La licitación de obra pública desciende un 27% en Cantabria mientras sube en el país
Mientras que la licitación de obra pública lanzada por todas las administraciones españolas ha alcanzado los 22.349 millones de euros en los primeros ocho meses de este año (un 17% más) la registrada en Cantabria ha caído un 26,9%, hasta los 70,6 millones.
La construcción en Cantabria siempre ha sido muy dependiente de la estacionalidad política, pero en esta ocasión va a serlo mucho más. Con la excepción del tercer carril que se está construyendo en la Autovía Santander-Torrelavega, la gran mayoría de las obras públicas en marcha están previstas para ser finalizadas en 2026: el Museo Arqueológico, el Reina Sofía-Archivo Lafuente, la reforma del Desfiladero de la Hermida… Incluso la principal obra privada, el proyecto Faro Santander, del Banco Santander, coincide con ese ciclo.
Una vez concluido el nudo de enlace entre la A-67 y la A-8 entre Barreda y Sierrapando, la obra más costosa de los últimos tiempos, era inevitable un bajón en la actividad del sector de la obra pública, pero puede resultar dramático –a tenor de la escasísima licitación de este año– cuando se concluyan las otras obras citadas.
La región va a depender más que nunca de las obras sufragadas por el Estado, ya sean las portuarias, o las que está acometiendo ADIF para duplicar las vías entre Santander y Torrelavega y hacer nuevos apartaderos. Esa actividad en el campo ferroviario se multiplicará en el momento en que se inicie la estación clasificadora de La Pasiega y las obras de la unificación de las estaciones de Santander, que ya es inminente.
Las grandes obras que dependen de la autonomía van a tener que esperar. Al margen de La Pasiega, sus grandes proyectos (el puente entre Requejada e Hinojedo y la carretera entre Potes y Reinosa) no se iniciarán en esta legislatura.



