Llooly llega a El Mirador de Burgos con una oferta innovadora de gofres, helados y batidos
En los últimos tiempos, la escena gastronómica vinculada a los postres ha comenzado a explorar formatos menos convencionales, donde la estética, la personalización y la experiencia sensorial cobran un protagonismo inédito. Dentro de esta evolución, Llooly despliega una propuesta que trasciende la idea clásica de heladería, al fusionar texturas, sabores y presentaciones con un enfoque creativo y accesible.
La marca inaugura su nuevo espacio en Burgos con una carta que combina productos fríos y calientes, pensados para todos los públicos. Esta reciente apertura supone una auténtica novedad en el centro comercial El Mirador de Burgos, donde sus bubble waffles, batidos y gofres marcan un nuevo rumbo en el disfrute dulce.
Gofres con burbujas y helados a la plancha: los protagonistas de una carta singular
La llegada de Llooly a Burgos viene acompañada de una carta centrada en dos productos distintivos: los bubble waffles, conocidos por su masa con forma de burbujas, y los ice rolls, helados artesanos elaborados en plancha al momento. Estas propuestas, de inspiración asiática, permiten elegir entre múltiples recetas y combinaciones, lo que garantiza una experiencia personalizable.
El bubble waffle, de origen hongkonés, se presenta como un gofre flexible de masa secreta con opción de sabores como vainilla o chocolate. Sobre esta base, los clientes pueden seleccionar entre una extensa variedad de toppings como Oreo, Kit Kat, fruta fresca o Nutella, y siropes como caramelo, mango o vainilla. Por su parte, el ice roll, inspirado en los helados tailandeses, se elabora en el momento con ingredientes 100% naturales, enrollados sobre una plancha fría, y decorado también con toppings y salsas al gusto.
Además, el catálogo de Llooly incluye productos complementarios como batidos, smoothies, bubble tea, cafés, infusiones y refrescos, lo que permite cubrir distintas franjas horarias y momentos de consumo. Esta diversidad responde a una apuesta clara por un modelo de negocio dinámico y adaptable a diferentes públicos.
Un modelo de negocio que prioriza la innovación y la rentabilidad
Llooly no solo destaca por su carta, sino también por su estructura empresarial. La marca opera bajo un sistema de franquicias sin canon de entrada, ni royalties de publicidad ni por consumo, lo que facilita el acceso a emprendedores interesados en una inversión asequible y rentable. Las opciones de establecimiento son diversas —desde isla o kiosco hasta tienda completa— y cuentan con maquinaria patentada Made in Germany que garantiza calidad y eficiencia.
Esta propuesta, ya implantada en ciudades como Valencia o Madrid, aterriza ahora en El Mirador de Burgos, apostando por un entorno de gran afluencia comercial y con alto potencial de crecimiento. La elección de esta ubicación refuerza el posicionamiento de Llooly en un mercado en expansión, donde conceptos como el bubble waffle, el ice roll o el taco helado captan cada vez mayor atención por parte del consumidor.
La presencia de Llooly en Burgos supone un paso más en su proceso de expansión, consolidando su modelo como una alternativa accesible, moderna y coherente con las tendencias actuales en el mundo de la restauración rápida dulce.