acciones. Al final tendrá un 40,5%, mientras que el banco de origen andaluz controlará el 59,5% restante. El efecto de la fusión será escaso en Cantabria, una de las regiones fundadoras de Liberbank, ya que Unicaja apenas tiene presencia, aunque un informe de Santander Corporate & Investment Banking calcula que podrían cerrarse seis de las 78 oficinas que suman ambas entidades.

Los bancos han acordado una ecuación de canje de 1 acción de Unicaja por cada 2,7705 acciones de Liberbank. Para pagarlas, el grupo andaluz emitirá 1.075 millones de acciones, con un valor nominal de un euro cada una.

Antes tendrán que conseguir el visto bueno de la CNMV y sus juntas generales deberán aprobar la operación, por lo que se supone que quedará cerrada en otoño.

El principal escollo de las conversaciones, que ha llevado a apurar el fin de año, era el gobierno de la entidad resultante. Finalmente, el presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, será presidente ejecutivo y Manuel Menéndez (Liberbank), el consejero delegado.

Manuel Azuaga y Manuel Menéndez, presidente de Unicaja y consejero delegado de Liberbank.

Menéndez ha cedido en su pretensión de tener toda la capacidad ejecutiva, pero dentro de dos años la presidencia perderá este capacidad y se revaluará el tándem de gobernanza. Sin embargo, Menéndez tampoco seguirá como consejero delegado, ya que Unicaja busca mantener el control con alguien procedente de su banco.

El nuevo consejo de administración estará formado por 15 miembros, de los que siete serán dominicales (4 elegidos por la Fundación Unicaja, y tres propuestos por Liberbank); 6 serán independientes (4 propuestos por Unicaja y 2 por Liberbank) y dos ejecutivos (Azuaga y Menéndez).

La sede social estará en Málaga, donde actualmente se ubica la de Unicaja, al tener un mayor peso en la operación. No obstante, la entidad resultante mantendrá dos sedes operativas, una en Oviedo, donde se encuentra la sede social de Liberbank, y otra en Madrid. La marca Unicaja será el nombre del nuevo banco, aunque Liberbank mantendrá su enseña en las regiones con arraigo, como Cantabria o Asturias.


El 5% de los depósitos del país

Ambos grupos sumarán el 5% de los depósitos del país y el 4% de los préstamos. Concretamente, Unicaja aportará 46.218 millones en depósitos y Liberbank, 39.014. En créditos, el banco con sede en Málaga cuenta con una cartera de 28.858 millones de euros y la entidad con sede en Asturias, con 25.270, por lo que sumarán 54.126 millones de euros.


Respecto a los costes de reestructuración, los analistas estiman que oscilarán entre los 290 y los 350 millones. Además, las entidades también tendrán que desembolsar en torno a 350 millones de euros para incrementar la cobertura de los activos improductivos (créditos dudosos y adjudicados), especialmente de Liberbank, cuya cobertura es del 51% frente al 64,5% de Unicaja. Finalmente, pagar las indemnizaciones por la ruptura de las acuales alianzas en materia de bancaseguros podría ascender a otros 200 millones de euros más.

Aunque haya mejorado el canje ofrecido a Liberbank con respecto a otras propuestas anteriores, la mala evolución bursátil de los bancos ha penalizado la operación para los accionistas de Liberbank. Cabe recordar que en febrero de 2019, durante el primer intento de fusión entre los grupos, Abanca ofreció 0,56 euros por cada acción de la asturiana, lo que suponía valorar el banco en 1.639 millones de euros y estaba dispuesto a pagar el 75% en efectivo. El grupo gallego plegó velas cuatro días después, tras reprocharle la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que lanzase una oferta sin sujetarse a la ley de opas.

El regulador dio a Abanca un plazo de diez días para presentar una oferta formal por Liberbank, tiempo en el que la entidad liderada por Escotet decidió finalmente retirarse.

La presencia de Unicaja en Cantabria es muy pequeña. En la foto, la oficina de la calle santanderina Juan de Herrera, procedente de la absorción de CajaDuero.

El nuevo banco tendrá una posición de dominio relevante en las comunidades donde ambos grupos tienen presencia. Mientras Unicaja es más fuerte en Andalucía (con una cuota de mercado del 18% por oficinas) y Castilla y León (25%); Liberbank tiene sus feudos en Asturias (26%), Cantabria (30%), Castilla-La Mancha (31%) y Extremadura (23%).

El banco de origen andaluz aporta 6.274 empleados, mientras que el asturiano tiene 3.668, de modo que sumarán una plantilla de 9.942 personas. En cuanto a las sucursales, la entidad que preside Azuaga cuenta con 1.020 y la que encabeza Menéndez, 579, por lo que se juntarán con 1.607 oficinas. No tienen demasiadas duplicidades, porque sus territorios históricos han sido muy distintos, por lo que se estiman que no será necesario cerrar más del 10% por este motivo.

Pocas oficinas duplicadas

Eso tiene ventajas y desventajas, puesto que al necesitar una menor reestructuración, los ahorros que pueden conseguirse por este motivo también serán menores.

Si llegasen a cerrarse un 18% de las oficinas, como apuntan los analistas de Santander Corporate & Investment Banking (unas 300 sucursales) el ahorro potencial sería de unos 100 millones anuales. Como los dos bancos han hablado de lograr unas sinergias mayores, en torno a los 150 millones de euros para 2023, buena parte de los ajustes tendrán que producirse en los servicios centrales.

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