Nace la primera planta de gestión de residuos de obra

En Cantabria no fue posible llevar a término ningún proyecto para el reciclaje de residuos de obra cuando el sector de la construcción estaba en todo su apogeo. Paradójicamente, es ahora cuando la iniciativa puesta en marcha hace años por una empresa de transporte, Trans Santander, ha logrado levantar en Revilla de Camargo la primera planta que se crea en la región para la gestión de residuos de demolición y construcción. El lugar elegido por Reciclajes Camargo, que es el nombre de la sociedad creada para su explotación, son las antiguas instalaciones de la fábrica de agar-agar Novogel, en la carretera que va desde el Crucero de Revilla hacia Guarnizo.

Una planta de limpieza

Dadas las características de la zona, con viviendas cercanas y al borde de una carretera, en la planta no se hacen operaciones de machaqueo de los residuos ni ninguna otra operación susceptible de generar polvo o ruidos. Su diseño está dirigido únicamente a la limpieza de los restos que llegan en los contenedores de obra, cuyo transporte forma parte de la actividad de Trans Santander.
La planta cuenta con un equipo de limpieza mecánica formado por un trómel cilíndrico que, al girar, separa los escombros según su tamaño; un equipo de soplado automático, para desprender los restos más ligeros, y una cabina de triaje donde los operarios terminan de seleccionar a mano el material, al retirar los plásticos, el porespán o la madera. Un imán elimina, por último, los restos férricos.
El resultado es un material parecido a la zahorra que se extrae de las canteras y que se utiliza con el mismo fin, el relleno de zanjas o plataformas para carreteras, pero con la nota de color que le da la presencia de trozos de ladrillo o de azulejos.
La planta de Revilla de Camargo es capaz de procesar 80 toneladas de escombros a la hora, el equivalente a tres camiones y, gracias a su ubicación, se convierte en una instalación estratégica para las obras o las demoliciones que se lleven a cabo en el Arco de la Bahía de Santander.
Muy cerca de este emplazamiento, en las antiguas canteras de Emilio Bolado, la Asociación de Constructores tenía previsto levantar una instalación propia, pero el proyecto aún no se ha iniciado. El que sí se está ejecutando es el que patrocina Ascan, que también está levantando una planta de reciclado de residuos de obra y demolición en Meruelo, con una capacidad de procesamiento de unas 80.000 toneladas al año. De esta forma, a lo largo de 2010 el sector de la construcción contará en Cantabria con dos plantas de reciclaje, una infraestructura que cobrará toda su importancia cuando el ciclo inmobiliario se invierta.

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