Al Santander por fin se le alinean los planetas

Los tipos empiezan a crecer. No mucho, pero buena parte de ese crecimiento va a engordar los márgenes del banco, que se habían estrechado hasta límites asfixiantes, especialmente en España, donde no resulta nada fácil hacer negocio a los actuales precios del dinero.
A la vez, la morosidad sigue bajando. Por primera vez en los últimos cinco años, la mora global del Santander ha bajado del 4% El Banco está seleccionando los clientes con una estrategia comercial no siempre bien aceptada por los tradicionales, pero los nuevos puede escogerlos, y son más rentables y saneados, lo que está produciendo una bajada de la morosidad.
Otro factor positivo: los costes siguen conteniéndose (el año pasado bajaron un 2%). En realidad, llevan años creciendo por debajo de la inflación en casi todos los mercados donde opera el Banco.
El Santander está desplazando a muchos de sus clientes al canal Internet, incluso en los países emergentes. Eso supone una operativa mucho más barata y le blinda frente a la aparición de amenazas tan sombrías como la entrada en el mercado financiero de grandes empresas puntocom, que podrían ofrecer los mismos productos de forma muy competitiva, ya que no tendrían prácticamente coste de estructura (oficinas, centrales…).
Además, los clientes del Santander cada vez están más vinculados. De los 125 millones que tiene, 15,2 ya han contratado varios productos. Estos clientes especialmente amarrados no solo presentan menos riesgo de irse a otras entidades o formatos sino que son cuatro veces más rentables que el resto. Razones más que sobradas para que la estrategia comercial vaya dirigida a que el resto de los clientes pase a formar parte de este grupo.
Las comisiones y los márgenes de intereses sostienen ya la estructura del banco, que no necesita operaciones especulativas. Ahora mismo suponen el 94% de los ingresos, y como son recurrentes –de ejercicio en ejercicio–, prácticamente garantizan los beneficios futuros.
El banco, además, tiene una fuerte capacidad de crecimiento orgánico, no necesita comprar otras entidades para crecer, algo a lo que sí tendrían que recurrir los competidores. Eso significa menos desembolsos de capital y menos incertidumbres.
La mejora de la economía en casi todos los países también le libera de pesadas cargas. Ya no tendrá que hacer las fuertes dotaciones de los últimos años para dar cobertura a los posibles fallidos, lo que también contribuye a ampliar el beneficio.
El banco tampoco necesita ya vender activos para reforzar sus coeficientes de solvencia. De hecho, ha recomprado el 50% que vendió del Santander Asset Management para volver a crecer en tarjetas, seguros y fondos. Genera los suficientes recursos orgánicos como para repartir un dividendo en efectivo de 2.469 millones sin perjudicar sus ratios de capital que, por el contrario, han mejorado.
La prueba de todo ello es que ha ganado 1.867 millones de euros hasta marzo, un 14% más, una evolución mucho más rápida que la del año pasado.

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