La subida del precio de los hoteles reduce el gasto turístico en el resto de la hostelería

Un buen verano, pero no igual para todos

Con la multiplicación de las viviendas turísticas, cada vez son más discutibles los balances realizados a partir, exclusivamente, de la ocupación en los hoteles. Las habitaciones vendidas tampoco son representativas de lo ocurrido en bares cafeterías y restaurantes, que son el grueso del sector. Ha sido un buen verano para los hoteles, pero el resto de la hostelería no está tan satisfecha: su clientela ha vuelto a reducir el gasto y la prueba de que algo no va tan bien como parece es que el número de empresarios en la hostelería cántabra bajó un 1,5% en el primer semestre.


Septiembre, con unas expectativas solo moderadas, puede acabar de completar un magnífico verano o dejarlo simplemente en bueno.

Cantabria es infinita en atractivos turísticos de todo tipo pero muy finita en superficie. No hay apreturas en invierno, pero sí en verano, cuando el número de visitantes puede llegar a superar al de nativos. En Laredo y San Vicente de la Barquera, los cuadruplican. En Castro Urdiales se pasa de los 32.000 empadronados a 90.000 personas y en Noja los veraneantes llegan a suponer cuarenta veces más que los residentes. Ha ocurrido siempre, pero en los últimos año se produce con más intensidad, y el tradicional malestar de algunos cántabros con las molestias que causa la aglomeración, se multiplica desde que hay redes sociales, la caja de resonancia de todos los descontentos. ¿Hemos llegado a un punto peligroso de masificación? Alcaldes y hosteleros aseguran que no, pero entre la ciudadanía la opinión está muy repartida.

Las circunstancias también cambian: los dueños de los prados costeros que invadían las autocaravanas protestaban airadamente hace años, pero muchos de ellos han optado por convertirlos en un aparcamiento de pago, sobre todo en la zona occidental de la región, y las protestas han desaparecido.

Es evidente que si a la invasión se le puede sacar un rendimiento, el punto de vista cambia. Otro tanto pasó en los años 80 y 90 con los alcaldes de la zona oriental, que de ser enormemente críticos con los ‘bilbasores’ (así los llamaba alguno) pasaron a recibirlos con entusiasmo cuando la construcción empezó a llenar los bolsillos en la zona. Algunos de esos alcaldes se hicieron ricos con los vascos, y bastantes de sus vecinos, también.

La mayor ocupación, en Liébana

Cantabria tiene tantos atractivos que la llegada de algo más de dos millones de visitantes al año no debería causar mayor problema, si de verdad estuviesen repartidos por toda la región, pero la realidad es que se concentran en puntos muy concretos, y especialmente en la costa. Las compras hechas con tarjetas de crédito por los no residentes lo delata. Esa información que los bancos tienen la obligación de transmitir al Instituto Nacional de Estadística permite constatar la altísima densidad en algunos puntos y confirma, también, que este verano ha sido muy bueno turísticamente, como está ocurriendo con casi todos los de la última década, salvo el periodo de pandemia, pero no ha llegado al éxtasis que esperaban los hosteleros.

La ocupación en agosto ha sido algo mayor que en el año anterior, según la Asociación de Hostelería, y ha superado el 85% en Santander, alcanzando el 90% en otros lugares turísticos costeros, como Isla, Suances, Comillas o Santillana del Mar. Liébana ha conseguido un 95%, la cifra más elevada de toda la comunidad autónoma.

Septiembre pondrá el broche de cierre y aunque la expectativa es que baje ligeramente la ocupación, todo dependerá de las reservas de última hora.

La ola de calor, una aliada

Cantabria tiene un turismo fiel, pero pasar de una campaña buena a una extraordinaria depende de factores no controlables, los climatológicos, y no solo los que afectan a la región. La llegada anticipada de la primera ola de calor a España, que se produjo en junio, ya provocó un primer desplazamiento desde el interior del país a las costas, buscando ‘el fresquito’. Era la mejor noticia que podía recibir la hostelería cántabra, porque las olas de calor de julio y agosto les cogen ya prácticamente al completo y, por tanto, sin capacidad suficiente para atender esta sobredemanda.

Las nubes, que tuvieron más presencia que el sol en la segunda mitad del verano, no desanimaron a los visitantes.

Esos visitantes inesperados y la buena climatología de la primera mitad del verano, alimentaron unas expectativas muy altas que no llegaron a cumplirse del todo en la segunda mitad, cuando el sol brilló menos de lo previsto. El turista que llega del calor agradece mucho un día nublado, o incluso de lluvia, pero los hoteleros saben que al tercero van a empezar las quejas por todo. Esta vez, si se produjo ese desánimo, no se notó, porque el sector se encontró con otro factor inesperado que vino en su ayuda, los incendios de la Meseta y Galicia, que desviaron a otras zonas parte de su clientela.

Suben los precios

Todo ello ha contribuido a que los hoteles hayan tenido un buen verano y sigan elevando sus precios. En julio, la tarifa media diaria por habitación llegó a 119,3 euros en Cantabria, un 9,8% más que en el mismo mes de 2024. El cliente parece encajarlo, porque la fuerte subida que han experimentado los precios hoteleros desde la pandemia –tres veces más de lo que lo ha hecho la inflación– no ha producido un descenso de la ocupación, aunque ya hay muchos españoles que empiezan a buscar otros destinos más baratos en el Caribe o en el Mediterráneo oriental, a pesar del desplazamiento en avión.

Los hoteles le ganan la partida a los restaurantes

Los hoteles han capturado gran parte del presupuesto que traían muchos visitantes para las vacaciones y eso se ha dejado notar en restaurantes y cafeterías, donde el ticket medio sigue bajando, a pesar de que también ellos han aprovechado para hacer subidas superiores al IPC. El problema no es baladí, porque de las casi 28.000 personas que han trabajado este verano en el sector hostelero cántabro, incluyendo los propietarios, los hoteles solo suman 3.500, y cualquier balance de la campaña turística no puede dejar al margen a más del 80% del sector. Las pernoctaciones en hoteles tampoco pueden medir por sí solas las afluencias, cuando hay muchos veraneantes de origen cántabro que vuelven a sus residencias familiares y más de 10.000 casas particulares que ya ofrecen alquileres turísticos. 

Quizá esa competencia justifique el pobre balance que hace la patronal hotelera Hosteltur de los cinco primeros meses del año en Santander, con un descenso de los ingresos en un 5,8% frente al incremento medio nacional del 4,5%. Un dato contradictorio con el sentir del sector, teniendo en cuenta, además, que en ese periodo la oferta hotelera de la ciudad aumentó en 120 camas.   

Lo cierto es que la aportación del turismo al PIB de la región crece más rápido que el de cualquier otro sector y ha pasado de representar el 10% de la economía cántabra al 11,7% en solo cinco años, aunque este último dato es por el momento una estimación.

También genera cada vez más empleo. Si en el verano de 2024 se alcanzaron los 21.600 asalariados en la hostelería, este año ha bordeado los 23.000, y hubiesen podido ser muchos más de haber encontrado más personas dispuestas a trabajar en ello. Uno de los grandes problemas de este verano ha sido el del servicio: centenares de terrazas no atendidas o mal atendidas por falta de personal, que puede crear una mala imagen.

El otro problema de fondo es la distinta rentabilidad de los negocios. La pérdida de un 1,5% de los empresarios del sector en un semestre indica que la buena marcha de los hoteles no es el tono general, y quizá la razón esté en que la elevación de sus tarifas deja menos margen de gasto a los visitantes para emplearlo en otros establecimientos. La dicha de unos puede ser la desdicha de otros. 

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Escucha ahora   

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, considere ayudarnos desactivando su bloqueador de anuncios