PANORAMA INTERNACIONAL
Retrasar lo inevitable
Se espera que unos 750.000 maestros y otros funcionarios se pongan de huelga porque están enfadados, frustrados y desilusionados con los movimientos del Gobierno para cambiar las condiciones del sistema público de pensiones
Este asunto está convirtiendo al Reino Unido en dos naciones. Una puede esperar una pensión segura que esté en relación con su salario y con los años de servicio. La otra, que comprende a la mayoría de la población trabajadora, ni siquiera puede esperar tal pensión.
Si no hay reforma, los trabajadores más jóvenes tendrán que pagar impuestos más altos para financiar un estilo de retiro para otros que ellos nunca van a tener. Incluso, si los cambios se ponen en práctica, los funcionarios disfrutarían de una ventaja sobre muchos trabajadores privados en términos de seguridad y tamaño de sus pensiones respecto a las contribuciones.
La ampliación del agujero entre ambos tipos de trabajadores y la envidia, rabia e ignorancia mutua que nos espera, no puede ignorarse. Las huelgas no van a hacer nada para cambiar esta cruda realidad.
The Independent
Los inmigrantes trabajan, los nativos no
La observación que ha hecho Duncan Smith, secretario de Estado de Trabajo, respecto a que la mayoría de los nuevos empleos irán a parar a inmigrantes, no es una negra profecía sino la afirmación de un hecho. Eso ha ocurrido con más del 80% de los trabajos creados desde que la coalición de conservadores y liberales está en el poder, y eso a pesar de que el desempleo entre los jóvenes británicos está cerca del 20%.
La cuestión real es por qué nuestros desempleados jóvenes no tienen la capacidad o no quieren competir con los polacos o los letones por puestos de trabajo relativamente mal pagados en la hostelería, los servicios o la construcción. Como ha dicho David Frost, director de las Cámaras de Comercio Británicas, hay tantos trabajadores nativos tan inadecuadamente formados que los extranjeros son una propuesta más atractiva.
Las empresas esperan que «vengan jóvenes que sepan leer, escribir, comunicarse y que tengan una fuerte ética de trabajo, y eso no pasa demasiado a menudo». Una acusación muy deprimente sobre los fallos de nuestro sistema educativo. Cuarenta años de jugueteo liberal han creado una subclase con pocas cualificaciones que carece de méritos para encontrar trabajo. Les falta hasta la motivación para ponerse a trabajar porque el Estado del Bienestar les paga por hacer el vago. Haciendo del trabajo una opción relativamente poco atractiva, lo que se está consiguiendo es empujar a demasiada gente al desempleo de por vida.
Daily Telegraph
Tener que pagar para que te cuiden
Nada hace a los políticos más merecedores de desprecio que su cobardía para tomar grandes decisiones. El Gobierno ha de tomar ahora una que afectará a las vidas de miles de nosotros en los años venideros.
La forma en que una nación se preocupa de sus mayores es un sello de sociedad civilizada, aunque en este país sea un desastre. Algunas personas tienen que tirar de sus ahorros y vender sus casas para que les cuiden. Otros pasan sus años finales en la miseria o se convierten en una carga familiar.
Un informe que ha investigado este problema concluye que nadie debería pagar más de una cantidad determinada –unas 35.000 £– para su cuidado y el Estado el resto. Pero, va a haber muchas objeciones a esta propuesta. Algunos se quejarán porque, si individualmente no se paga nada, equivale a crear un impuesto mortuorio. Otros preguntarán por qué los contribuyentes deben pagar para el cuidado de aquellos que son capaces de dejar grandes cantidades de dinero a sus hijos.
El Informe parece seguir el sensato camino del medio que facilita la carga a los contribuyentes y deja alguna responsabilidad individual. Es una oportunidad de las que solo se dan una vez en la vida para reformar el vergonzoso sistema de pagar por que te cuiden cuando eres mayor.
Daily Mirror
El dinero local en casa
Nick Clegg acaba de decir en Birmingham que la centralización de la tasa de negocio (un impuesto sobre las propiedades inmuebles de las empresas) de 1988 fue “un error”. Esta tasa sustituyó a la tasa no-doméstica, cuya imposición y ajuste se dejó en manos de las corporaciones locales. La tasa funciona de manera que el dinero se entrega a Hacienda para que lo distribuya, de acuerdo a una complicada fórmula sobre la base de las necesidades.
Aunque no va a restaurar la libertad para fijar la tasa, Clegg ha anunciado que los ayuntamientos podrán mantener la recaudación y pedir préstamos contra los ingresos futuros para pagar sus proyectos. La medida significa que tendrán el control de más del 80% de sus presupuestos, mucho más porcentaje que ahora.
Esto aborda el deseo del Gobierno de dar a los ayuntamientos mayor autonomía financiera y generar crecimiento económico por medio de la competencia entre ciudades. Los laboristas se quejan, porque la idea hará que algunas zonas deprimidas salgan perdiendo; pero todo el mundo ganará si la economía crece. Además, los impuestos más bajos proporcionarían el impulso inicial a los comerciantes que atraviesan su peor momento desde hace décadas.
La izquierda chiflada hace tiempo que fue desplazada de los consejos municipales pero queda un equivalente moderno: los que creen que los ayuntamientos están para servir a sus propios intereses antes que a los de la comunidad. Es aquí donde esta medida de mayor autonomía financiera pasará su principal examen.
Daily Telegraph