Métodos para aprender inglés; qué funciona realmente en 2025
Aprender inglés sigue siendo uno de los grandes retos académicos y profesionales en España. Según Eurostat, solo el 22% los adultos españoles declara tener un nivel de inglés suficiente para desenvolverse en contextos internacionales, una cifra aún por debajo de la media europea. Ante este escenario, han proliferado múltiples métodos: aplicaciones de autoaprendizaje, clases particulares online, tutoriales gratuitos en plataformas digitales y academias de idiomas con programas estructurados.
Cada alternativa presenta ventajas y limitaciones. Las aplicaciones móviles como Duolingo o Babbel permiten un primer contacto con el idioma, son accesibles y fomentan la constancia mediante dinámicas de juego. Sin embargo, diversos estudios (Cambridge English White Papers, 2023) muestran que su alcance es limitado en áreas clave como la expresión oral y la gramática avanzada.
Las plataformas de clases particulares online (Preply, iTalki, etc.) aportan flexibilidad horaria y variedad de precios, aunque la calidad depende en gran medida de la formación de cada docente y rara vez existe un programa pedagógico integral. Los recursos gratuitos (vídeos, podcasts o webs) resultan útiles como complemento, pero carecen de seguimiento individualizado y estructura a largo plazo.
Por otro lado, las academias de idiomas reconocidas mantienen un peso central en la formación lingüística en España. Según la Federación Española de Centros de Enseñanza de Idiomas (FECEI), más de un millón de estudiantes acuden cada año a academias privadas, lo que refleja su papel en la capacitación real. La Asociación de Centros de Idiomas de la Comunidad de Madrid (ACEDIM) subraya que los centros acreditados aportan tres elementos diferenciales: profesorado especializado, programas contrastados y resultados verificables en certificaciones oficiales.
Una de las principales ventajas de las academias es su metodología estructurada. Mientras que las aplicaciones tienden a priorizar vocabulario o dinámicas gamificadas, los centros especializados trabajan con programas equilibrados que integran conversación, comprensión auditiva, lectura y escritura. Además, el seguimiento personalizado permite identificar áreas de mejora y diseñar planes de estudio adaptados a cada alumno.
Otro aspecto clave es la preparación de exámenes oficiales. Certificaciones como TOEFL, Cambridge o LanguageCert son hoy requisito habitual en universidades y procesos de selección laboral. Los centros con experiencia ofrecen simulacros, materiales específicos y entornos de práctica que reproducen las condiciones reales del examen, lo que incrementa la tasa de éxito.
Lejos de quedarse atrás frente a lo digital, las academias han incorporado en los últimos años formatos online de alta calidad. Aunque con menor visibilidad mediática que algunas aplicaciones, muchas ofrecen plataformas propias, clases en vivo y materiales interactivos, con la ventaja añadida de contar con tutores cualificados y una estructura académica sólida.
Ejemplos de referencia son instituciones de prestigio internacional como el British Council, que desde 1934 promueve la enseñanza del inglés en más de 100 países, o centros nacionales consolidados como American Language Academy. Fundada en Madrid en 1968, ha formado a más de 200.000 alumnos y mantiene una satisfacción media de 9,84 sobre 10. Además de cursos generales y profesionales, es centro examinador oficial del TOEFL iBT, lo que le permite preparar y evaluar directamente a quienes buscan certificaciones internacionales.
En definitiva, todas las opciones disponibles —apps, clases particulares, recursos digitales y academias— pueden contribuir al aprendizaje del inglés. No obstante, los datos de asociaciones sectoriales y estudios académicos coinciden en señalar que los programas estructurados impartidos por academias acreditadas siguen siendo la vía más efectiva y fiable para alcanzar un dominio real y sostenido, tanto en modalidad presencial como online.
