¿Hay esperanza en cambiar el estrecho mundo editorial?
A ratos, parece una empresa titánica. Cuando el escaparate literario está copado por las únicas editoriales, con dos o tres autores de fama, ganada o no, o bien se llena de banalidades, producir libros que puedan disputar un sitio en el Olimpo de las estanterías de librerías es todo un reto.
En tiempos como los que se viven, se hace necesario responder con iniciativas o actos de reivindicación y resistencia. Es el momento de las editoriales independientes de irrumpir en la escena, con títulos y autores inéditos, cuando las grandes editoriales apuestan por las firmas de siempre. Se trata de que los lectores tengan la opción de leer algo distinto, de dar voz a aquellos que no llegan a la corriente principal. Un guiño a la lectura no habitual.
Los grandes grupos editoriales trabajan a destajo por los «betsellers» y se olvidan de la calidad, están destinadas a ganar dinero, las editoriales independientes, están condenadas a la calidad. En un hecho constatado que en este universo literario las grandes plataformas aplastan a las pequeñas. Pero no se trata solo de criticar, se trata de generar una comunidad de nuevos lectores críticos que reorienten el gusto estético y puedan influir en la irrupción de un canon literario más heterogéneo, algo vital para el futuro de la literatura.
Es fundamental fomentar una cultura lectora que incite la curiosidad por obras publicadas por editoriales independientes. Presentaciones en público y encuentros con autores. Obvia decir, que los lectores son los actores principales en este camino. Al elegir obras de autores «in-visibles» y editoriales «in-dependientes», enriquecen su experiencia y favorecen la riqueza de un ecosistema que lucha por la diversidad. Sin duda, se estará contribuyendo a un futuro vibrante y dinámico para la literatura en su conjunto.
En todo ello están empeñados una veintena de autores “no-visibles”, pero de calidad extraordinaria y contrastada en diversas ferias de libros y actos literarios a lo largo y ancho de este país. Un proyecto ilusionante bautizado como “Visibilidad el Gran Reto”.
Enrique Bazako Goiburu