El fundador de Delaware quiere tener un centro de trabajo en Cantabria
Luis Garma fue a estudiar Ingeniería Industrial a Madrid en 1987. Después de pasar por varias empresas de telecomunicaciones nacionales y extranjeras, decidió crear la suya propia, Delaware, especializada en consultoría y servicios en tecnologías de la información. Sus áreas de actividad van desde los negocios que externalizan algunas grandes empresas a las aplicaciones para administraciones públicas y banca.
Pregunta.–¿Mantiene su vinculación con Cantabria?
Luis Garma.– Mis padres son oriundos del valle de Guriezo y mi vinculación con Cantabria es muy estrecha. Aunque por razones laborales resido en Madrid, siempre que puedo hago una escapada para allá. Como muchos otros expatriados en Madrid, yo me siento y ejerzo de cántabro.
P.– Un antepasado suyo emigró a Cuba y usted parece dispuesto a repetir la apertura, ya que ha abierto oficinas en varios países latinoamericanos.
L.G.– Así es. Mi abuelo emigró desde Cantabria a Cuba a principios de siglo, también ‘por motivos de trabajo’, aunque regresó a los pocos años. Más allá del valor sentimental de la anécdota, la conclusión que saco para mi negocio es que desde España siempre hemos visto América Latina como una tierra de oportunidad y una válvula de escape, en muchas y muy diversas circunstancias. Una vez más, y en nuestro caso, Latinoamérica se presenta como una tierra de oportunidades para nosotros y nos hemos lanzado a ello.
P.– En España, su empresa tiene presencia, además de en Madrid, en Albacete y Barcelona. ¿No le atrae abrir un centro de trabajo en Cantabria?
L.G.– Cantabria reúne las condiciones para que a medio plazo podamos establecernos en ella con una sede permanente: Se está apostando fuertemente por la tecnología como motor de desarrollo económico y social, es decir, hay mercado para nuestros servicios. Y, además, cuenta con una Universidad con titulaciones de las que nutrirnos. Aparte de estas razones, también hay móviles de tipo emocional. Yo creo que esa apertura puede producirse en el plazo de un año, vinculada lógicamente a un cierto nivel de actividad que esperamos alcanzar en este ejercicio.
P.– Como experto en el sector tecnológico, ¿cree que el tejido empresarial y las administraciones públicas cántabras están apostando por las nuevas tecnologías, como otras comunidades autónomas, al menos?
L.G.– Creemos que se está caminando en una buena dirección. Entidades como Sodercan están jugando un importante papel como catalizadores y facilitadores de la innovación tecnológica en la región, ya que muchos proyectos exigen la participación de una entidad que ayude a las empresas a abordar proyectos complejos, que exigen la concurrencia de muchos elementos, desde la financiación hasta la asesoría técnica y la estrategia.
Luis Garma y Delaware
P.– ¿Qué le llevó a fundar Delaware?
L.G.– Fue la concurrencia de varios factores. Por un lado, siempre tuve una inquietud como emprendedor, quería montar mi propia empresa en la que poder desarrollar mi actividad profesional de acuerdo con mi propia visión de negocio. Por otro lado, había en el mercado una serie de nichos de negocio y necesidades que no estaban siendo cubiertas por las empresas del sector en ese momento, ni por las grandes ni por las pequeñas. Mi ambición siempre ha sido crear una mediana compañía, de dimensión local pero capaz de competir con las grandes multinacionales.
P.– ¿Y la razón que le llevaron a escoger como nombre el de uno de los estados más pequeños de EE UU tiene que ver con sus estancia allí?
L.G.– Efectivamente, mi estancia durante dos años en ese estado norteamericano me inspiró el nombre. Además hay una razón simbólica, ya que Delaware fue un estado pionero, visionario en cierto sentido, al ser los primeros que firmaron la Declaración de Independencia. Dentro de nuestra idea de negocio está el ser en cierto modo pioneros, innovando en áreas donde hasta el momento no hay nada hecho.
P.– ¿Qué filosofía de negocio hay detrás de su proyecto empresarial?
R.– Partimos de la base de que la tecnología no debe ser un fin en sí misma; es una excelente herramienta para que las empresas hagan las cosas mejor, de forma más eficiente y competitiva y con mayor calidad; en definitiva, una herramienta que ayuda a las empresas a sobrevivir en un panorama cada vez más globalizado y competitivo. Desde el punto de vista de las administraciones, la tecnología puede ayudarlas también a ser más eficientes en la prestación de servicios públicos y a dar una mejor atención al ciudadano.
P.– ¿Cuál es la actividad fundamental de la empresa?
L.G.– Nuestra labor consiste en analizar, junto con el cliente, qué necesidades tiene su negocio y proponerle soluciones que mejoren esos procesos, utilizando la tecnología como mecanismo para automatizar y optimizar su actividad productiva.
P.– Cómo se puede competir con las grandes multinacionales de software que también han entrado en el terreno de la consultoría
L. G.– Ese es un asunto que abordamos diariamente, ya que en cada concurso o proyecto tenemos que competir con gigantes del sector. Lo que nos permite sobrevivir es una serie de elementos diferenciales que una gran multinacional no puede ofrecer, como son una estructura reducida y flexible, que al final se traduce en unos precios mucho más competitivos, una capacidad de adaptación mucho mayor a lo que el cliente quiere, ya que no dependemos de protocolos burocráticos que nos marquen desde fuera, y una cercanía al cliente que una multinacional no puede ofrecer.
La opción de Cantabria
P.– ¿Presenta Cantabria ventajas objetivas para atraer a una empresa como la suya por el hecho de tener dos titulaciones en su Universidad relacionadas con esta materia (las ingenierías de Informática y de Telecomunicaciones), unos salarios más bajos que Madrid y Barcelona, más estabilidad en las plantillas y, ahora, un Parque Tecnológico?
P.– Evidentemente sí. La apertura de nuestro centro de Albacete responde precisamente a todos esos criterios que ha mencionado. Estamos ahora mismo en un proceso de expansión y necesitaremos ampliar pronto nuestros centros de producción y mantenimiento. Procuramos elegir emplazamientos que reúnan los requisitos que usted menciona, y en los que además no estén instaladas empresas competidoras. Cantabria es una de nuestras primeras opciones, por su relativa cercanía a Madrid y por el hecho de que estamos realizando una fuerte labor comercial en el Norte de España, con lo cual la oficina tendría una doble componente: centro de producción y oficina comercial.
P.– En sólo nueve años han conseguido alcanzar una facturación de 20 millones de euros y 420 empleados. ¿Cuál ha sido la clave de este crecimiento?
R.- Creemos que nuestro éxito se basa en el trabajo bien hecho y en un fuerte compromiso con el cliente en cada proyecto. La prueba está en que muchas de nuestras referencias actuales son clientes que llevan con nosotros casi desde el principio, a los que hemos ido prestando cada vez más servicios.
Por otro lado, siempre hemos tenido muy claro que debíamos centrarnos en lo que sabemos hacer. Otras consultoras tratan de ofrecer una cartera de servicios que abarca absolutamente todo. Nosotros tenemos una cartera con servicios muy definidos que llevamos ofreciendo durante años.
Expansión internacional
P.– ¿Qué estrategia subyace en la expansión internacional de su compañía?
L.G.– En la actualidad, tenemos un Centro de Desarrollo en Ucrania y oficinas en Latinoamérica. Cada una cumple una función específica dentro de nuestra estrategia internacional. El de Ucrania es un centro de desarrollo de software, abierto con el objetivo de llevar a cabo proyectos a medida y desarrollo de aplicaciones propias con unos costes controlados. Forma parte de una estrategia offshore habitual en el sector. A partir de ahí, queremos que sea la punta de lanza de nuestra expansión comercial en el Este de Europa. De hecho, ya estamos realizando labor comercial allí.
Las oficinas de Latinoamérica han nacido desde el principio con una vocación comercial y de desarrollo de negocio. La oficina de Perú está realizando una tarea mixta de servicio de soporte BPO (outsourcing de procesos de negocio) para clientes en España además de una actividad comercial, pero las oficinas de Colombia y República Dominicana son 100% comerciales.
Responsabilidad Social Corporativa
P.– Tienen ustedes un plan de responsabilidad social corporativa. ¿En qué se concreta?
L.G.– En diversas iniciativas, que van desde la puesta en marcha de un plan de conciliación de vida familiar y profesional de nuestros empleados hasta la colaboración con entidades sin ánimo de lucro dedicadas a la integración laboral y social del discapacitado.
P.– ¿Qué le aporta a los trabajadores tener un Plan de Conciliación?
L.G.– Mejora en muchos puntos lo estipulado en el convenio colectivo de empresas de consultoría, que es el que rige nuestra actividad. Esas mejoras van encaminadas a dotar de flexibilidad la relación del trabajador con la empresa, de modo que se pueda compatibilizar las responsabilidades profesionales y familiares todo cuanto sea posible.